Pais: Chile
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Región: Metropolitana de Santiago
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Fecha: 2025-05-11
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Tipo: Suplemento
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Página(s): 8
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Sección:
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Centimetraje: 18x21
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Pie de Imagen
Experimentado. Francis Pérez ha realizado más de cinco mil inmersiones en todos los mares del mundo, donde ha registrado imágenes como estas (desde la izquierda): pez payaso, un arrecife de coral, tiburón, un cenote en México y una tortuga.
Reconocimiento. Ha recibido los premios de fotografía submarina más importantes.
Amenaza. Esta foto devastadora muestra los peligros que corren las ballenas piloto al toparse con embarcaciones.
De Humboldt. Bosques submarinos en este archipiélago frente a la costa chilena.
Lecciones de un astro de la fotografía submarina
Francis Pérez es uno de los mejores —y más premiados— en su especialidad, a la que ha dedicado más de 30 años de vida que lo han llevado a sumergirse en todos los mares del planeta, incluyendo las costas chilenas, que son uno de sus centros de operaciones. ¿Por qué?
Fue una mañana de marzo cuando cayó la noticia. En las aguas del Atlántico, a la altura de las islas Canarias, una embarcación deportiva había provocado heridas extremadamente graves a una ballena piloto: la hélice había cortado casi toda su cola, dejándola en agonía. El buzo y fotógrafo de naturaleza español Francis Pérez estaba ahí. Lo llamaron para asistir al cetáceo y vio todo en directo.
'Me tiré al agua para fotografiar lo ocurrido y todo un grupo de ballenas llegó a acompañarla. Ellas no sabían si yo era el culpable así que fui cauteloso. No había posibilidad de que sobreviviera'. Francis recuerda que varios testigos dicen haber escuchado sollozar a la víctima.
'Era una cría, era pequeña... Pude poner mi mano sobre su cabeza mientras se iba. Fue la experiencia más cercana que tuve con una ballena y después no podía evitar pensar en por qué pasa esto. ¿Qué hicimos mal? ¿Qué pasa con el exceso de velocidad en barcos, con el exceso de turismo?', dice. Ese día, decidió hacer algo para que una cosa así no se repitiera.
Todo esto ocurrió en 2019 y una de las fotografías que tomó significó recibir, al año siguiente, el premio Wildlife Photographer of the Year, que entrega el Museo de Historia Natural de Londres.
Francis Pérez tiene 55 años y hace más de 30 que bucea y retrata vida y sucesos que ocurren bajo el agua en los mares de todo el mundo. En total, registra más de cinco mil inmersiones en las que ha recogido la belleza de este universo, pero también cómo la crisis ambiental se ve reflejada bajo la superficie. Todo eso lo ha llevado a publicar en prestigiosas revistas como la de National Geographic, y a participar en libros como Blue Hope, de la reconocida bióloga marina Sylvia Earle. Además le ha significado recibir otros reconocimientos, como el primer lugar en el World Press Photo de 2017, posiblemente el galardón fotográfico más apreciado del mundo.
—¿Cómo puede la fotografía submarina aportar a la conservación?
—Actualmente, el desarrollo avanza más rápido que la ciencia, y a la vuelta de la esquina tienes proyectos como Dominga en Chile o Fonsalía en las islas Canarias. Creo que ante esas amenazas, estamos nosotros documentando el mar para saber cuántos animales hay, qué riquezas hay bajo el agua. Todo el que se mete en el agua tiene la responsabilidad de contar qué es lo que vio.
Economista submarino
Nacido en Tenerife, Francis siempre vivió a 15 minutos del mar. Según dice, es común que canarios como él sepan de viento y mareas, 'así que era lógico que, más grande y con más independencia, empezara a ir a charcos, a bajíos y a explorar el fondo marino cerca de mi casa'.
Mientras en este archipiélago español frente a las costas de África es frecuente que los jóvenes se relacionen con actividades como surf o kitesurf, él se decidió pronto por el buceo. Y a eso sumó la fotografía, como otra manera de contar lo que vivía cada vez que se sumergía. Todo gracias a una cámara que compró a crédito a finales de los años 90.
'Por esta época, con un amigo partimos concursando en los campeonatos de fotografía submarina que organizaba la Federación Española de Actividades Subacuáticas. Así recorrimos todo Canarias y luego todo España', dice.
Todo eso lo hacía, cuenta, en paralelo a su trabajo como economista en una consultora dedicada a las finanzas. 'No me gustaba trabajar en una oficina, encerrado. Así que comencé a dedicarme más y más a mi hobby, la fotografía. Durante mis últimos años ahí, trabajaba nueve horas al día y después me iba a una escuela a ahondar en temas de fotografía digital, edición y Photoshop, hasta que un día dije basta'.
