Pais:   Chile
Región:   Metropolitana de Santiago
Fecha:   2022-07-31
Tipo:   Prensa Escrita
Página(s):   B6-B8
Sección:   ECONOMÍA Y NEGOCIOS DOMINGO
Centimetraje:   51x33
El Mercurio
El exsubsecretario de Hacienda prevé que reforma tributaria recaudaría un tercio de lo previsto, 'con suerte':
ALEJANDRO MICCO: “Llegó el momento de sincerar que no se podrá hacer todo el programa de gobierno, y empezar a bajar las expectativas”
El economista y actual académico de la Universidad de Chile cuestiona que se quiera avanzar en este momento hacia un sistema tributario dual como el que se propone, debido a que abrirá muchos flancos de negociación e incertidumbre en medio de una compleja situación económica. Valora la estructura del royalty a la minería y la focalización de las medidas para combatir la evasión y elusión.
Desde la Subsecretaría de Hacienda, al economista Alejandro Micco le tocó participar en el diseño, tramitación e implementación de la reforma tributaria del 2014, en el segundo gobierno de Michelle Bachelet. De este tema, sabe. Desde esa experiencia, hoy analiza la reforma que el gobierno de Boric presentó al Congreso, la que considera ineludible, y con aciertos, pero también con varios aspectos cuestionables y, sobre todo, innecesarios.

Es una reforma ineludible, dice, porque las cuentas fiscales y el deterioro de la deuda pública serán peor que lo que espera el Gobierno. Y dados los muchos compromisos del programa, se requiere allegar recursos a las arcas fiscales, aunque duda de que se alcance una recaudación de US$ 15.000 millones como espera lograr Hacienda durante el período de gobierno con la reforma.

'También creo que era necesario mejorar la credibilidad de nuestra institucionalidad tributaria, y eso era otra razón para que entrara esta reforma', agrega.

Los aciertos del proyecto están, en su opinión, en cómo se diseñó el royalty a la minería y en el foco de las medidas para controlar la evasión y elusión.

Por otro lado, cuestiona que se avance desde el actual sistema semiintegrado a un sistema dual, además del nuevo impuesto al patrimonio. 'Son temas más complejos, que no recaudan mucho, abren muchos temas, y no sé si vale la pena seguir con eso, porque desde mi punto de vista son mucho ruido y pocas nueces'.

Micco resalta también que 'la reforma entra en un momento económico muy complejo, con una inflación cercana al 13% y con una economía que va a estar o ya está en recesión técnica. Es complejo entrar con una reforma tributaria de este tamaño en un ambiente así'.

-¿Por qué considera que quedó bien tratado el royalty?

'Primero, me parece muy importante que el ministro haya dicho que lo que se busca es que la carga tributaria del país sea comparable con la de Perú y Australia. Eso es clave, porque ancla el tema y nos permite seguir compitiendo y al mismo tiempo tener más recursos para las reformas que se quieren hacer. Esa entrada me parece muy bien.

Respecto de la estructura mixta, con un ponente ad valorem, es decir, sobre las ventas, y otra parte sobre los ingresos operacionales de la empresa, también me parece adecuada. También rescato que en los ingresos operacionales no se considere la depreciación.

Las herramientas son las adecuadas, pero creo que hay algunas cosas que ajustar. Por ejemplo, el impuesto ad valorem está un poco alto, y creo complejo también que la tasa cambie en forma tan radical para empresas de mayor tamaño. Respecto de la progresividad del impuesto, que tiene como base la recaudación en función de los resultados operacionales, creo que hay que ver por qué se hace en función del precio y no de los mismos resultados operacionales'.

-Cuando usted estaba en Hacienda, esa reforma desintegraba completamente el sistema y luego quedó con desintegración parcial o semiintegrado. ¿Por qué no es partidario de avanzar ahora al sistema dual que propone el Ejecutivo?

