Por: Andrea Díaz, Gerente de Marketing y Directora MI Mujeres Inmobiliarias.
El reciente dictamen del Sernac, comunicado hace un par de semanas, que exige a las inmobiliarias informar de manera precisa las fechas de entrega de los proyectos, ha abierto un debate profundo en la industria.
¿Protección al consumidor? Sin duda.
¿Solución real al problema de fondo? A mi parecer, lamentablemente no.
Y no es la primera vez que enfrentamos normativas bien intencionadas, pero desconectadas de la realidad operativa del rubro.
Desde hace años, cumplir con los plazos de entrega se ha vuelto un desafío cada vez mayor en Chile.
Y no por falta de voluntad de las inmobiliarias, sino por factores que muchas veces escapan completamente de su control, como lo son la escasez de mano de obra calificada, quiebras de constructoras, trabas en la permisología, cambios normativos inesperados entre otros.
A esto se suma un marco regulatorio que no siempre conversa con la dinámica real del desarrollo inmobiliario.
El dictamen busca avanzar en transparencia, exigiendo mayor claridad en los plazos comprometidos y estableciendo mecanismos de compensación en caso de incumplimiento.
Es, sin duda, un impulso positivo en términos de buenas prácticas y profesionalización del sector.
Entre los aspectos que destaco es que se mejorará mayor confianza del consumidor gracias a información más clara, también puede haber un incentivo para que las inmobiliarias fortalezcan su planificación y comunicación y el fomento de estándares más altos en la industria.
Sin embargo, no podemos desconocer los posibles efectos adversos.
Este tipo de regulación no aborda los factores externos que realmente impactan los plazos, como la permisología y los tiempos municipales.
Además, podría judicializar aún más las ventas inmobiliarias, elevando los riesgos legales para las empresas.
Y en un contexto de alta incertidumbre, fechas de entrega demasiado rígidas podrían incluso desincentivar el desarrollo de nuevos proyectos.
En este escenario, la comunicación y el marketing estratégico juegan un rol más importante que nunca.
Informar de manera transparente, continua y coherente sobre el avance de los proyectos será clave para mantener la confianza de los clientes.
No se trata solo de cumplir con la “letra chica” del dictamen, sino de construir relaciones basadas en la honestidad y el acompañamiento.
Desde mi experiencia en la industria, puedo decir que las inmobiliarias han avanzado enormemente en este aspecto.
Sin embargo, muchas veces el cliente no recibe toda la información del ecosistema y termina culpando a la empresa por situaciones que no siempre dependen de ella.
Por eso, hoy más que nunca, las áreas de marketing deben trabajar estrechamente con las gerencias legales y técnicas para revisar cada mensaje, cada pieza publicitaria y cada promesa que se comunica.
La gestión de expectativas es hoy un eje central en cualquier estrategia comercial.
En definitiva, el dictamen del Sernac es un llamado de atención para el sector, pero si realmente queremos resolver el problema de fondo que es la incertidumbre en los plazos de entrega, debemos avanzar hacia una modernización integral del ecosistema inmobiliario, procesos de permisos más ágiles, reglas claras y mayor coordinación entre actores públicos y privados.
Solo así construiremos un marco que proteja al consumidor y, al mismo tiempo, permita el sano desarrollo de una industria que, como todos sabemos, hoy está profundamente golpeada.