Así terminaron 15 años de carrera, para dedicarse completamente a lo que amaba. 'Empecé a bucear más, a viajar por el mundo y a trabajar para mí mismo. Ya sea participando en concursos de foto o perfeccionando mi técnica', dice.
La dedición dio frutos, cuando sus imágenes le valían premios, atraían auspiciadores y recursos que permitían financiar sus salidas y publicaciones. El consagratorio World Press Photo lo obtuvo gracias a la fotografía de una tortuga que encontró enmallada en el mar.
'Ganarlo fue un bombazo. En todos lados se me empezaron a abrir las puertas y así empezó mi transición como fotógrafo conservacionista... Algo que nunca busqué, porque mi motivación era simplemente tirarme al agua y documentar lo que veía —dice—. Pero claro, hoy ya estás haciendo conservación cuando te tiras al agua, ves algo y lo fotografías, porque tal y como están los océanos, cualquier pez, cualquier ecosistema que retrates está posiblemente en peligro'.
Primera ballena azul
Coloridos ecosistemas con peces fluorescentes, corales fucsia y cardúmenes inmensos. Francis Pérez, cuando empezó a bucear más allá de las islas Canarias, comenzó a sorprenderse con los arrecifes de coral que vio en distintos rincones del Mar Rojo o Indonesia. 'Desde que vi esos miles de peces de colores, me empecé a proponer sitios específicos donde ir, objetivos que alcanzar, y a pensar qué era lo que quería fotografiar realmente'.
Uno de esos destinos fue islas Galápagos, en Ecuador, 'un sitio que cualquier amante de la naturaleza y de los animales, sea fotógrafo o no, debería visitar pues es increíble la cantidad de vida que hay allí'. También quedó impresionado con la experiencia que tuvo en los cenotes en México, 'con sus formaciones inimaginables, a las que he vuelto varias veces'.
A los lugares, también sumó experiencias soñadas. Como nadar con tiburones. Para eso fue a Sudáfrica, 'donde pude nadar con 60 o 70 tiburones a la vez, fotografiando... y volviéndome loco porque los quería abrazar a todos. Son animales muy, muy tímidos que, aunque puede que se acerquen un poquito a curiosear, al primer movimiento brusco se van. Recuerdo que durante esa jornada solté la cámara solo para nadar con ellos'.
Con una bitácora siempre en expansión, dice que uno de los lugares que marcó su trayectoria es Chile, a donde vino por primera vez en 2016, tras una invitación para bucear en el Archipiélago de Humboldt, que abarca las islas Choros, Damas y Chañaral, y la costa vecina entre las regiones de Atacama y Coquimbo. Nadó en la corriente de Humboldt, conoció enormes bosques submarinos y vio su primera ballena azul.
'Es uno de los sitios más bonitos en los que he estado y uno de los más llenos de vida... Es un lugar excepcional para bucear, ver vida natural y ballenas'.
Buceo y vida
Francis Pérez mantiene una agenda viajera agotadora, aunque tiene algunos centros de operación más establecidos: divide su año entre las Canarias, Londres y Chañaral de Aceituno, donde trabaja con ballenas azules y apoya la labor de la oceanógrafa inglesa Susannah Buchan, que estudia los sonidos de las ballenas fin, su esposa. La conoció en esa primera visita que realizó a la Región de Atacama en 2016.
Con más de tres décadas de experiencia, hoy Francis Pérez también se esfuerza por incentivar a otros a conocer el mundo submarino. Y a retratarlo. Con la tecnología actual, dice, es más sencillo que cuando partió él, usando diapositivas y cámaras análogas. Sugiere, por ejemplo, comenzar con imágenes de la vida pequeñita, con los peces de roca...
'Cuando empecé, partí así: retratando caballitos de mar, camarones minúsculos… Con el tiempo, compré un lente angular y pude fotografiar el paisaje submarino, que es lo más difícil. Lo importante es probar'.
—¿Cuáles son tus próximos pasos?
—Llevo mucho tiempo intentando fotografiar ecosistemas y animales donde, muchas veces, te encuentras con la cruda realidad de una naturaleza maltratada. Por eso me propuse enseñar la cara bonita de las islas Canarias, mis islas. Como fotógrafos tenemos la responsabilidad de enseñar lo que no nos gusta, pero también hay que enseñar la cara bonita de vez en cuando para que la gente no se agobie. Mientras en Chile, mi proyecto es seguir, seguir y seguir documentando el Archipiélago de Humboldt, porque considero que son las aguas más ricas del planeta y porque me gusta pensar que, al hacerlo, mi trabajo podría servir para que en el futuro esto se conserve.
