Una persistente débil demanda interna, altos costos operativos y las turbulencias de la guerra comercial estancaron el Índice Mensual de Confianza Empresarial (IMCE) en la zona pesimista en abril, según la medición mensual que elaboran Icare y la UAI.

En el cuarto mes del año, el IMCE alcanzó un nivel de 46,14 puntos, levemente superior al mes pasado en 0,18 puntos, aunque para efectos de tendencia, sin mayor repunte en términos de expectativas empresariales.

A diferencia de marzo, cuando la minería registró una fuerte baja que arrastró el indicador de retorno a zona negativa (por debajo del umbral neutral de 50 puntos), en abril la confianza empresarial de este sector aumentó en 10,91 puntos hasta 63,8 puntos, lo que fue contrarrestado parcialmente por la industria manufacturera, que disminuyó 5,70 puntos respecto al mes previo hasta 40,4 puntos.

'Un aspecto que llama la atención es el fuerte repunte del sector minero, cuyo índice sectorial subió más de 10 puntos, posicionándose en terreno optimista, ¿efecto de que no se le impusieron aún aranceles al cobre?', plantea Cecilia Cifuentes, directora del Centro de Estudios Financieros en ESE Business School Chile.

Esto contrasta con la industria manufacturera, agrega, que cayó bruscamente, 'afectada por una menor producción actual y esperada, lo que podría estar reflejando la persistente debilidad en la demanda interna y los altos costos operativos'.

El sector comercio se ubicó en un nivel neutral con 50,8 puntos. En ello pudo haber influido que abril mostró una reducción marcada de la demanda del comercio constatada por las empresas del sector, precisa Juan Pablo Medina, académico de la Escuela de Negocios UAI. 'Es posible que la Semana Santa en abril haya tenido su efecto adverso en el dinamismo del sector comercio', agrega.

La construcción presentó expectativas pesimistas. El indicador sectorial se ubicó en 33,3 puntos, superior en 1,0 punto respecto a marzo. Este rubro es el que presenta un menor IMCE promedio histórico (42,1 puntos), así como un rango de variación medido por la desviación estándar mayor a todos los demás sectores.

Complejo historial

Desde febrero de 2022 hasta principios de este año, la confianza empresarial se había mantenido con perspectivas pesimistas. En febrero se rompió transitoriamente esta tendencia, pero la perspectiva negativa retomó preponderancia hasta la fecha.

'Dejamos atrás rápidamente la cálida brisa veraniega, que dio un breve respiro a los sectores comercio, construcción e industria, y permitió un salto de optimismo en minería, para estacionarnos en 46,14 puntos en abril, en el rango pesimista del IMCE, muy por debajo de los 51,47 puntos de febrero, que fue su mejor registro en 24 meses', destacó Marcelo Bermúdez, VP de Finanzas Corporativo de Entel e integrante del Círculo de Economía y Finanzas de Icare.

En temáticas más bien transversales a todos los sectores, las expectativas de la situación de la empresa se presentaron optimistas con 60,6 puntos. En cambio, la situación económica del país esperada presentó un nivel pesimista de 47,8 puntos.

Al excluir al sector minería, las expectativas de la economía chilena aún presentan una alta correlación: las perspectivas económicas son pesimistas, alcanzando un nivel de 36,7 puntos versus los 47,8 puntos que registra el indicador a nivel agregado (incluyendo minería).

Señales a seguir

El estudio también constató que las presiones de salarios se posicionaron en un nivel superior al neutral (66,7 puntos); las expectativas sobre empleo se ubicaron en un nivel de 51,8 puntos; y la producción esperada llegó a 64,4 puntos, superior al mes anterior en 5,9 puntos. No obstante, el uso de la capacidad instalada alcanzó un 81,3% de uso, inferior al mes pasado en 0,3 puntos.

En materia de inflación, las expectativas empresariales las situaron en 4,4%, el mismo nivel que el mes anterior. La demanda, en tanto, alcanzó 40,3 puntos, inferior al mes anterior en 4,1 puntos. Los inventarios de los negocios son superiores al nivel deseado y alcanzaron un 53,7 puntos, mientras que las presiones de costos llegaron a los 68,3 puntos.

'Considerando el impacto de la guerra comercial, la creciente volatilidad del mercado, la presión salarial, la baja absorción del empleo, una producción bastante frenada y las expectativas de inflación estabilizadas en un elevado 4,4%, piden a gritos una reacción agresiva de nuestras autoridades en destrabar proyectos y cambios regulatorios que promuevan la inversión', concluyó Bermúdez.