Pais:   Chile
Región:   Metropolitana de Santiago
Fecha:   2022-12-05
Tipo:   Suplemento
Página(s):   2-3
Sección:   Suplemento
Centimetraje:   26x32

Pie de Imagen
Sandra Ziegler es experta en conectividad y educación.
El Mercurio - Revista del Campo
En América Latina y el Caribe
Sólo 43,6% de la población rural accede a conectividad
A pesar de que es una mejora respecto de la medición de 2020, donde solo accedía el 36% de los habitantes rurales, persiste la brecha con los habitantes urbanos, donde el acceso llega a 79%. Chile se ubica entre los países con mejores condiciones.
La pandemia lo demostró: la conectividad es esencial para mantener operativas las economías, la educación y la salud. Por su importancia, y producto de la pandemia, la conectividad mejoró de manera importante desde 2020. Incluso en las zonas rurales de América Latina y el Caribe, donde el alcance mejoró en un 12% respecto a lo que había en 2020. Sin embargo, aún hay cerca de 72 millones de pobladores rurales de 26 países de la región que no acceden a una conectividad con estándares mínimos de calidad, de acuerdo al estudio 'Conectividad Rural en América Latina y El Caribe', realizado por el IICA, en conjunto con el Banco Mundial, Bayer, CAF-Banco de Desarrollo de América Latina, Microsoft y Syngenta', que se realizó para medir la evolución de la conectividad en la región entre 2020 y 2022 y que actualiza el publicado el 2020, pero realizado en 2017.

'La experiencia de la pandemia, con toda su virulencia, demostró tanto la importancia de contar con conectividad adecuada como con competencias para el empleo de las nuevas tecnologías. También expuso con crudeza que las inequidades en el mundo sin conectividad se replican en el universo online', comenta Manuel Otero, director del IICA, quien agrega que contar con una conectividad adecuada impacta positivamente en las áreas rurales, esenciales para la seguridad alimentaria y la sostenibilidad política, económica, social y ambiental del mundo.

Precisamente tomar conciencia del impacto que tiene no contar con digitalización habría impulsado el avance.

'Los cambios positivos que se detectan en el estudio están vinculados a que la situación del covid-19 demostró que contar con conectividad hacía la diferencia en la posibilidad de participar de los procesos económicos de intercambio, recibir educación, acceder al sistema de salud, o quedar al margen de esos procesos. Esa evidencia intensificó los esfuerzos de las inversiones que estaban en marcha en los países y específicamente se fueron desarrollando diversas iniciativas en las áreas rurales, ya sea como parte de las políticas públicas, en muchos casos con participación del sector privado y con la cooperación internacional', indica Sandra Ziegler, doctora en Ciencias Sociales e investigadora de Flacso Argentina, quien junto con Joaquín Arias, doctor en Economía Agrícola, realizó el estudio.

La diferencia de conectividad entre el mundo urbano y el rural es inmensa.

De acuerdo al estudio, el 79% de la población urbana cuenta con conectividad significativa (en 2020 era de 71%), en las poblaciones rurales esto alcanza a solo un 43,6%, lo que es mejor que el 36,8% que había en 2020. Pero esos datos también hablan de que la brecha entre lo urbano y lo rural se acrecentó en 2 puntos.

No tener conectividad y, por lo mismo, acceder a una menor digitalización golpea de manera importante en la capacidad de mejorar la productividad y con ello la producción de alimentos.

'La pandemia aceleró la digitalización y en el ámbito de la ruralidad, un territorio estratégico en el que se define la seguridad alimentaria y la sostenibilidad, sigue existiendo un gran desafío en relación a la incorporación de estas tecnologías, cuyo aporte es vital para el desarrollo de una agricultura intensiva en conocimiento, sostenible, inclusiva y con rostro humano', comenta Otero.

En no todos los países cuentan con información suficiente. En aquellos 10 que sí la tienen (Bolivia, Brasil, Costa Rica, Chile, Colombia, Ecuador,

Honduras, Paraguay, Perú y Surinam) indicaron que, a partir de los datos actualizados al 2021, en promedio, el 56,6% de los pobladores rurales en esos países no cuentan con conectividad con los estándares mínimos de calidad, definidos en términos del acceso diario de las personas a internet, a equipos (computadora personal o teléfono móvil), a datos suficientes o a conexión con velocidades adecuadas (banda ancha o 4G). Los diez países sumaron en 2021 63,9 millones de pobladores rurales, de los cuales, 36,2 millones no acceden a conectividad significativa.

¿Y Chile?

Entre los 26 países estudiados existe una importante diferencia en los niveles de conectividad significativa rural, lo que llevó a dividirlos en tres grupos, de acuerdo al nivel de cada uno. Chile, junto a otros 9 países entre los que están Brasil, Argentina y Panamá, quedó en el de alta conectividad significativa rural.

Cuando se habla de conectividad significativa, se refiere a que no basta con tener una calidad tal que permita utilizarla plenamente, con la frecuencia, velocidad y los dispositivos adecuados a las exigencias del momento en zonas rurales.