'Estas son herramientas. Y las herramientas son buenas o malas si logran el fin. Punto. Mi gran aprensión con hacer este cambio tan grande es que abre muchos temas y genera mucha incertidumbre. Si se cambia la estructura en esta magnitud, va a generar un proceso muy largo. Recordemos que la reforma del 2014 tuvo un período de implementación como de tres años. Una cosa es sacar la ley, pero eso es la mitad del trabajo. Después vienen todas las circulares, que es un proceso igual de largo. Y hay que tener claro que esto va a afectar a muchos actores que, a veces, sentado desde Teatinos 120, no se ven'.

-¿A qué se refiere?

'A que se abren conversaciones y negociaciones con muchos grupos. Por ejemplo, con el sistema dual se abren temas con los fondos mutuos, con los fondos de inversión, con otros países, por cómo se aplican los tratados internacionales, hay que ver qué cosas vamos a considerar para rebajar la tasa corporativa del 27% al 25%. Es un sinnúmero de temas, todos muy complejos. Y al mismo tiempo, van a tener que estar negociando con los camioneros, agricultores y mineros, por la renta presunta. Y, por otro lado, van a estar negociando las constructoras, porque se acaban algunos beneficios. Son muchos frentes abiertos.

Además, el sistema dual, según el Gobierno, recauda casi cero. Entonces, ¿estamos haciendo este megacambio para recaudar cero? Me parece extraño'.

-Se dice que esto va a simplificar mucho el sistema…

'¿Vale tener una transición de más de tres años con este nivel de incertidumbre que hay en el país, con una recesión ad portas? ¿Queremos que las empresas se estén preocupando de esto o es mejor que nos centremos en tratar de salir rápido de esta situación económica compleja? Creo que no es el momento y tampoco se justifica por recaudación'.

-¿Usted es partidario de seguir con el sistema actual?

'Sí, seguir con el actual. Pero sí hay algunas cosas que se pueden hacer. Por ejemplo, esta idea de poner un impuesto a las utilidades retenidas es una idea vieja. Incluso lo planteó Andrés Velasco en campaña. Son cosas que se pueden hacer, pero ¿para qué hacer toda esta otra cosa tan compleja?'.

-Usted también considera innecesario el impuesto al patrimonio, pero eso es una promesa de campaña.

'Quiero ser claro. No hay que desahuciarlo, para nada. Mucha literatura dice que cuando uno no recauda mucho con impuestos a las rentas del capital, un sustituto correcto es tener algo de impuesto a la riqueza. Y también es redistributivo. Por lo tanto, uno puede tenerlo ahí y, como economista, no tendría mucho que decir. Ahora, además de que la tasa es un poco alta, en esta situación en que hemos tenido una salida de capitales muy grande, eso va a generar mucho ruido para recaudar, digamos, 0,3% del PIB. Es cierto que es una promesa de campaña y que el Gobierno también tiene que dejar contentos a los suyos en el Congreso, pero no sé… Tal vez sea una herramienta para negociar, porque también es mucho ruido y pocas nueces'.

-¿Por qué cree que esta reforma no va a recaudar lo que el Gobierno espera?

'Si uno mira los datos del Informe Financiero, los dos primeros años, e incluso el tercero, más del 50% de la recaudación es por baja de evasión y elusión. Nosotros en nuestra reforma del 2014, en que pusimos la Norma General Antielusión, acceso a la información en los paraísos fiscales, aumentamos en un 20% la dotación del SII total, aumentamos al doble la inversión en tecnología, y muchas otras cosas, y con todo eso pudimos llegar a cerca de 0,5% del PIB más de recaudación en evasión y elusión. Ojalá lo hagan, pero pensar que vamos a estar recaudando 0,4% o 0,5% del PIB el primer año, y al final de los tres años un 1,6%, me cuesta creerlo.

También veo algo más complejo en la recaudación por el impuesto al patrimonio, y por otras medidas que están unidas al sistema dual, que van a demorar mucho tiempo en conversarse y van a necesitar períodos largos de transición. Y, tercero, va a haber modificaciones importantes en el Congreso.

Por lo tanto, recaudar 4% del PIB con todas estas medidas en el largo plazo me parece complejo. En la experiencia, me cuesta verlo. Nosotros llegamos a recaudar 1,5% a 2% del PIB con una reforma grande que subió el impuesto a las empresas de 20% a 27%, mientras que ellos para algunas empresas lo están bajando de 27% a 25%'.

