Señor Director: Los mayores de 50 años matriculados en la educación superior crecieron 157% entre 2013 y 2024, de acuerdo con el Observatorio del Envejecimiento UC y Confuturo. En ese período los institutos profesionales concentraron el 42,3% de tales matrículas. Lo que estamos viendo es a adultos que buscan cumplir un sueño, mejorar su empleabilidad o simplemente aprender, y la educación técnico-profesional les brinda esa oportunidad, sin pruebas de acceso y con apoyo académico. En el IP-CFT Santo Tomás Santiago Centro incluso hay quienes comparten aulas con hijos y nietos, creando una experiencia única. Esto también plantea desafíos: ¿está la sociedad preparada para estos estudiantes? ¿Cómo fomentar la interacción entre generaciones? A ello se suma que el mercado laboral debe aprender a valorar su experiencia, junto con sus nuevas habilidades. Nuestra esperanza de vida sigue creciendo y con ella la necesidad de aprender a lo largo de toda la vida. La educación es clave en este cambio y debemos prepararnos.