En comparación con otras industrias, se puede decir que la construcción está en pañales en cuanto a la transformación tecnológica. Así lo confirmó un estudio elaborado por la Cámara de Comercio de Santiago, PMG Business Improvement y el Comité de Transformación Digital de Corfo, que asignó solamente 33 puntos de un total de 100 en el ítem “Transformación cultural y digital”.
Si bien esta es una cifra baja, los softwares de digitalización para ciertos procesos constructivos sí existen hoy en día, sin embargo, no son muy utilizados en las obras, por lo que se puede decir que la construcción está en una etapa retrasada en cuanto a la aplicación tecnológica. 
Con esto no nos referimos a la utilización exclusiva de herramientas eléctricas e inalámbricas, ni mucho menos a la maquinaria liviana o pesada, sino que a softwares, ingenieriles o arquitectónicos, capaces de agilizar procesos. 
Uno de estos sistemas, que cada vez toma más fuerza en Chile, es el Building Information Modeling (BIM). “Es la coordinación de proyectos mediante el modelamiento. Esto se trata de que, todos los planos que teníamos solamente en 2D, a eso se le va dando volumen mediante la digitalización. Lo que se busca con el BIM es la coordinación de los proyectos, para así encontrar las incongruencias que surjan antes de comenzar el proyecto: por ejemplo, poder ver si hay desniveles de planta, y en base a eso tú puedas coordinar el proyecto y eliminar o minimizar las incongruencias”, explicó Herman Leyton, jefe de calidad de CyG Proyectos. 
El experto agregó que el objetivo principal del BIM es “optimizar los proyectos en base a los recursos que existen. Con esto se puede hacer el proyecto más rentable, cumplir con los plazos pactados, rendir el presupuesto y ojalá hacer la menor cantidad de interferencias posibles”.
 
Realidad virtual: el futuro es hoy 
Una de las metas más importantes para optimizar el tiempo dentro de las obras de construcción durante el último tiempo es la visión compartida, es decir, una planeación conjunta y coordinada que conlleve a que cada miembro de la obra, desde el arquitecto hasta el obrero, se sientan involucrados dentro de una faena y conozcan la importancia que tiene su labor. Así tendrán más compromiso y habrán mejores resultados. 
Utilizando la tecnología, este objetivo se puede cumplir a través de la realidad virtual. “Por ejemplo, que cada trabajador pueda revisar el modelo del departamento dentro de un software de realidad aumentada o 3D, donde quizás puedan pasearse por la misma obra que están construyendo, pero visualizando cómo debería quedar. A través de su mismo teléfono, podrían ver cuales son las expectativas o la calidad del producto final”, aseguró Leyton.
 
 
Según el profesional, “este sistema se ocupa solo en algunas empresas, y lo utilizan pocas personas dentro de la obra, como jefes de terreno o jefes de proyecto, pero no permea al trabajador propiamente tal, para que él llegue a conocer el proyecto digitalmente”.
Para finalizar, Leyton aseguró que el sistema de realidad virtual puede favorecer, incluso, a las inmobiliarias al momento de vender alguna propiedad en verde o en blanco. “Al momento de comprar, en un futuro no muy lejano, podrían ponerte unos lentes de realidad virtual y que el comprador comience a caminar por el departamento, y así pueda tener las experiencias antes de comprar. Eso se podría hacer con el modelamiento”, sentenció.