-¿Por qué la reforma del 2014 recaudó cerca de la mitad de lo que esperaban?

'Lo primero es que la reforma que entró es bien distinta a la que salió. Además, nunca se terminó de implementar. La llamada contrarreforma fue antes de que estuviera completamente implementado el sistema, cuando todavía había cosas en transición. Lo tercero es que tuvimos que hacer cambios importantes. Y parte importante de eso es porque teníamos muchos flancos. En algún minuto teníamos a un 90% de la sociedad tocada por la reforma tributaria y, evidentemente, eso genera muchos temas abiertos'.

-Usted levanta alertas sobre distintos temas, como el nuevo sistema dual y el impuesto a la riqueza, pero ahí está parte del corazón de la reforma. ¿Con qué temas se debe perseverar entonces si de todos modos se requiere recaudar más?

'Yo hubiese separado todo entre las cosas que recaudan ahora y que son fáciles y rápidas de implementar -porque el Gobierno efectivamente requiere plata para su programa ahora-, y dejaría para otro momento los otros temas que no recaudan mucho y que alargan la discusión. Lo prioritario es hacer el royalty, hacer las normas de evasión y elusión que están establecidas -aunque no recaude lo que se espera-, y prioritario también es avanzar en la eliminación de algunas exenciones'.

-Con todo, ¿cuánto cree que va a recaudar este reforma?

'¿Serán US$ 4 mil millones? Creo que será un tercio con suerte. Por el plazo de la implementación, por una parte, y, por otra, porque creo que algunas cosas no van a salir'.

-En ese escenario, ¿qué espera de la ejecución del programa de Gobierno?

'Yo creo que llegó el momento de sincerar que no se podrá hacer todo el programa de gobierno, y empezar a bajar expectativas. Hace tiempo estamos generando expectativas que no son cumplibles. Menos con una economía con una inflación como la que tenemos, y con la actividad en recesión técnica. El ministro Marcel ha dicho que el programa cuesta US$ 30 mil millones, de los cuales US$ 15 mil millones ingresarían por la reforma durante los cuatro años del período de gobierno. Yo no veo por dónde llegar a eso'.

-¿Qué debe hacer entonces el Ejecutivo?

'Hay cosas prioritarias, como avanzar en las viviendas, porque lo que se está viendo con los campamentos y allegados es vergonzoso, pero, por otra parte, un tema como la condonación del CAE es una locura. Es regresivo y carísimo. Y tienen que decirlo ahora. La gente está dejando de pagar, porque espera que lo condonen. Otro ejemplo es que quieren subir la PGU considerablemente, y no sé si estén los recursos. Hay que sincerar que no van a poder hacer todo, y priorizar'.

-Pero políticamente es complejo sincerar hoy, con menos de cinco meses de gobierno y ad portas del plebiscito constitucional…

'Siempre va a ser políticamente complejo sincerar las cosas cuando uno ha inflado mucho las expectativas. Siempre ha sido así. Ya le pasó a este gobierno'.

Recuadro
'La condonación del CAE es una locura. Es regresivo y carísimo. Y tienen que decirlo ahora. La gente está dejando de pagar, porque espera que lo condonen. Otro ejemplo es que quieren subir la PGU considerablemente, y no sé si estén los recursos'.

6% de cotización: 'Es un impuesto hecho y derecho'
-¿Qué le parece la propuesta del Gobierno para la reforma previsional, con un nuevo pilar colectivo al que iría la cotización adicional de 6%?

'Primero, en las discusiones de carga tributaria, pocas veces se menciona que este aumento de 6% en la cotización es también un incremento en la carga tributaria de 2 puntos del PIB, porque si me están diciendo que no es ahorro individual, es un impuesto hecho y derecho. No es menor.

Ahora, en el gobierno de Bachelet II se planteó que debía subir 6%, y cuánto va a individual y cuánto a solidario, ha sido una discusión desde entonces. Desde mi perspectiva, si esta plata del 6% se va a ahorro para el futuro, está bien. Segundo, tiene que haber derecho de propiedad para evitar los potenciales zarpazos. Y, al mismo tiempo, es clave que el sistema tenga grados de solidaridad para que sea aceptado por la gente, pero sin desincentivar el trabajo formal y la cotización'.

