Pais:   Chile
Región:   Bío Bío
Fecha:   2021-08-29
Tipo:   Prensa Escrita
Página(s):   3
Sección:   Opinión
Centimetraje:   10x28
El Sur Concepción
Sostenibilidad hídrica en Biobío: ¿lejos o cerca?
Recientemente tuvimos el privilegio de participar en el congreso virtual internacional "Soluciones para la sustentabilidad hídrica de la Cuenca del Biobío", organizado por la Agencia de Sostenibilidad y Cambio Climático, junto a la Corfo y el patrocinio de los Centros Eula y Crhiam, ambos de la Universidad de Concepción.

Se trató de una actividad relevante, sobre todo en un contexto donde la Región del Biobío puede liderar el tema de la sostenibilidad hídrica en el país. Esto, porque cuenta con capacidades instaladas en la Universidad de Concepción y otras casas de estudio, para colaborar tal como antes lo hemos hecho, en la gestión sostenible del agua. Sobre todo, en su condición de bien cada vez mas escaso.

La primera preocupación es el uso de las aguas subterráneas, a las que lógicamente recurrimos cuando escasean las aguas superficiales. Sin embargo, tal como en el citado congreso lo explicó el académico UdeC, José Luis Arumi, estamos utilizando un recurso que es -en la práctica- poco conocido en términos de su volumen disponibilidad y calidad. Lo mismo pasa con los procesos que requieren una recarga natural, que usualmente son las lluvias, tan poco activas durante la última década.

En la misma instancia virtual, los colegas de las universidades de Córdoba y Zaragoza que participaron, ilustraron cómo ellos han articulado confederaciones de cuenca, una instancia que ha demostrado ser el mecanismo más efectivo para la gestión del agua en zonas áridas. También ha permitido generar la necesaria colaboración entre agentes públicos y privados para su manejo sostenible.

Aunque articular este tipo de confederaciones no es una tarea sencilla, en nuestro caso ya se ha instalado en la Cuenca del Biobío una junta de vigilancia, que entre sus objetivos tiene un lugar especial el concepto de sostenibilidad, considerado como un eje central de la actividad.

Otra experiencia de gestión local del agua se presenta en la comuna de Ránquil, Región de Ñuble, donde hay que destacar el rol del género en la gestión del agua, pues son las mujeres de las zonas rurales quienes han tomado las iniciativas para dotar a zonas aisladas de agua potable. También, de su cuidado y monitoreo.

En paralelo, nuestra zona está construyendo su estrategia de recursos hídricos a través de un trabajo multisectorial, dirigido por la Dirección General de Aguas, que posee objetivos que se han ido construyendo de forma participativa, con los actores del mundo público y también privado, pero también con la participación de investigación asociada, como un componente importante.

Así, todas las presentaciones de la actividad consideraron la necesidad de incorporar a la sociedad una elaboración de estrategias "de abajo hacia arriba", a través de la gestión local, pero también en las elaboradas desde el nivel regional.

La colaboración y confianza fueron dos ideas-fuerza que todos transmitieron en las presentaciones y también en la mesa redonda, donde se destacó especialmente la necesidad de construir las capacidades para abordar los nuevos desafíos del cambio climático, sostenibilidad y escasez de agua. Un ejemplo de ello es la situación de la calidad de este último recurso a nivel subterráneo en los sistemas de agua potable rural, que muestran incipientes señales de deterioro, como es el caso del arsénico en la comuna de Santa Juana.

Esto demuestra que hoy se pueden construir, a nivel regional y local, alianzas efectivas para proteger el recurso.

Esta región tiene ventajas comparativas para abordar la crisis de la escasez de agua, pues tiene las capacidades y el conocimiento que puede contribuir a enfrentar de manera más exitosa, pues se puede hacer en forma práctica. Esto significa que aprovechando estas capacidades locales podremos enfrentar de manera exitosa esta crisis.

Se puede -sin duda- establecer como ejercicio piloto de gestión de cuencas en nuestra región, como una política pública que asegure su desarrollo, pero mucho más asociada a la perspectiva de la sostenibilidad, lo que podría indicar que estamos más cerca que lejos del objetivo.
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DR. RICARDO BARRA RÍOS, Director Centro EULA, Facultad de Ciencias Ambientales, Universidad de Concepción-