Creado en 1956 por el cardenal José María Caro, el Museo del Carmen —dependiente de la Corporación Voto Nacional O'Higgins— es uno de los espacios culturales más relevantes de Maipú y del país. Alberga imaginería religiosa, pintura americana y europea, vestuario, uniformes, platería, documentos históricos y objetos de los héroes de la patria. Entre otras piezas imperdibles, el acta de instalación de la Primera Junta de Gobierno y el escapulario de la Virgen del Carmen de Arturo Prat.

Hoy a las 11:00 horas —en una ceremonia que tendrá lugar en el mismo recinto—, el Museo del Carmen de Maipú celebrará sus 65 años de vida y, como parte de ello, abrirá una exposición de relicarios, en una alianza con el Máster en Historia y Gestión del Patrimonio Cultural de la Universidad de los Andes (Uandes). Germán Domínguez, director de este espacio museal, comenta que el balance de estas más de seis décadas de apertura a público 'no puede ser más positivo, sobre todo porque hemos tenido que luchar con muchos problemas económicos, ya que solo contamos con el respaldo de una corporación sin fines de lucro. Ha sido una proeza seguir vivos y, en particular, en pandemia'.

El profesional, que dirige desde hace 25 años el Museo del Carmen de Maipú, añade que se ha buscado perpetuar el espíritu de los fundadores. 'Se ha trabajado sobre un fondo excepcional y nuestra labor ha sido actualizar y desarrollar una museografía acorde a nuestro acervo', concluye Germán Domínguez.

Grande lo pequeño

En la investigación y desarrollo del cuadernillo de la muestra de los relicarios participaron la arquitecta-paisajista Pilar Lozano; la periodista de la Revista Vivienda y Decoración de este diario, María Cecilia de Frutos, y la artista Pamela Vergara.

'Este fue nuestro proyecto de título del Máster en Historia y Gestión del Patrimonio de la Uandes', cuenta Pilar Lozano, y agrega que este museo le ofreció a la Uandes trabajar con su colección de relicarios y las tres investigadoras decidieron aceptar el reto porque se trata de un 'patrimonio muy poco estudiado. Esta es la única colección de esta envergadura que existe en Chile y, en ese sentido, nuestro lema fue hacer grande lo pequeño, hacer visible lo invisible'.

Lozano también explica que confeccionaron 'un cuadernillo-bitácora que es como una autoguía donde está presente la mirada devocional, pero también la manufactura: mostramos que la mano de obra fue realizada por religiosas y por eso los detalles exquisitos y los bordados que tienen estos minimundos. Muchos de estos objetos fueron un símbolo de estatus, de poder económico y político. Además, algunas veces fueron ocupados como cambios de favores; es decir, una monja pasaba un relicario a cambio de dineros para la mantención de un convento; y se utilizaron para santificar lugares, como parte de altares que se colocaban en las casas', cierra Lozano, también académica de la Universidad del Desarrollo.

La muestra se puede visitar en Maipú hasta enero, de martes a domingo (de 10:00 a 14:00 horas, y de 15:30 a 17:30 horas). Entrada gratuita.