Expertos en medio ambiente de la región analizaron los posibles riesgos medioambientales que podrían surgir en caso de un cese definitivo de faenas en Huachipato, coincidiendo en la importancia de contar con un plan de cierre detallado para evitar o mitigar afectaciones derivadas de residuos generados histo ricamente en la planta. Ricardo Barra, decano de la Facultad de Ciencias Ambientales de la Universidad de Concepción e investigador de Bula, indicó que 'siempre que hay una actividad industrial existen pasivos, que es necesario declarar y mantener adecuadamente tratados, por lo que un cierre no está exento de riesgos en particular a lo que pasivos ambientales se refiere. Por ejemplo, residuos industriales que pueden ser pe- ligrosos o no, y ello depende del comportamiento que ha mostrado la industria en forma progresiva, en términos de reportes a las autoridades ambientales y sanitarias respectivas, así como de los procesos llevados a cabo durante su vida útil', agregó.

'Dada que no siempre han existido las normas ambientales y sanitarias de hoy, va a ser necesario que se reporten adecuadamente los inventarios de residuos dejados por la larga data de la actividad productiva', complementó. Sobre los riesgos, Barra detalló que los puede haber 'asociados al mantenimiento de residuos antiguos en suelos, que pue- den transformarse en sitios con potencial presencia de contaminantes'. 'En el área existen muchos humedales y lagunas artificiales que han permitido contener y mantener residuos y así evitar la propagación de contaminación en áreas circundantes, en particular hacia aguas subterráneas', agregó el académico, subrayando que 'deben existir adecuados planes de cierre, que cautelen la conservación del patrimonio ambiental del sector'.

El experto añadió que 'la afectación potencial puede ser hacia los ecosistemas y también en la salud de las personas, recordemos que la población Li- bertad se estableció justo al frente de la industria siderúrgica, en un escenario típico de la industrialización de nuestra región de mediados del siglo XX'. Consultado sobre cómo mitigar el proceso de un posible cierre, enfatizó que 'se debe implementar un plan de cierre, que dé cuenta de los pasivos ambientales, si es que el sitio donde se emplaza la actual industria, no va a tener ese uso en el futuro, y si al sitio se le va a querer dar otro tipo de destinación. Yen el caso que siga siendo un sitio de uso industrial, tratar responsablemente no dejar un legado ambiental negativo', cerró.

AUTORIDAD

El seremi de Medio Ambiente, Pablo Pino, indicó en tanto que 'la empresa ha dicho que la decisión debería ser un proceso. Si van a detener o paralizar, ya sea parcial o indefinidamente su funcionamiento, se tiene que plantear en etapas, como todo proceso de cierre'. 'Por ahora, en los tres meses que siguen, la empresa seguirá operando como estaba hasta ahora, y si van a avanzar en el cierre, deberían desarrollar un plan de detención, el cual debe ser sociabilizado particularmente con la Superintendencia de Medioambiente', explicó. 'No obstante, entendemos que solo se encuentran detenidas las operaciones del laminador de Talcahuano.

El otro de barra y la restante unidad de proceso, incluidos los emisarios y el terminal marítimo, siguen igual. Por lo tanto, las resoluciones de calificación ambiental si- guen todavía manteniéndose en etapa de operación', afirmó. Pino sostuvo que 'si se plantea determinar el cierre de las operaciones de alguna unidad que tenga la resolución de calificación ambiental, se debe ver si esta es permanente o temporal, según eso, modificar los estatus de cierre y abandono de las resoluciones que estén vinculadas, pero eso tiene que verse en su mérito y momento'. 'Hoy las fiscalizaciones siguen funcionando de manera regular en relación a los planes de descontaminación que están vigentes y por la resolución ambiental, así que ahí no debería haber, por ahora, diferencias hasta que se planteen los avances de término de lo que la empresa va a ir decidiendo', concluyó.