SEÑOR DIRECTOR
Es difícil no estar de acuerdo con las profesoras Palanza y Suárez-Cao sobre el diseño institucional que tiene por delante la Convención Constitucional. En vez de entramparnos en disputas sobre si el sistema debe ser presidencial o parlamentario, tenemos que considerar los objetivos que queremos conseguir.
En su carta, las profesoras plantean la necesidad de un sistema que desconcentre y descentralice el poder. Por eso, concuerdo en que una propuesta de Congreso unicameral, donde la representación es más bien política que territorial, puede atentar contra esos objetivos. Junto a la Julieta Suárez-Cao y otros investigadores de Espacio Público presentamos, hace meses, una propuesta de bicameralismo asimétrico, que permitiría resolver esta disputa al crear distintas lógicas de representación y funciones entra las cámaras.
Pero donde creo que las Palanza y Suárez-Cao se quedan cortas es sobre los objetivos a cumplir. Uno de los problemas del sistema político chileno es su baja legitimidad, que se relaciona con una característica de los sistemas presidenciales: cuando los gobiernos no cuentan con mayorías legislativas, se hace extremadamente difícil cumplir con sus promesas de campaña. A través del tiempo, eso ha llevado a un aumento de la desconfianza en la palabra de las autoridades.
Un sistema más cercano al parlamentarismo, combinado con un sistema electoral proporcional y bicameral, podría resolver los desafíos que plantean Palanza y Suárez-Cao -desconcentración del poder- a la vez que permitiría crear coaliciones programáticas de gobierno que cumplan, al fin, con sus promesas.
Pie de pagina
Javier Sajuria Garcés Académico Queen Mary University of London-
Enviar por correo
Generar pdf
Selecciona el contenido a incluir en el pdf
Texto de la nota
Imagen de la nota
Nex Prensa Escrita
Cambios al régimen político
La Tercera
SEÑOR DIRECTOR
Es difícil no estar de acuerdo con las profesoras Palanza y Suárez-Cao sobre el diseño institucional que tiene por delante la Convención Constitucional. En vez de entramparnos en disputas sobre si el sistema debe ser presidencial o parlamentario, tenemos que considerar los objetivos que queremos conseguir.
En su carta, las profesoras plantean la necesidad de un sistema que desconcentre y descentralice el poder. Por eso, concuerdo en que una propuesta de Congreso unicameral, donde la representación es más bien política que territorial, puede atentar contra esos objetivos. Junto a la Julieta Suárez-Cao y otros investigadores de Espacio Público presentamos, hace meses, una propuesta de bicameralismo asimétrico, que permitiría resolver esta disputa al crear distintas lógicas de representación y funciones entra las cámaras.
Pero donde creo que las Palanza y Suárez-Cao se quedan cortas es sobre los objetivos a cumplir. Uno de los problemas del sistema político chileno es su baja legitimidad, que se relaciona con una característica de los sistemas presidenciales: cuando los gobiernos no cuentan con mayorías legislativas, se hace extremadamente difícil cumplir con sus promesas de campaña. A través del tiempo, eso ha llevado a un aumento de la desconfianza en la palabra de las autoridades.
Un sistema más cercano al parlamentarismo, combinado con un sistema electoral proporcional y bicameral, podría resolver los desafíos que plantean Palanza y Suárez-Cao -desconcentración del poder- a la vez que permitiría crear coaliciones programáticas de gobierno que cumplan, al fin, con sus promesas.