Pais:   Chile
Región:   Metropolitana de Santiago
Fecha:   2021-09-19
Tipo:   Prensa Escrita
Página(s):   B9
Sección:   ECONOMÍA Y NEGOCIOS DOMINGO
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- Presidentes y encargados de comunicaciones de cada una de las ramas de la CPC se reunieron para definir la estrategia a seguir.
El Mercurio
Han sido tildados de pasivos frente a la discusión
LOS EMPRESARIOS Y EL DESAFÍO de cómo estar (e influir) en el debate constitucional
Hace una semana, el Comité Ejecutivo de la CPC organizó una reunión extraordinaria para abordar el rol del empresariado en el debate constitucional. En el encuentro, se abordó la necesidad de visibilizar el trabajo constitucional que cada gremio viene realizando de manera silenciosa, y de coordinar y articular los contenidos que levante cada rama.
El viernes 10 de septiembre, a eso de las 8 AM, el Comité Ejecutivo de la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), el principal gremio empresarial del país, se reunió de manera extraordinaria. La cita fue telemática, pues su presidente, Juan Sutil, se encontraba en Antofagasta. Pese a la distancia física, la relevancia del tema que los convocaba hacía urgente e impostergable el encuentro gremial. ¿Cuál era el motivo central? Abordar el rol del empresariado en el debate constitucional.

Además de Sutil y los timoneles de las seis ramas que integran la CPC, en la cita también estuvieron presentes los asesores comunicacionales de cada gremio, una diferencia respecto de los encuentros periódicos que suelen hacer. La convocatoria ampliada respondía a dos objetivos que había que abordar. Uno, la necesidad de visibilizar y darle presencia al trabajo que cada gremio viene realizando —desde el año pasado, aunque la mayoría de manera silenciosa— en el marco del proceso constituyente. Lo segundo, apuntaba a coordinar y articular el trabajo individual de cada rama a un nivel más colectivo, 'respetando las particularidades de cada gremio, pero uniendo los relatos y consolidando propuestas', confidencia un líder gremial.

El diagnóstico estaba claro: había que pasar a una segunda fase, desde una etapa de reflexión interna, de levantamiento de información y desarrollo de propuestas individuales, a socializar públicamente y de manera colectiva los planteamientos del sector privado sobre materias constitucionales, 'a través de distintas vías, como diálogos participativos, seminarios, conversatorios, presentaciones, minutas, documentos explicativos, etc. Se acabó el tiempo de la reflexión interna, hay que poner el pie en el acelerador y tener una presencia activa, hacer escuchar nuestra voz, sin temor ni complejos', expone un asistente al encuentro gremial. Sea cual fuere el camino, debía haber un denominador común, casi un requisito: lenguaje simple, ciudadano, sin tecnicismos. 'Hay que traducir el trabajo que hemos venido haciendo en cada rama, hacerlo entendible, no rebuscado, sin términos leguleyos, aterrizar los contenidos y conceptos, porque en muchos convencionales y también en la ciudadanía, no solo encontramos sesgos y prejuicios hacia el mundo empresarial, también mucha desinformación', sostiene un presidente de gremio.

'Independiente del instrumento que utilicemos, hoy lo esencial es abrir el diálogo y darle fuerza pública a nuestro mensaje, nuestras propuestas y planteamientos, para lograr ser escuchados e instalar los temas que son centrales y relevantes para los empresarios, las empresas, quienes trabajan en ellas y la comunidad en general. Temas que deben ser tomados en cuenta en la discusión que estamos teniendo a nivel país, porque acá todos tenemos el derecho a opinar y la Convención Constitucional debe contar con el aporte de los empresarios', subraya Ricardo Mewes, timonel de la Cámara Nacional de Comercio (CNC).

Distintos consultados descartan en el plano público, que la cumbre de carácter extraordinario del viernes 10 fuera una reacción a la crítica que días antes habían recibido los empresarios respecto del silencio y la pasividad que han mostrado públicamente en el proceso constitucional. El 7 de septiembre, Pablo Halpern, director del Centro de Reputación Corporativa ESE Business School, de la Universidad de los Andes, planteó que 'al parecer, los empresarios se estarían restando del proceso que culminará con una nueva Constitución (...) El problema es que pasivos o atrincherados en sus gremios, empujando las agendas de sus respectivas industrias, solo van a empeorar su posición de cara a la ciudadanía y se volverán irrelevantes en el proceso constitucional'.

