En ningún otro lugar del mundo el cobre ha sido tan determinante como en Chile. No solo por volumen —que lo sitúa como el mayor productor global—, sino por la forma en que ha construido, a lo largo de más de un siglo, una industria capaz de impactar en la economía, la política y la proyección internacional del país. Hoy, en medio de una carrera global por minerales estratégicos, Chile trabaja por preservar ese liderazgo.

Ser el productor principal de cobre a nivel global no es solo una estadística: es una posición estratégica. Con el 24% de la producción y el 19% de las reservas del mundo, el cobre aporta anualmente alrededor del 10% del PIB de Chile. Además, es su principal vinculación comercial con el exterior: el 50% de sus exportaciones las explica este metal. BHP, Codelco, Antofagasta Minerals y Anglo American conforman el núcleo de las principales compañías que lideran la industria cuprífera del país. 'Chile brilla bajo tierra' se titula el artículo de la periodista australiana Jennifer Hewett para 'Australian Financial Review', un influyente periódico de ese país, dejando claro que la riqueza del cobre no solo se basa en volumen, sino también en un ecosistema —que incluye a empresas, capital humano, proveedores y otros actores— que genera admiración también más allá de las fronteras.

Aunque el liderazgo cuprífero ya no es inamovible —Perú escala en producción y el Congo irrumpe con nuevos proyectos—, Chile goza de un valor diferenciador que aún lo mantiene en el primer lugar del podio global. Acá, algunas razones que explican esta posición internacional de avanzada.

1. Riqueza geológica y reservas probadas

Chile posee las mayores reservas de cobre del mundo, con 190 millones de toneladas métricas, equivalentes al 19% del total mundial, concentradas especialmente en el desierto de Atacama y la cordillera de los Andes. Le siguen Perú, Australia y la República Democrática del Congo.

El país goza de una combinación de ventajas institucionales, tecnológicas, humanas y geológicas. Cuenta con una dotación de recursos excepcional, con yacimientos de gran escala como Chuquicamata o Escondida. Su ubicación en el Arco de Fuego del Pacífico así como la particular interacción de placas tectónicas en el centro-norte del país han potenciado el valor agregado construido a lo largo de décadas de experiencia en esta industria.

'No hay nada 'escondido' en la escala monumental de Escondida', escribe Hewett. El principal rajo mide 600 metros de profundidad y más de cinco kilómetros de ancho. A diario se mueven 1,5 millones de toneladas de roca y mineral a través de un sistema que incluye 600 kilómetros de caminos internos y un área operativa de más de 500 km².

2. Marco institucional y estabilidad macroeconómica

Desde la década de 1990, Chile ha ofrecido reglas claras para la inversión minera, con seguridad jurídica, apertura al capital extranjero y políticas macroeconómicas estables, coinciden los distintos expertos.

Juan Carlos Guajardo, director ejecutivo de Plusmining, remarca: 'Más allá de la geología, lo que ha sostenido su competitividad es la capacidad del país para desarrollar una institucionalidad sólida, reglas del juego estables y un ecosistema técnico-profesional de excelencia'.

Esto ha generado confianza tanto para grandes mineras internacionales como para compañías estatales. Frente a la ralentización en los procesos de aprobación de proyectos, este año el Congreso despachó la Ley Marco de Autorizaciones Sectoriales, parte del paquete de 'permisología', que busca modernizar y simplificar dichos trámites y reducir sus tiempos entre 30% y 70%, sin comprometer los estándares regulatorios ni ambientales vigentes.

En este marco, la inversión extranjera ha traído consigo más que capital. Ha impulsado innovación, eficiencia y nuevas formas de operar. Solo BHP representa cerca del 25% de la producción chilena, logrando el uso de energías 100% renovables y una inversión en agua desalada de US$ 4.000 millones a lo largo de 15 años, además de ser la primera minera en Chile en alcanzar el balance de género en sus operaciones.