Recuadro
Para conocerlo
El próximo jueves 15 de mayo, a las 11 de la mañana, Francis Pérez presentará la charla La fotografía submarina. Una visión angular del océano, en el marco del Festival Santiago Wild (entradas en la web SantiagoWild.com/summit).
Pie de pagina
Marcela Saavedra Araya . Fotos: Francis Pérez.-
Nex Prensa Escrita
Lecciones de un astro de la fotografía submarina
Francis Pérez es uno de los mejores —y más premiados— en su especialidad, a la que ha dedicado más de 30 años de vida que lo han llevado a sumergirse en todos los mares del planeta, incluyendo las costas chilenas, que son uno de sus centros de operaciones. ¿Por qué?
Fue una mañana de marzo cuando cayó la noticia. En las aguas del Atlántico, a la altura de las islas Canarias, una embarcación deportiva había provocado heridas extremadamente graves a una ballena piloto: la hélice había cortado casi toda su cola, dejándola en agonía. El buzo y fotógrafo de naturaleza español Francis Pérez estaba ahí. Lo llamaron para asistir al cetáceo y vio todo en directo.
'Me tiré al agua para fotografiar lo ocurrido y todo un grupo de ballenas llegó a acompañarla. Ellas no sabían si yo era el culpable así que fui cauteloso. No había posibilidad de que sobreviviera'. Francis recuerda que varios testigos dicen haber escuchado sollozar a la víctima.
'Era una cría, era pequeña... Pude poner mi mano sobre su cabeza mientras se iba. Fue la experiencia más cercana que tuve con una ballena y después no podía evitar pensar en por qué pasa esto. ¿Qué hicimos mal? ¿Qué pasa con el exceso de velocidad en barcos, con el exceso de turismo?', dice. Ese día, decidió hacer algo para que una cosa así no se repitiera.
Todo esto ocurrió en 2019 y una de las fotografías que tomó significó recibir, al año siguiente, el premio Wildlife Photographer of the Year, que entrega el Museo de Historia Natural de Londres.
Francis Pérez tiene 55 años y hace más de 30 que bucea y retrata vida y sucesos que ocurren bajo el agua en los mares de todo el mundo. En total, registra más de cinco mil inmersiones en las que ha recogido la belleza de este universo, pero también cómo la crisis ambiental se ve reflejada bajo la superficie. Todo eso lo ha llevado a publicar en prestigiosas revistas como la de National Geographic, y a participar en libros como Blue Hope, de la reconocida bióloga marina Sylvia Earle. Además le ha significado recibir otros reconocimientos, como el primer lugar en el World Press Photo de 2017, posiblemente el galardón fotográfico más apreciado del mundo.
—¿Cómo puede la fotografía submarina aportar a la conservación?
—Actualmente, el desarrollo avanza más rápido que la ciencia, y a la vuelta de la esquina tienes proyectos como Dominga en Chile o Fonsalía en las islas Canarias. Creo que ante esas amenazas, estamos nosotros documentando el mar para saber cuántos animales hay, qué riquezas hay bajo el agua. Todo el que se mete en el agua tiene la responsabilidad de contar qué es lo que vio.
Economista submarino
Nacido en Tenerife, Francis siempre vivió a 15 minutos del mar. Según dice, es común que canarios como él sepan de viento y mareas, 'así que era lógico que, más grande y con más independencia, empezara a ir a charcos, a bajíos y a explorar el fondo marino cerca de mi casa'.
Mientras en este archipiélago español frente a las costas de África es frecuente que los jóvenes se relacionen con actividades como surf o kitesurf, él se decidió pronto por el buceo. Y a eso sumó la fotografía, como otra manera de contar lo que vivía cada vez que se sumergía. Todo gracias a una cámara que compró a crédito a finales de los años 90.
'Por esta época, con un amigo partimos concursando en los campeonatos de fotografía submarina que organizaba la Federación Española de Actividades Subacuáticas. Así recorrimos todo Canarias y luego todo España', dice.
Todo eso lo hacía, cuenta, en paralelo a su trabajo como economista en una consultora dedicada a las finanzas. 'No me gustaba trabajar en una oficina, encerrado. Así que comencé a dedicarme más y más a mi hobby, la fotografía. Durante mis últimos años ahí, trabajaba nueve horas al día y después me iba a una escuela a ahondar en temas de fotografía digital, edición y Photoshop, hasta que un día dije basta'.
Así terminaron 15 años de carrera, para dedicarse completamente a lo que amaba. 'Empecé a bucear más, a viajar por el mundo y a trabajar para mí mismo. Ya sea participando en concursos de foto o perfeccionando mi técnica', dice.
