Café, bebidas, jugo, agua, golosinas y hasta artículos electrónicos se venden hoy a través de las clásicas máquinas dispensadoras instaladas en el metro, en las oficinas y en el comercio. A todas las anteriores ahora habría que sumar una bastante particular: una máquina dispensadora de jurel, instalada en la Estación Central de Santiago.

El responsable de la máquina es la empresa Camanchaca, quien a través de este medio ofrece productos en conserva de su marca Único, de origen nacional, y que en tiempos de crisis se posicionan como una buena alternativa económica.

La máquina ofrece el producto en conserva en dos formatos: 425 y 200 gramos, a un precio de $1.000 y $500, respectivamente. La marca pretende expandir la distribución de sus máquinas expendedoras a otras regiones, principalmente en la Región del Biobío.