'El proyecto de Constitución, en lo económico, es ‘reguleque', tirando para malo'
-Usted firmó la carta de los 30 académicos e investigadores 'Convergencia transversal' con cuestionamientos a varios puntos de la propuesta de Constitución. ¿Qué le preocupa más?

'En lo que a mí corresponde como economista, me parece que el proyecto de Constitución, en lo económico, es ‘reguleque', tirando para malo. Esta propuesta de Constitución en términos económicos tiene muchos elementos que no son buenos para el crecimiento y genera problemas gigantescos en algunos sectores, por ejemplo, en el tema del agua, que quedó muy mal tratado. Segundo, hay temas que aparecen ahí que generan un ruido absolutamente innecesario. ¿Qué significa que la naturaleza tenga derecho? Hay dos partes en el mundo donde se ha aplicado esto: Bolivia y Ecuador.

Lo otro en lo que quiero ser enfático es respecto de los derechos sociales. Quizá es bueno que existan para que haya un norte en términos de las políticas públicas, pero que esté en la Constitución no significa para nada que mejore la salud, la educación o la vivienda. Y si además tenemos una Constitución con más de 80 derechos, qué priorización se está dando. No sirve para priorizar y genera expectativas gigantescas'.

-¿Qué otros aspectos está mirando?

'Lo otro que veo complejo para la economía y buen desarrollo económico, es que hay una serie de bajadas en el texto que lo único que generan son ataduras para el legislador. Por ejemplo, yo puedo estar de acuerdo con asegurar que el Estado resguarde el acceso a la educación para todos, pero ¿por qué sale en la Constitución que el financiamiento tiene que ser basal? ¿Qué tiene que hacer ese nivel de detalle en una Constitución? O, por ejemplo, ¿por qué en un articulado, después de hablar de todo el tema marítimo, aparece que las ocupaciones relacionadas con los temas portuarios tienen que ser considerados de alto riesgo? ¿Qué es eso? Eso es un grupo de presión que tenía una idea y logró ponerlo ahí.

Esos son dos ejemplos muy burdos con los que quiero decir que hay una serie de bajadas que van mucho más allá de lo que corresponde a una Constitución, porque se trató de hacer un plan de gobierno con una mirada muy clara'.

-En ese contexto, ¿votará Rechazo o Apruebo?

'Yo rechazo. He hablado de los temas que me competen en lo económico, pero también hay muchos otros temas, como la institucionalidad del poder político o el judicial con muchas señales equivocadas…'.

-¿Cómo avizora el impacto económico que va a tener el plebiscito?

'El país el 4 de septiembre en la noche y desde el 5 de septiembre va a seguir funcionado. Yo no creo que, gane el que gane, vayamos a tener un colapso o una caída de 4 puntos del PIB de aquí a que termine el gobierno. Vamos a crecer muy poco, pero vamos a seguir siendo el mismo Chile. Lo que sí me preocupa es que vamos en una senda de malas políticas públicas, y eso tiene costos. Ya vimos el costo de los retiros con la mayor inflación'.

-¿Qué riesgos está viendo?

'Desde hace un tiempo estamos diciendo que pequeñas cosas tienen impacto bien pequeño en la economía. Y quiero ser bien concreto. Por ejemplo, se dice que el tamaño del bono de $120 mil que se entregó es pequeño, pero, según Rodrigo Valdés, puede significar 0,25 puntos más de tasa por parte del Banco Central. Después viene el nuevo feriado, que es pequeño, un 0,2% de Imacec. Ahora sale el tema de la eliminación del copago de Fonasa, que también es pequeño. El problema es que cuando uno va agregando de a un grano de azúcar al café no se da cuenta de que se está poniendo más dulce, pero va a llegar un momento en que va a ser hostigoso. Estas son tres cosas que han pasado en un mes. No quiero hacer un juicio de si es o no para ganar un plebiscito, pero este mal camino nos lleva a malas políticas'.
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DAVID LEFIN L.-