El envejecimiento acelerado de la población y casos como el de María Caricheo, quien falleció tratando de limpiar su fosa séptica en Fresia (Los Lagos), ponen en evidencia un problema que crece en silencio: la falta de estructuras adecuadas para el cuidado de los adultos mayores.
A medida que los lazos familiares y las dinámicas sociales cambian, muchas personas enfrentan la vejez en condiciones de vulnerabilidad, sin redes de apoyo ni asistencia suficiente.
Por lo mismo, el debate sobre quién debe asumir la principal responsabilidad del cuidado —si la familia, el Estado o ambos— se ha vuelto cada vez más urgente.
“Una crisis global”
En países con un índice de natalidad decreciente y un aumento sostenido en la esperanza de vida, el modelo de cuidado familiar tradicional se ha debilitado, indican los especialistas. Factores como la migración, la movilidad laboral y la disminución del número de hijos han dificultado que los familiares asuman el cuidado de los mayores.
Lorena Gallardo, académica de Antropología de la U. Alberto Hurtado, plantea que un punto “es el tema de los cuidados, y esa es una crisis global. En Chile hemos pensado en los cuidados de manera muy informal de parte de las familias, pero eso ha cambiado: hay un aumento sustantivo de los hogares unipersonales. Entonces, pensar en una persona mayor que vive sola, sin hijos o cuyos hijos ya se fueron, significa repensar la vejez”.
“Todavía tenemos la noción de una vejez muy acompañada, y eso ya no ocurre. Por eso hay que pensar en el Estado, en los municipios, en políticas públicas”, enfatiza.
Para Ángela Arenas, directora del Laboratorio de Investigación Avanzada en Ciencias de Datos en Derecho (Liacdd) de la U. Finis Terrae, “desde el punto de vista de las políticas del Estado y también de los municipios, habría que empezar a hacer un cambio de mirada. Hoy, más que hablar de envejecimiento, estamos hablando de longevidad, es decir, de cómo nos mantenemos en una vida que sea funcional y con independencia”.
La también directora de la Sociedad de Geriatría y Gerontología de Chile dice que es crucial “la red de apoyo y la organización comunitaria en el caso de necesitar ayuda. Ahí es especialmente importante la georreferencialidad de las personas mayores en las municipalidades”.
“El envejecimiento está superando a los sistemas y desafiando la calidad de vida de los mayores. No están pudiendo lidiar con sus condiciones familiares, personales, ni para las pensiones, ni para la salud”, comenta Miguel Luis Berr, médico jefe del programa de Envejecimiento Activo de la U. de Chile.
Apunta que “debe haber un trabajo transversal entre ministerios, gobiernos regionales, municipios, organismos sociales y líderes de comunidad para abordar esto”.
Tramitación de proyectos
Hoy existen varios proyectos de ley en el Congreso vinculados a la protección de los adultos mayores, pero las brechas siguen siendo evidentes.
La diputada Yovana Ahumada (PSC), presidenta de la comisión de Personas Mayores, plantea que un foco está en reforzar la seguridad y que, además, “estamos interesados en saber pronto cuáles son las iniciativas, apoyos, propuestas que vienen de parte del Ejecutivo, las acciones que se van a tomar de una manera transversal”.
Su par Carolina Marzán (PPD), integrante de la comisión, dice que solicitaron poner en tabla el proyecto que promueve “el envejecimiento positivo, el cuidado integral de las personas mayores, y el fortalecimiento de la institucionalidad del adulto mayor”, que está en la comisión de Hacienda.
Con todo, detalla que la iniciativa no aborda temas de interés para esta población como “la creación de una Defensoría de las Personas Mayores”, lo que debe también considerarse, a su juicio.
Ahumada, además, menciona que el caso de María Caricheo “es una invitación también a todas las autoridades y a todos quienes ostentan hoy un cargo a que realmente cumplan su rol”.
Karina Delfino (PS), presidenta de la Asociación Chilena de Municipalidades (AChM), destaca que “las personas mayores son público prioritario de los municipios a lo largo de Chile. La organización de estos grupos mediante oficinas y departamentos, así como la búsqueda de garantías de sus derechos a través de ordenanzas y protocolos, son una constante preocupación de los gobiernos locales”.
La alcaldesa de Quinta Normal precisa sobre lo ocurrido con Caricheo que “no se trata solo de buen trato o de políticas públicas para personas mayores; es un tema de abandono y de vulneración de una ciudadana que pidió ayuda y no fue atendida. Y es ahí donde los municipios debemos ponernos en actitud de escucha permanente, de forma de acudir cuando la emergencia o la vulnerabilidad nos llamen”.
PROYECCIÓN
Según el INE, en 2050, las personas de 60 años o más serán un 32,1% de la población.