Desde la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa) retrucan. 'La empresa cumple un rol social fundamental para mejorar la calidad de las personas, por lo que la voz de empresarios y emprendedores merece ser escuchada en el debate constitucional. Acá no ha habido pasividad, por el contrario, cada rama ha estado trabajando en el levantamiento de información y el desarrollo de propuestas, pero aún no ha sido el momento para plantear estos contenidos. Solicitaremos reuniones en aquellas comisiones que traten temas que tengan que ver con la actividad empresarial, en las que esperamos poder plantear propuestas que aporten al debate', enfatiza Richard von Appen, presidente de Sofofa. El timonel de los industriales menciona que 'con la CPC y sus ramas hemos estado trabajando de manera coordinada y consolidaremos los contenidos que cada rama levante para realizar propuestas comunes'. Agrega que en paralelo al tema constitucional, tendrán rondas de conversatorios con los equipos programáticos de distintas candidaturas presidenciales.

En la banca también refrendan el trabajo que se está haciendo para contribuir a la nueva Constitución. José Manuel Mena, presidente de la Asociación de Bancos e Instituciones Financieras (Abif), puntualiza que 'existe mucho interés a nivel del empresariado en general y de cada rama en particular, por aportar a la discusión constitucional'. Hace hincapié en que como asociación 'hemos estado escuchando atentamente la conversación y desarrollo de la Convención Constitucional, a fin de poder aportar a la discusión cuando se nos requiera'. A su turno, desde la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), su timonel, Cristián Allendes, asegura que 'vemos en el proceso constituyente una oportunidad de encuentro, de diálogo, de descubrir que nuestras coincidencias son mucho mayores que nuestras diferencias'.

Coinciden en Icare sobre el rol que deben tener los empresarios en el proceso constitucional. Su presidente, Lorenzo Gazmuri, en una columna planteó que 'sin ninguna duda, a los empresarios les corresponde participar y contribuir en la Convención Constitucional, a través de los mecanismos legales disponibles. Un país sin empresarios comprometidos con el futuro carecería de la fuerza creadora, sin la cual es inimaginable el funcionamiento del Estado, las políticas públicas y los más de 6,5 millones de empleos que provee el millón de empresas que existen en Chile'.

¿Cómo entrar al debate?

Un empresario que prefiere reserva de su nombre, reconoce que la dirigencia empresarial no ha tenido una estrategia clara ni común para aproximarse a la Convención Constitucional y que esa percepción es compartida en privado por varios representantes del mundo de los negocios.

¿Cómo deberían los empresarios tratar de influir y acercarse a la Convención?

Los gremios han definido diferentes estrategias preliminares. Algunos descartan reunirse de manera individual con los convencionales. 'Lo que importa transmitir es el mensaje, las propuestas, no es necesario estar cara a cara con los convencionales, se puede mal interpretar', dice una fuente consultada. Pero otro camino que se ha delineado es optar por el contacto personal, pero a nivel de regiones, es decir, que sean sus cámaras regionales las que se puedan contactar con los respectivos convencionales de sus distritos.

Algunos gremios creen que lo aconsejable es hacerlo desde el territorio, aprovechando la capilaridad regional. 'Creemos que es más fácil llegar a los convencionales desde las asociaciones regionales que tenemos desplegadas en el país, tomando contacto con ellos a nivel local, aprovechando que sesionarán en regiones, más que hacerlo desde el nivel central o desde la cúpula, porque creemos que puede generar reticencias', apunta un dirigente gremial. Otra vía, dice un empresario, es hacerlo a través de una estrategia más circundante, de reunirse con organizaciones sociales de la sociedad civil, 'contactándonos con ellos y transmitiendo nuestras propuestas, porque así, ellas contarán con la información necesaria para cuando sean escuchadas por la Convención'.

En esa línea, una fuente consultada revela que una opción que se ha conversado entre los gremios es que aquellos sectores que tienen amplia presencial nacional, apoyen —vía consolidación de propuestas y planteamientos más transversales— a aquellos que tienen presencia localizada en determinadas zonas. 'La idea es que el mensaje permee', apunta un dirigente. Así, han identificado que entre los temas que cruzan al empresariado y que preocupan en esta discusión constitucional están, por ejemplo, el respeto a la propiedad privada y la libertad de emprendimiento, entre otros.

La CNC fue más directa y el 23 de agosto solicitó audiencia al plenario de la Convención para entregar sus propuestas, aunque el 30 de ese mismo mes les respondieron que deberán esperar a las comisiones permanentes.

Entre los expertos hay consenso sobre la tribuna desde la cual los empresarios debieran hablarle a la Convención. Juan Carlos Eichholz, socio principal de CLA Consulting, plantea que 'los empresarios son una voz valiosa dentro del debate y es bueno que estén presentes. Lo que no puede ocurrir es que esa voz sea vista como proveniente del establishment, es decir, que aparezca como una voz defensiva de intereses corporativos, que se expresa desde un estatus o posición de poder'.

