Walmart transformó esto en un debate corporativo mundial. Esta semana se divulgó que el mayor empleador de EE.UU., con 1,6 millones de trabajadores, ajustará sus programas de Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI).

El timing importa: ocurre justo tras el triunfo de Donald Trump en las elecciones presidenciales norteamericanas. El republicano ha sido un agudo crítico de esos programas, en sintonía con el ala más conservadora que ha hecho de contrapeso a las propuestas de una izquierda progresista que había conseguido que la agenda identitaria entrara a las decisiones corporativas.

En Walmart Chile no hay claridad sobre cómo se bajará el tema en el país. Fuentes de esa industria afirman que en el tiempo el reenfoque de la matriz podría afectar en el largo plazo las directrices en la subsidiaria.

El DEI

La vertiente cultural que originó los programas DEI se remonta a los años 60 en las universidades en EE.UU., por quienes concebían 'a la sociedad como una lucha permanente entre opresores y oprimidos', cuenta Iván Marinovic, académico chileno de la Universidad de Stanford. En los 2000 se fortaleció en las universidades y pasó a los medios de comunicación y las empresas. Un fallo de 2023 de la Corte Suprema, que prohibió la acción afirmativa en la selección universitaria, significó un retroceso, y 'la elección de Trump promete ser quizás el golpe más fuerte contra el movimiento DEI', cuenta.

El DEI se asoció, además, al movimiento woke. Los críticos del wokismo plantean que exacerba la división en asuntos de raza, etnia y minorías sexuales.

Ahora, Walmart decidió que dejaría de vender fajas orientadas a un público trans.

Emilio Maldonado, director general de Factor Diverso —entidad con sedes en Chile y Argentina y se vincula con Fundación Iguales—, dice que, a diferencia de Estados Unidos, en Chile hay una serie de regulaciones que ha ido instalando exigencias de diversidad e inclusión. Menciona la ley de personas con discapacidad, cuya normativa obliga a crear cargos de personas que se llaman gestores de diversidad e inclusión o de inclusión. Con solo aparecer en el organigrama, extienden su rol. 'Tenemos recientemente leyes que tienden a prevenir y combatir el acoso laboral y sexual por motivos de género, como la Ley Karin. Ahora en el Congreso se discute la presencia de más mujeres en el directorio', recuerda.

La Comisión para el Mercado Financiero (CMF) emitió la norma 461, que obliga a algunas empresas a reportar en su memoria qué hace en asuntos de diversidad, inclusión y sustentabilidad, usualmente asociados a partes de las metas ASG (ambiental, social y gobernanza).

Y si bien reconoce que la conversación sobre cómo abordar los programas DEI está presente en directorios y a nivel ejecutivo, dado que Walmart es una firma de envergadura cuyas políticas tienen resonancia global, varias empresas consultadas van por la vereda contraria, potenciando su trabajo en políticas DEI.

Lógica empresarial

Cencosud, dueña de Jumbo y Santa Isabel, además de Easy, Paris, y la filial de centros comerciales CencoMalls, cuenta que sigue avanzando en su orientación por la diversidad. La firma manifiesta que cuenta con una estrategia que tiene cuatro ejes prioritarios: equidad de género, personas con discapacidad, diversidad sexual y de género, e interculturalidad. Todo con metas, tales como alcanzar un 49% de mujeres en 'liderazgo' para 2027 y un 2% de personas con discapacidad para 2025.

El banco Bci, en tanto, responde: 'Seguiremos promoviendo la diversidad, con la convicción de que enriquece nuestro lugar de trabajo, genera impacto social y nos permite alcanzar resultados sostenibles. Promovemos una cultura basada en el respeto a cada persona, con su diversidad de intereses, necesidades, talentos y motivaciones'.

La multinacional Sodexho es mencionada en Chile por su área DEI. Desde esa empresa plantean que en la industria se impulsa este tipo de programas. En su página web indican que, en materia de sostenibilidad ESG, uno de sus compromisos es asegurar una plantilla diversa e inclusiva que 'refleje y enriquezca las comunidades que servimos'.

Ana Amar, directora de Advisory Latam SLR, explica que hay una lógica económica detrás de la diversidad e inclusión, que apunta a contar con todo el universo laboral y de talento disponible, para poder elegir entre más personas. 'También tiene muchos beneficios para el negocio, ya que las personas al incluir generan habilidades blandas; desarrollan atributos como la compasión, la paciencia y el espíritu de equipo. Sin embargo, los beneficios no son de corto plazo y en las empresas chicas es muy difícil hacer esto'.

Evitando riesgos, más que proactividad

Algunos expertos en gobierno corporativo y sostenibilidad afirman que en Chile hay más bien una necesidad de seguir las tendencias externas.

Alfredo Enrione, director del Centro de Gobierno Corporativo y Sociedad del ESE Business School de la Universidad de los Andes, señala que 'las políticas DEI en EE.UU. tienen raíces profundas en el affirmative action y hoy enfrentan una fuerte politización, especialmente en un contexto electoral donde términos como antiwoke han alimentado debates sobre ESG y DEI'. Pero la situación en Chile es distinta, asegura, porque no habría aquellos niveles de sofisticación ni polarización y, en cambio, los directorios son más reactivos que proactivos en el asunto. Se concentran 'en evitar riesgos legales y reputacionales, más que en integrarlos estratégicamente. Estamos en una etapa temprana y, hasta ahora, no son una prioridad en la discusión de alto nivel empresarial'.

Fadua Gajardo, directora ejecutiva del Instituto de Directores de Chile (IdDC), estima 'poco probable que veamos un cambio generalizado en DEI en las estrategias empresariales. Al contrario, el contexto local parece ir en la dirección opuesta'.

Añade que en Chile cada vez más empresas están adoptando los principios DEI como parte de su estrategia de sostenibilidad y gobierno corporativo. Y agrega: 'Aunque algunos sectores podrían considerar revisar sus programas DEI en función de resultados financieros inmediatos o presiones externas, la tendencia global y local apunta hacia una consolidación más profunda de estas prácticas'.

No opina de ese modo Juan Ignacio Eyzaguirre, ejecutivo chileno y autor de '(Des) propósito'. Indica que 'el caso Walmart ejemplifica cómo muchas empresas se metieron en problemas', por lo que su decisión denota una 'calibración' de estas tendencias que las empresas adoptan de la sociedad. 'Debido a muchos de estos problemas y cambios en las tendencias políticas, se ha visto una respuesta muy fuerte del mundo financiero, de las grandes empresas, que tendrá repercusiones más allá de Estados Unidos. Las estamos viendo en Europa. Van a llegar también a Chile, porque son los grandes administradores de capitales, los grandes fondos de pensiones que empiezan a adaptarse'.

Iván Marinovic piensa que Chile sí adoptó estas tendencias a nivel universitario, corporativo y cultural. 'Desafortunadamente, veo en Chile una cierta ingenuidad y cobardía de gran parte del centro político y de la élite intelectual para enfrentar estas ideas y defender valores como la libertad y la igualdad ante la ley. Muchos parecen querer subirse —al menos parcialmente y tanto en la izquierda como en la derecha— al carro del progresismo, abrazando ideas como la paridad, las cuotas, etcétera, sin reconocer que la igualdad ante la ley es un pilar fundamental de la democracia liberal', expresa.