La dedición dio frutos, cuando sus imágenes le valían premios, atraían auspiciadores y recursos que permitían financiar sus salidas y publicaciones. El consagratorio World Press Photo lo obtuvo gracias a la fotografía de una tortuga que encontró enmallada en el mar.
'Ganarlo fue un bombazo. En todos lados se me empezaron a abrir las puertas y así empezó mi transición como fotógrafo conservacionista... Algo que nunca busqué, porque mi motivación era simplemente tirarme al agua y documentar lo que veía —dice—. Pero claro, hoy ya estás haciendo conservación cuando te tiras al agua, ves algo y lo fotografías, porque tal y como están los océanos, cualquier pez, cualquier ecosistema que retrates está posiblemente en peligro'.
Primera ballena azul
Coloridos ecosistemas con peces fluorescentes, corales fucsia y cardúmenes inmensos. Francis Pérez, cuando empezó a bucear más allá de las islas Canarias, comenzó a sorprenderse con los arrecifes de coral que vio en distintos rincones del Mar Rojo o Indonesia. 'Desde que vi esos miles de peces de colores, me empecé a proponer sitios específicos donde ir, objetivos que alcanzar, y a pensar qué era lo que quería fotografiar realmente'.
Uno de esos destinos fue islas Galápagos, en Ecuador, 'un sitio que cualquier amante de la naturaleza y de los animales, sea fotógrafo o no, debería visitar pues es increíble la cantidad de vida que hay allí'. También quedó impresionado con la experiencia que tuvo en los cenotes en México, 'con sus formaciones inimaginables, a las que he vuelto varias veces'.
A los lugares, también sumó experiencias soñadas. Como nadar con tiburones. Para eso fue a Sudáfrica, 'donde pude nadar con 60 o 70 tiburones a la vez, fotografiando... y volviéndome loco porque los quería abrazar a todos. Son animales muy, muy tímidos que, aunque puede que se acerquen un poquito a curiosear, al primer movimiento brusco se van. Recuerdo que durante esa jornada solté la cámara solo para nadar con ellos'.
Con una bitácora siempre en expansión, dice que uno de los lugares que marcó su trayectoria es Chile, a donde vino por primera vez en 2016, tras una invitación para bucear en el Archipiélago de Humboldt, que abarca las islas Choros, Damas y Chañaral, y la costa vecina entre las regiones de Atacama y Coquimbo. Nadó en la corriente de Humboldt, conoció enormes bosques submarinos y vio su primera ballena azul.
'Es uno de los sitios más bonitos en los que he estado y uno de los más llenos de vida... Es un lugar excepcional para bucear, ver vida natural y ballenas'.
Buceo y vida
Francis Pérez mantiene una agenda viajera agotadora, aunque tiene algunos centros de operación más establecidos: divide su año entre las Canarias, Londres y Chañaral de Aceituno, donde trabaja con ballenas azules y apoya la labor de la oceanógrafa inglesa Susannah Buchan, que estudia los sonidos de las ballenas fin, su esposa. La conoció en esa primera visita que realizó a la Región de Atacama en 2016.
Con más de tres décadas de experiencia, hoy Francis Pérez también se esfuerza por incentivar a otros a conocer el mundo submarino. Y a retratarlo. Con la tecnología actual, dice, es más sencillo que cuando partió él, usando diapositivas y cámaras análogas. Sugiere, por ejemplo, comenzar con imágenes de la vida pequeñita, con los peces de roca...
'Cuando empecé, partí así: retratando caballitos de mar, camarones minúsculos… Con el tiempo, compré un lente angular y pude fotografiar el paisaje submarino, que es lo más difícil. Lo importante es probar'.
—¿Cuáles son tus próximos pasos?
—Llevo mucho tiempo intentando fotografiar ecosistemas y animales donde, muchas veces, te encuentras con la cruda realidad de una naturaleza maltratada. Por eso me propuse enseñar la cara bonita de las islas Canarias, mis islas. Como fotógrafos tenemos la responsabilidad de enseñar lo que no nos gusta, pero también hay que enseñar la cara bonita de vez en cuando para que la gente no se agobie. Mientras en Chile, mi proyecto es seguir, seguir y seguir documentando el Archipiélago de Humboldt, porque considero que son las aguas más ricas del planeta y porque me gusta pensar que, al hacerlo, mi trabajo podría servir para que en el futuro esto se conserve.
Para conocerlo
El próximo jueves 15 de mayo, a las 11 de la mañana, Francis Pérez presentará la charla La fotografía submarina. Una visión angular del océano, en el marco del Festival Santiago Wild (entradas en la web SantiagoWild.com/summit).
Pais: Chile
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Región: Metropolitana de Santiago
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Fecha: 2025-05-11
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Tipo: Suplemento
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Página(s): 8
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Sección:
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Centimetraje: 18x21
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