A su juicio, los empresarios deberían entrar al debate como una voz más, que no sea expresada a través de las cúpulas gremiales, sino la voz de empresarios desde sus propias realidades y experiencias. 'Y que los privados no se expresen solo en el debate constitucional, sino que también entren en temas distintos, ciudadanos, como el cambio climático, la diversidad e inclusión, donde hay ahí una mirada de país y no una defensa de intereses particulares', plantea.

Una opinión coincidente tiene el consultor Eugenio Tironi, quien señala que 'el empresario es un agente muy importante de una institución que se llama empresa, y la empresa tiene distintos actores, stakeholders: los trabajadores, proveedores, contratistas, las comunidades, el entorno, etc. Los empresarios deberían hablar desde esa vereda, desde la empresa. Crear un frente común con los demás actores que componen la empresa. Y ese es un gran déficit del empresariado chileno, cómo construir coaliciones con actores que no son iguales a ellos para tener mayor influencia. Junto con abrazar una causa que tenga un sentido para el país en su conjunto', dice.

Recuadro
- Algunos gremios creen que lo aconsejable es hacerlo desde el territorio, aprovechando la capilaridad regional.


- Casos en el mundo: participar es clave

Entre marzo y abril de este año, el Centro de Reputación Corporativa del ESE Business School de la Universidad de los Andes, realizó una encuesta que preguntó a trabajadores y colaboradores de empresas de distintos tamaños y de diferentes industrias, si estaban de acuerdo en que sus empresas participaran en temas para la nueva Constitución. Poco más del 70% de los trabajadores encuestados se mostró a favor de que sus empresas participaran de la discusión constitucional, lo que revela la importancia de que los empresarios se involucren en dicho proceso.

A juicio de Pablo Halpern, director de Centro de Reputación Corporativa ESE Business School, para definir su estrategia frente al proceso en curso, los empresarios chilenos deberían considerar lo ocurrido en los últimos 15 años en Bolivia, Ecuador, Túnez, Marruecos e Islandia, países que redactaron nuevas constituciones.

Halpern menciona que los procesos constituyentes tienen tres tiempos: la discusión, el plebiscito de salida y la redactan de las leyes que le dan forma al articulado. 'Los gremios empresariales de los países mencionados aprendieron que era relevante estar presentes en los tres tiempos', subraya. Cuando no lo hicieron, agrega, no lograron defender, por ejemplo, la libertad de emprendimiento.


- Los temas sectoriales que los gremios quieren plantear en la Convención

Las seis ramas de la CPC han estado elaborando propuestas —algunos gremios ya tienen concluidos esos trabajos—, con temas de interés específico que consideran clave incorporar en la nueva Constitución y que esperan plantear a la Convención.

El gremio agrícola —que contrató de manera externa al constitucionalista Ricardo Moyano Monreal— considera central abordar en la discusión el tratamiento constitucional de las aguas, fortalecer la gestión de los derechos de aprovechamiento de aguas, mantener la certeza respecto del régimen normativo actualmente existente, consagrar como un principio el tema alimentario y vincularlo con el adecuado uso de los recursos hídricos y naturales, resguardar y dotar de protección a términos como ‘carne y leche' —sin admitir que productos derivados de procesos químicos puedan recibir la misma denominación—, y establecer derechos y garantías constitucionales con enfoque rural (derecho a la vivienda en el mundo rural, derecho a la conectividad rural, a la salud, educación, etc.).

El documento que preparó el rubro de la construcción plantea como eje central el acceso a la vivienda y a la ciudad —donde proponen que la Constitución incluya el deber estatal de velar por el acceso universal a la vivienda—, proteger el derecho de propiedad e incorporar mecanismos que promuevan la efectiva descentralización.

Las propuestas del comercio incluyen la necesidad de que la nueva Constitución reconozca y garantice los derechos digitales, establezca el derecho universal de acceso a internet, así como promover mecanismos de autorregulación y procedimientos de resolución de conflictos en el ámbito digital. Asimismo, el comercio considera que la nueva Constitución debiera consagrar valores o principios fundamentales para fijar la base jurídica de las relaciones entre proveedores competidores, y entre estos y sus consumidores. Adicionalmente, la CNC considera que la nueva Carta Magna debiera contener aspectos básicos y mínimos que rijan la relación laboral, pero que pueda mantener la flexibilidad necesaria para adaptarse a los cambios.
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Jessica Marticorena-