'A medida que la descarbonización, la digitalización y la electrificación avanzan, el mundo necesitará producir 70% más del cobre que produce actualmente al 2050, y vemos una tremenda oportunidad para BHP y para la industria. En nuestros 140 años de historia, nos hemos posicionado como líderes en la minería, y sabemos que BHP seguirá haciendo una contribución significativa para la producción sostenible del cobre que el mundo necesita', comenta Brandon Craig, presidente de BHP Américas.

'El histórico plan de inversiones anunciado por BHP ratifica esa mirada de futuro afincada en la expansión de sus operaciones en Escondida y Pampa Norte para la próxima década. Como el primer gran hito de este plan de crecimiento, la aprobación de en solo 201 días corridos del proyecto Laguna Seca en la Comisión de Evaluación Ambiental de Antofagasta prueba que en Chile somos capaces de fortalecer la inversión minera y acelerar su desarrollo con sentido de urgencia', dijo la ministra de Minería, Aurora Williams, en el marco de la celebración de los 140 años de BHP.

De hecho, durante el año fiscal 2025, Escondida, la mayor productora de cobre del mundo, generó 1,3 millones de toneladas de cobre, lo que marcó su nivel más alto de producción en 17 años, mientras que para el trimestre julio-septiembre de este año BHP y sus operaciones en Chile registraron un alza de producción de 4%.

3. Apuntando a la sostenibilidad

Las expectativas sobre el rol social y ambiental de la minería han aumentado. Hoy es muy relevante contar con una 'licencia social para operar': la aceptación y el apoyo que una comunidad le otorga a una empresa o proyecto, más allá del cumplimiento de requisitos legales. Así, el acceso al agua, la relación con las comunidades y la trazabilidad de las operaciones son cada vez más relevantes. Chile se propone alcanzar la carbono neutralidad a 2050, lo que implica reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en al menos 70% en la minería. Entre 2010 y 2023, se anotó una baja de emisiones del 12% en el sector cuprífero. Asimismo, el suministro eléctrico hoy proviene cada vez más de energía renovable, lo que ayuda a reducir significativamente la huella de carbono.

El director ejecutivo de CESCO, Jorge Cantallopts, afirma que 'si mantenemos una estrategia coordinada, el país puede alcanzar una producción de 6 millones de toneladas de cobre fino en los próximos cinco años, superando los 6,5 millones en la próxima década, al tiempo que se avanza hacia una minería más tecnológica y baja en emisiones, capaz de responder a la demanda global de minerales para la transición hacia economías más verdes'.

4. Talento ampliamente especializado y diverso

Chile posee un ecosistema de talento altamente especializado en minería, con el capital humano como pilar estratégico de su liderazgo cuprífero. Según estimaciones de Clapes-UC, el Índice de Especialización Local (IEL) muestra que Antofagasta, Atacama y Tarapacá son regiones altamente especializadas en PIB y empleo, seguidas por Coquimbo y O'Higgins.

Además, el último reporte Monitoreo de Indicadores de Género, elaborado por la Alianza CCM-Eleva, revela que al primer semestre de 2025 las trabajadoras representan un 23,1% de la dotación interna de las empresas, es decir, 12.280 mujeres de un total de 53.106 personas. Con esta cifra, Chile se posiciona entre los países con mayor inclusión femenina en la industria a nivel mundial. En el caso de BHP, esa proporción es el doble.

Al respecto, la presidenta del Colegio de Geólogos de Chile, Claudia López, expuso que 'la incorporación de más mujeres y jóvenes está transformando profundamente la industria. La diversidad no ha sido solo un tema de inclusión, sino también una fuente directa de innovación y creatividad. Las mujeres aportamos una mirada integral y organizada. Somos asertivas, observadoras y capaces de ver el ciclo completo, desde lo humano hasta lo técnico y material'.

Chile ya ganó una vez el liderazgo del cobre. El trabajo ahora es sostenerlo en un mundo que cambia rápido. Como dicen en la industria, tener el recurso no basta. Hay que saber mover la roca.