Pais:   Chile
Región:   Metropolitana de Santiago
Fecha:   2020-03-27
Tipo:   Suplemento
Página(s):   7
Sección:   Suplemento - RESTAURANTES / CRÍTICA
Centimetraje:   15x18
El Mercurio - Wikén
Amandine Realmente bueno (y para llevar)
Puede llamar a la confusión, pero para esto estamos. El hotel Hyatt Centric de calle Enrique Foster tuvo la asesoría del restaurante Baco en sus inicios, pero hace un buen tiempo que ya no. Entonces, a no confundirse, porque aunque la carta sigue siendo de pronunciada tendencia francesa, el caballero a cargo actualmente es belga. Y esto no se traduce en solo choritos con papas fritas mayo (que obviamente tienen, más finos, al vapor de sauvignon blanc y con una salsa 'de la abuela'). No, porque la actual carta es tan gala que tiene hasta un acápite dedicado al pato, lo que es desde ya una declaración de intenciones que hace feliz a muchos, menos a los plumíferos protagonistas de las recetas.

Lo otro a aclarar es que actualmente, después de esta visita, el Amandine solo atiende a los pasajeros del hotel. Y, por la cuarentena en curso, ha implementado un servicio de take away —con parte de su carta, ubicable en su Instagram y Facebook—, el cual está disponible entre 8:00 y 19:00 horas (T: 228921204). Entonces, usted encarga y luego pasa a buscar (se lo pueden llevar hasta el auto). Lo otro sería recurrir el servicio RappiFavor, para ni moverse de la casita.

De entre los platos para compartir cuando estaba abierto a público, fue difícil decidirse, entre ostras con salsa holandesa al champagne, otras con vinagreta de vino y chalotas o el jardín royal, que es un mix de ostras, camarones, langostinos, choritos y centolla (a $22.000, eso sí). Entonces, para irse con calma, se convocó a una trilogía de tártaros ($14.000), con uno de atún con palta, otro de salmón al jengibre y un tercero de ostiones con cebolla dulce. Ni tamaño Barbie ni de picada. Justo justo. Y con cero desperdicio, aunque la pena es que de lo probado, esto es lo único que no está en la oferta del delivery. Snif.

Luego fue el turno de los principales y el postre (que sí pueden pedirse para llevar, sin desmerecer unos desayunos mayúsculos disponibles en esta oferta transportable). Primero, una singularidad que merece probarse: un trozo de esturión ($13.000), ese pescado semiprehistórico que produce el caviar, en este caso acompañado de puré de coliflor y un pak choy grillado, todo con una salsa de champaña y unos caviarcitos por ahí. A la par, una maravilla llenadora y fina (de hecho, el señor mozo comentó que no era recomendable para la cena): un parmentier de pato ($12.000), es decir, un ragout de carne del plumífero, mezclado con algo de su hígado —foie—, cubierto por un puré de papa gratinado y coronado con un huevo pochado… Qué manera de quemarse la boca, porque estaba riquísimo —de ahí la impaciencia— y muy caliente. Para la otra quedarán el foie a la sartén, el confit y el magret. Para cerrar, una crème brûlée ($5.000) impecable.

Entonces, si la atenta atención y la magnífica cocina se replican en el formato para llevar —algo que es posible esperar—, disponga el mantel y saque el vino con medallas que tenía guardado.

Enrique Foster 30, 228921204.

Recuadro
Hasta el cierre de esta edición, todos estos restaurantes contaban con sistema de despacho o retiro.

El funcionamiento de estos locales depende de las decisiones que tomen las autoridades correspondientes
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Por Esteban Cabezas-