Pais:   Chile
Región:   Metropolitana de Santiago
Fecha:   2022-09-02
Tipo:   Prensa Escrita
Página(s):   B2
Sección:   Economía y Negocios
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En julio de este año, la morosidad de los créditos de consumo alcanzó 1,89%, acercándose a los niveles prepandemia.
El Mercurio
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Según la industria bancaria, las colocaciones de consumo son las que han estado evidenciando un progresivo retorno a los niveles prepandemia, lo que analistas atribuyen al redestino de los recursos a pagar otros compromisos, como vivienda.
Uno de los efectos colaterales de la mayor disponibilidad de liquidez en la economía en 2021, debido a las ayudas estatales y los retiros de US$ 50 mil millones desde los fondos de pensiones, fue la decisión de las personas de pagar sus compromisos crediticios, en particular, los bancarios. Consecuencia de lo anterior es que la morosidad en todos los segmentos —comerciales, consumo e hipotecarios— bajó a mínimos históricos, en torno a 1,25% en diciembre de 2021, y se ubica en 1,45% en julio de 2022, lejos aún de los niveles prepandemia de febrero de 2020, cuando registraba 2,07%. No obstante, analistas del sector y la propia industria bancaria estiman que dichas cifras no son sostenibles.

Más aún, si se observa el constante descenso de la liquidez en las cuentas corrientes y cuentas vistas, que a mayo de 2022 totalizaban US$ 33.067 millones de saldo, lejos del peak de US$ 44.836 millones de julio de 2021, aunque aún por encima de los niveles de prepandemia (US$ 19.757 millones en febrero de 2020). ¿Qué esperar? Las primeras señales de alerta se vieron en el alza de la morosidad de los créditos de consumo, que desde octubre de 2021 —su menor nivel histórico de 1,07%— no ha parado de subir, alcanzando en julio de este año un 1,89%, acercándose a los niveles de prepandemia (2,46% en febrero de 2020).

Según el último reporte de la Asociación de Bancos (ABIF), 'el riesgo de crédito muestra algunas señales de aumento en los últimos meses, particularmente en la cartera de consumo, donde la morosidad mayor a 90 días ha subido 76 pb en lo que va del año, hasta 1,89% de las colocaciones en julio'. Coherente con lo anterior, desde la banca reconocen que 'las provisiones para créditos de consumo subieron 72 pb en los primeros siete meses del año en curso, hasta 8,59% de las colocaciones, en línea con el aumento de la morosidad en dicho segmento', dando cuenta de las expectativas del sector.

¿De qué depende?

Felipe Florit, gerente de Riesgo Banca Personas Banco BICE, observa 'un estable comportamiento de pago y de la morosidad en todas las carteras de crédito cuya evolución va a depender de aspectos macroeconómicos y políticos en el país'. La economista Martina Ogaz, de Euroamerica, explica que el hecho de que primero se observe una mayor morosidad en consumo responde a que 'las personas prefieren dejar de pagar ese tipo de créditos frente a otros más relevantes, como los hipotecarios. Obviamente, si el deterioro de la economía se torna más permanente, la morosidad comenzará a verse en los otros tipos de créditos'.

En ese sentido, Ogaz agrega que 'de lo que se ve del M1 (indicador que permite apreciar el volumen de circulante en la economía), aún queda espacio para que los niveles de liquidez se normalicen a niveles previos a la pandemia, lo que podría dar algunos meses más de morosidad contenidas', agregando que 'nuestra proyección es que durante el cuarto trimestre de 2022 se registrarían las cifras más negativas de actividad, lo que podría llevar a que la morosidad comenzaría a repuntar desde ese período'.

Por su parte, Alejandro Weber, decano de la FEN de la USS, detalla que las cifras coinciden con el Informe de Morosidad Personas Equifax-USS. 'Aun cuando hoy tenemos mejores cifras en los niveles de morosidad que antes de la pandemia —4 millones 150 mil personas y cerca de US$ 8.500 millones de dólares de morosidad agregada—, hemos observado un quiebre de tendencia desde septiembre del 2021 a la fecha: 105 mil personas se sumaron a los reportes'.

Esto, dice, 'coincide con el estancamiento de nuestra economía, el agotamiento de la liquidez de los retiros de los fondos de pensiones y de las ayudas del Estado en pandemia —cerca de US$ 75 mil millones en total—; el freno de la inversión y el alza en la tasa de desocupación, que hoy llega a 7,9% a nivel nacional, un 0,7% más que en septiembre de 2021, y la caída de los salarios reales en un 2,5% a causa de la inflación que acumula un 13,1% en 12 meses'. Dicho lo anterior, 'es posible proyectar que durante el primer semestre de 2023 volvamos a los niveles de morosidad que teníamos prepandemia (2%)', agregó.

Recuadro
1,89% fue la morosidad de la cartera de consumo en julio de 2022, lejos del mínimo histórico de 1,07% de octubre de 2021.
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Paula Gallardo S. -