Pais:   Chile
Región:   Metropolitana de Santiago
Fecha:   2022-01-25
Tipo:   Prensa Escrita
Página(s):   A10
Sección:   Vida - Ciencia - Tecnología
Centimetraje:   27x28

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Maisa Rojas confiesa que pensó que la iban a llamar para el Ministerio de Ciencia. 'Hubiese sido más fácil para mí, porque eso es lo que soy: científica. Fue una sorpresa que me llamaran para el Ministerio del Medio Ambiente'.
El Mercurio
Maisa Rojas, futura ministra del Medio Ambiente:
“Mi rol es materializar que este sea el primer gobierno ecologista del país”
Asume el desafío de implementar la Ley Marco del Cambio Climático, un nuevo 'rayado de cancha' del modelo de desarrollo para el futuro.
'Le he dedicado mi vida a entender el cambio climático y a proveer la evidencia para que otros tomen decisiones. La invitación ahora es que yo lidere la implementación de esas decisiones. Es un desafío súper lindo y espero estar a la altura', dice Maisa Rojas (49), destacada científica y experta en cambio climático que desde marzo se convertirá en la nueva ministra del Medio Ambiente.

Rojas es una climatóloga reconocida internacionalmente: directora del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2, académica de la U. de Chile y una de las autoras del informe del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC), que provee de evidencia científica para que las naciones tomen acciones contra este fenómeno.

En los pocos días que han pasado desde su nombramiento, Rojas ya tiene definido cuáles son las prioridades al frente de esta cartera. Una de ellas es que se apruebe pronto la ley que crea el Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas que lleva años en carpeta. 'Sin ella, parte de la institucionalidad medioambiental está coja', dice.

'Otro de los énfasis estará en la implementación de la futura Ley Marco de Cambio Climático que esperamos que logre salir del Congreso antes del cambio de mando y si no, sacarla lo antes posible. Ayudará a transversalizar el tema del cambio climático dentro del Estado, ya que le da atribuciones y responsabilidad a un número importante de ministerios que van a tener que comenzar a hacerse cargo de ciertos compromisos adquiridos en la estrategia climática de largo plazo. Van a tener que implementar medidas definiendo sus planes de adaptación y de mitigación y reportarle al Ministerio del Ambiente cómo va ese avance'.

— ¿Por qué es tan importante esa ley?

'Es importante y transformadora: es el rayado de cancha del modelo de desarrollo del país para las próximas décadas. Es una etapa crucial en el que hay que poner el acelerador a fondo para cumplir con los compromisos internacionales adquiridos cuando firmamos el Acuerdo de París'.

—¿Cuáles son los otros desafíos?

'Lo más urgente es el tema del agua. La crisis hídrica es una causa muy sentida en la población y en muchos territorios porque llevamos más de 12 años con una megasequía. Tener que esperar que el agua te la lleve un camión aljibe es dramático.

Las decisiones que toma el Estado con respecto al agua involucran a 40 instituciones, solo ese dato te da una idea de que es un problema muy complejo de abordar. Parte de los cambios tienen que ver con la Constitución, las leyes y desenmarañar esta situación tan compleja.

Otra área que es crítica son las tristemente llamadas ‘zonas de sacrificio', en donde el desarrollo es sucio y contaminante. Ese es un trabajo que hay que abordar de forma multifactorial y multisectorial'.

—Precisamente, su ministerio es uno de los que tiene que trabajar más con otros ministerios, casi al nivel de Hacienda…

'Mi primera tarea es conseguir muchos aliados. Un gran aliado es el ministerio de Energía y estoy segura de que seguirá siéndolo, pero tener en la mesa al ministro de Hacienda puede poner el acelerador en la agenda de la acción climática'.

—¿Cómo piensa que se puede compatibilizar el desarrollo económico con la protección ambiental?

'Hay una falsa contraposición entre el desarrollo económico y el cuidado del medio ambiente que debe dejar de existir. No podemos seguir pensando que es lo uno o lo otro, porque deben ir de la mano. La única manera de desarrollarse es hacerlo en armonía, con la naturaleza y no en contra de ella'.

—Un caso emblemático es Dominga, con todas las aristas políticas, legales y económicas que tiene.

'Preferiría no involucrarme, pero lo que puedo decir es que tenemos una institucionalidad ambiental que ya tiene varios años, sin embargo, por alguna razón, sigue habiendo casos en los cuales la opinión pública no cree que esté funcionando bien y no cumple el propósito de tener reglas claras. Lo que se debe aprender de este caso es que debemos reforzar nuestra institucionalidad: si decimos que en un lugar la actividad productiva se debe limitar o debe ser cero, entonces que eso ocurra. Vamos a llegar a una madurez del Estado cuando tengamos una institucionalidad en que todos confiemos'.

— ¿Cree que Chile puede convertirse en un líder mundial en temas del medio ambiente?

'Me encantaría y creo que mi rol es materializar que este sea el primer gobierno ecologista del país, como dijo el Presidente Boric. Si yo logro materializar eso, creo que el país será reconocido como un líder mundial de protección del medio ambiente'.

—¿No le da temor que sus pares y la comunidad medioambientalista se hagan sobreexpectativas y, luego, critiquen su gestión, como ha pasado en otros casos?

'Totalmente. Alguien me dijo que la política es la ciencia de lo posible. Es muy distinto estar al otro lado, generando evidencia y haciendo recomendaciones. Las decisiones políticas no se toman solo con la evidencia científica. Debiera ser una parte importante, pero hay un montón de otras consideraciones y eso va a ser parte de mi aprendizaje: conjugar una diversidad de necesidades, elementos y cambios que van ocurriendo de una forma muy acelerada. El camino está lleno de obstáculos, lo sé, pero tengo un norte claro'.

Recuadro
Nueva Constitución

'La Constitución es una regla común de convivencia para los próximos años. A partir de ella podemos reconstruir la manera en que nos desarrollamos con la naturaleza. A veces se caricaturiza de que los ambientalistas quieren conservar todo prístino, y eso no es viable. Estamos acá, somos parte de la naturaleza, tenemos necesidades que suplir. No hay que elegir entre uno u otro: con equilibrio podemos satisfacer las necesidades de mayor bienestar junto con la posibilidad de que los ecosistemas puedan seguir proveyéndonos de servicios'.
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Alexis Ibarra O.-