El estudio demuestra que no basta con tener teléfonos celulares inteligentes, sino que el acceso a la banda ancha fija es el factor que más contribuye a la conectividad significativa, seguido de la posesión de una computadora personal.

'La conectividad significativa refiere a que esta sea de calidad y permita frecuencia de conexión, acceso a través de dispositivos adecuados y el tráfico suficiente para una utilización óptima. No se trata solo de contar con la llegada. Cuando nos conectamos necesitamos una buena señal y exigimos una experiencia de usuario más completa (como, por ejemplo, haciendo uso de las imágenes). Eso es lo que mide el Índice de Conectividad Significativa Rural (ICSr) que se presenta en este estudio, que la conexión sea de la calidad necesaria para los intercambios que las tecnologías permiten hacer en la actualidad'.

En la medición se pudo determinar que de los 10 países analizados solo el 24% de los pobladores rurales disponen de tecnología 4G, sin que necesariamente signifique que tengan acceso, lo que significa que casi un 80% no tiene la posibilidad de acceder a este servicio. Chile, junto a Costa Rica y Honduras, está entre los con mayor disponibilidad, con más del 30%.

El informe reconoce que Chile ha avanzado en la elaboración de su agenda digital, 'que ha plasmado en 2022 en la 'Estrategia de transformación digital 2035'. 'Consiste en una iniciativa impulsada desde la comisión de Transportes y Telecomunicaciones del Senado, con el apoyo de la Cepal, la Asociación de Empresas de Telecomunicaciones (Chile Telcos) y la Cámara Chilena de Infraestructura Digital. Se propone una agenda y políticas de Estado que abarquen los próximos tres períodos presidenciales. Para su elaboración fueron convocados diversos sectores involucrados en la temática y se plantearon metas en materia de infraestructura, desarrollo de habilidades digitales, derechos digitales, digitalización de la economía, digitalización del Estado, ciberseguridad y gobernanza. El período de tiempo que comprende el documento busca abarcar la formación de la generación que hoy comienza la educación básica hasta su finalización de la educación obligatoria, como señal y determinación de planificar una política pública de largo alcance', indica el estudio.

Sobre la situación del país, Sandra Ziegler plantea que 'Chile viene desarrollando inversiones muy importantes en materia de infraestructura con el proyecto de fibra óptica nacional y más recientemente con la aprobación en el Congreso de una agenda digital muy ambiciosa que plantea una política digital de largo alcance que es de carácter multisectorial. Esta agenda contempla específicamente a lo rural y la intersección entre la digitalización y el agro. Es un paso muy significativo que tendrá que plasmarse en las próximas acciones'.

Los desafíos y pendientes

Si bien el estudio mostró que efectivamente hay mejoras, también dejó claro que hay todavía un gran espacio para seguir buscando soluciones.

'Los datos sobre el estado de situación de la conectividad rural en América Latina y el Caribe indican que debemos apelar a acciones decididas y a soluciones innovadoras. El desafío es construir una mejor ruralidad, ofrecer condiciones dignas para el arraigo a mujeres y jóvenes, y planificar el desarrollo sostenible de tal forma que propicie una agricultura de mayor calidad, cuidadosa de los recursos naturales y promotora de la seguridad alimentaria y nutricional', recalca Manuel Otero.

Sandra Ziegler sostiene que el avance conseguido 'representa un impulso que hay que sostener y por sobre todo ampliar, porque si bien hay una leve mejora en la conectividad rural, ha crecido la brecha entre la conectividad urbana con respecto a la rural. Eso quiere decir que mientras a conexión rural trata de ampliarse, los resultados en el sector urbano son aún mejores, y por lo tanto, el campo queda rezagado en relación con las ciudades. Por eso referimos que estamos ante una brecha que es móvil y requiere ser atendida para que los logros sean realmente beneficiosos en el ámbito rural'.

Otro aspecto que queda claro en el estudio es que no basta con la conectividad significativa, pues quienes acceden a ella requieren también ser capaces de utilizarla.

'Un gran desafío por delante es lograr que el conjunto de la población rural (adultos en general, mujeres, jóvenes e indígenas) cuente con las habilidades digitales necesarias para hacer un uso dúctil de estas nuevas tecnologías, especialmente considerando el aprovechamiento y el potencial que estas tienen para el desarrollo de la agricultura y para el desarrollo de las comunidades rurales', declara Ziegler.

Recuadro
La importancia de la digitalización rural

Como en todos los sectores de la economía, el mundo rural tiene hoy enormes oportunidades que habilita la tecnología digital. Desde la agricultura de precisión hasta el empleo de las tecnologías para conectar productores con consumidores. La digitalización permite el uso de los datos a través del empleo de drones y sensores que posibilitan por ejemplo hacer un uso más eficiente y cuidadoso de los suelos. Los extensionistas pueden brindar asistencia por este medio.

Los productores pueden emplear plataformas para la comercialización y obtener precios más justos, en la medida en que entran en contacto más estrecho con sus consumidores y se acorta la cadena de distribución, entre otros beneficios.
Pie de pagina
Patricia Vildósola Errázuriz-