Pais:   Chile
Región:   Metropolitana de Santiago
Fecha:   2022-01-10
Tipo:   Prensa Escrita
Página(s):   A5
Sección:   Internacional
Centimetraje:   24x27

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La experta participará mañana en una charla durante el seminario '¿Qué hemos aprendido de la pandemia hasta ahora?', de Espacio Público.
El Mercurio
ENTREVISTA A BETH NOVECK:
“Uno tiene que tener una visión de por qué usar la tecnología en primer lugar”
La experta en innovación en gobernanza resalta la importancia de capacitar al sector público. 'No ha habido ningún ejemplo más poderoso para entender el valor que pueden tener los datos para responder a los desafíos públicos que la crisis de la pandemia' dice.
'Si se piensa en la experiencia colectiva del Covid —cuando cada uno de nosotros, todos los días, revisamos cuántos casos hay, qué tan rápido el virus se está propagando—, no ha habido ningún ejemplo más poderoso para entender el valor que pueden tener los datos para responder a los desafíos públicos que la crisis de la pandemia, ayudándonos a seguir los desempeños de los gobiernos, pero también ayudándonos a tomar mejores decisiones por nosotros mismos, sobre si volver al trabajo, de enviar a nuestros hijos al colegio, etcétera', dice Beth Noveck, experta en innovación en gobernanza y directora del Burnes Center for Global Impact de la Universidad de Northeastern.

'Pasa no solo con el Covid, sino que también con el medio ambiente, la economía, con cada asunto en el que tengamos la oportunidad, gracias a nuevas tecnologías, a la ciencia de datos, para obtener mucha más transparencia sobre el estado del mundo y cómo el mundo está respondiendo', agrega en esta entrevista con 'El Mercurio' la académica, quien fue la primera subdirectora de tecnología de Estados Unidos y directora de la Iniciativa de Gobierno Abierto de la Casa Blanca bajo la administración de Barack Obama. Noveck defiende el uso de la tecnología y de los datos como una oportunidad para mejorar las democracias y hacer que el funcionamiento de los gobiernos sea más transparente y los haga responsabilizarse más por sus medidas. Pero no por el solo hecho de tener tecnología. 'Uno tiene que tener una visión de por qué usar la tecnología en primer lugar', afirma la experta que ha asesorado al ex primer ministro británico David Cameron y a la excanciller Angela Merkel. Es de cierta forma una nueva manera de pensar y hacer, dice, 'más abierta, más colaborativa, más dialogante, más ágil; eso significa más rápido y más experimental', algo que se ha visto durante la crisis sanitaria. Al teléfono desde Estados Unidos, menciona otras dos oportunidades significativas.

Una es el uso de la tecnología para ofrecer mejores servicios públicos, desde registrar un nuevo negocio a sacar un pasaporte, para hacerlos 'más simples, más fáciles, más rápidos y creo que más equitativos, más accesibles para las personas independientemente de sus antecedentes económicos'. 'Hemos visto durante la pandemia el poder y el valor de ser capaz de interactuar con los gobiernos en línea sin tener que ir a una oficina y tener que esperar en una fila en persona', acota la profesora de la Universidad de Northeastern, quien abordará el tema en una charla online mañana martes, durante el seminario '¿Qué hemos aprendido de la pandemia hasta ahora?' de Espacio Público. 'La tercera oportunidad es probablemente la más importante: que la gente participe en el gobierno y en la vida de nuestra democracia. Así sea en el diseño del proceso de cómo estos servicios son creados', dice. Se entusiasma hablando de ejemplos de cómo la tecnología puede mejorar la relación de la ciudadanía con sus gobiernos e incrementar la participación activa en la democracia.

Entre ellos, comenta un proyecto en Santiago de TheGovLab —una iniciativa que ella encabeza y que busca impulsar el uso de tecnología para resolver problemas públicos— con Unicef, Telefónica y la Universidad del Desarrollo para ver cuál era la experiencia de las mujeres en Santiago en su trayecto al trabajo, versus la de los hombres y las iniciativas de presupuesto participativo —'la oportunidad de decidir en cómo el gobierno gasta el dinero y toman esas decisiones juntos'— que se han dado en unas 1.500 comunidades alrededor del mundo. La otra cara de la moneda son los desafíos que vienen amarrados a esas oportunidades: la falta de capacitación para usar la tecnología en el sector público, saber definir el problema y reconocer que la tecnología no es siempre la respuesta a todo. 'La tecnología es muy atractiva y puede que haya un deseo de adquirir la última app o la última herramienta o la última tecnología, pero si no abordamos el problema subyacente, terminamos construyendo apps y sitios webs y herramientas que no resuelven nada. No conozco cuál fue la situación en Chile, pero en EE.UU., en Reino Unido, en muchos lugares, se gastó mucho dinero en rastreo digital de contactos (de contagios). Entonces, hay una app que te dice que si has estado cerca de alguien que tiene Covid, (pero) de hecho, creo que la mayoría de esas inversiones se desperdiciaron, fue una solución en búsqueda de un problema. Sabemos por experiencia, del ébola y de otras enfermedades, que simplemente puedes usar el teléfono para hacer rastreo de contactos y es bastante eficiente.

Gran Bretaña gastó 35 mil millones de libras en su estrategia de testeo y trazabilidad, y fue considerado por la mayoría como un total fracaso, porque, de nuevo, era una solución en busca de un problema, y realmente no funcionó muy bien', ejemplifica e insiste en usar los datos y la tecnología para construir soluciones en conjunto con los beneficiarios. Noveck reconoce los riesgos asociados al uso de datos privados por parte de los gobiernos como los ciberataques —algo de lo que 'tenemos que preocuparnos'— o la vigilancia de la ciudadanía —más evidente en dictaduras que en democracias— o espionaje. Sin embargo, dice que el mayor riesgo es 'usar la tecnología en formas que son ineficientes', que pueden 'terminar excluyendo a gente o haciendo que sea más difícil para la personas interactuar o participar con el gobierno'. Consultada sobre cuál sería su consejo para un gobierno que quiera tener esta visión, apuesta por la capacitación de los funcionarios públicos. 'Puede sonar obvio decir que hay que trabajar más rápido o que deberíamos conectar mejor con la ciudadanía o usar los datos. Pero saber cómo hacerlo no es obvio, no es algo que se enseña en los colegios, en las universidades. Así es que el primer paso tiene que ver con aprender.

Saber cómo usar estas herramientas que tenemos disponibles para resolver problemas reales, más que adquirir tecnología por el solo hecho de tenerla. Si vamos a aprender cómo diseñar un mejor servicio o hacer un mejor sitio web, o hacer que sea más rápido y fácil que la gente acceda a sus beneficios, u obtener un servicio de parte del gobierno, o comenzar un negocio, o tener un permiso, o reclamar por las regulaciones; entonces, realmente hay que capacitar a las personas para que hagan las cosas de manera diferente. Y eso es algo que es fácil de hacer, es específico, es concreto, y podemos hacerlo rápidamente, en términos de fomentar nuevas formas de aprender y enseñarle a la gente cómo trabajar en el siglo XXI', concluye.
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Carolina Álvarez Peñafiel -