Pais:   Chile
Región:   Metropolitana de Santiago
Fecha:   2023-07-14
Tipo:   Prensa Escrita
Página(s):   B6
Sección:   Economía y Negocios
Centimetraje:   12x26

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Mauricio Larraín, vicepresidente de la CMF, expuso en un seminario de Deloitte sobre la implementación de Basilea III. Deloitte
El Mercurio
En el marco de Basilea III:
CMF podría exigir un requerimiento de capital adicional a los bancos en 2024
Tras un proceso de supervisión, el regulador podrá solicitar mayor capital, acorde al estado y autoevaluación de cada institución financiera.
Los bancos se verán enfrentados a un proceso de mayores exigencias regulatorias por parte de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF). En mayo, el Banco Central ya activó una de las herramientas de Basilea III, el Requerimiento de Capital Contracíclico (RCC), de 0,5% adicional, equivalente a US$ 1.500 millones. Y ahora, la CMF podría exigir un requerimiento de capital adicional dependiendo de los riesgos que tenga cada banco.
Mauricio Larraín, vicepresidente de la CMF, indicó que como entidad reguladora avanzarán en requerimientos de capital por riesgos particulares para cada institución.
Este cargo de capital se enmarca en el proceso de supervisión que contempla el Pilar 2 de Basilea III. Este pilar es un proceso en que los bancos son responsables de desarrollar una evaluación interna de las suficiencias de su capital y de su liquidez.
En un seminario sobre la implementación de Basilea III organizado por Deloitte, Larraín señaló que los procesos de evaluación de los bancos terminan este año, y que en enero de 2024 se les requerirá a las instituciones capital adicional, en caso de que sea necesario.
Jorge Cayazzo, socio de risk advisory de Deloitte, explica que Basilea III contempla varias formas de requerimientos de capital a los bancos. De las herramientas que tiene, la última que quedaba por implementar era este cargo de capital “especial, que es el resultado del examen supervisor”.
Gestión de riesgos
Kevin Cowan, comisionado de la CMF, dijo en un seminario organizado por Aipef que se trata de una supervisión individual para cada banco en particular. Permitiría un “análisis más fino” de su modelo de negocios y su política de gestión de riesgos.
Cayazzo indicó que uno de los riesgos que podría estar incorporado en estos casos es el de concentración sectorial. Además, estos requerimientos de capital pueden ser transitorios, mientras el banco resuelve la debilidad observada.
A diferencia de otras herramientas de Basilea III, como el RCC, este cargo de capital es focalizado en cada banco, depende de las condiciones de cada negocio e, incluso, pueden existir instituciones que no lo requieran.
“Es el cambio más importante que ha habido en la supervisión de la banca en Chile en las últimas dos décadas, porque cambia un poco el paradigma, la forma de ver el banco”, afirmó Larraín. El informe supone desarrollar una “visión holística” de los riesgos y negocios del banco, por parte de su directorio y del supervisor. Los funcionarios de la CMF se han capacitado con instituciones internacionales.
El vicepresidente de la CMF contó que el proceso de evaluación de los bancos en este marco se inició en 2021, cuando entregaron el primer informe. Consistió en una autoevaluación del patrimonio efectivo. Para cada banco incluye la suficiencia interna de capital, y considera aspectos como las estrategias de negocio, los objetivos y riesgos. Luego, se sitúa en el peor escenario y evalúa la capacidad del banco para absorber shocks muy negativos.
En 2022 las instituciones entregaron un segundo reporte, en donde se ampliaba la cobertura a otros riesgos, como el riesgo de mercado.
Desde 2023 ya está en régimen esa área. Además, este año los bancos entregaron por primera vez el reporte relacionado con la suficiencia de liquidez, que entrará en régimen en 2025.
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CATALINA MUÑOZ-KAPPES