Aires de un cambio cultural es lo que se respira en los hogares chilenos. Así lo sugieren los resultados de la 'Encuesta Nacional Bicentenario UC 2020', que este año se realizó durante la pandemia (entre el 24 de junio y el 5 de agosto), y la cual reveló que cada vez son menos las mujeres en las que recae todo el trabajo doméstico.

También ha aumentado el porcentaje de las que consideran que la distribución de las tareas del hogar es justa para ellas y su pareja.

Este año, el sondeo encuestó a 1.002 personas de 18 años o más vía telefónica, debido a la pandemia de covid-19.

En comparación con otros años, la medición arrojó una caída sostenida en la proporción de mujeres que dicen hacer todas o casi todas las tareas familiares y domésticas.

Así, si en el año 2008, estas eran el 71% de las encuestadas, en 2017 fueron el 61% y este año se redujo al 55%.

'Aunque la mayoría de las mujeres (55%) dice que ella asume las tareas del hogar, se ve un cambio cultural importante en el que cada vez más los hombres están tomando participación, y eso tiene que ver con que la mujer se ha ido incorporando al trabajo, tiene más educación y comparten en igualdad de condición', comenta Francisca Alessandri, coordinadora de la encuesta y magíster en Ciencia Política.

'Sin embargo, vemos que ese cambio cultural ha permeado mucho más en los jóvenes y en los estratos socioeconómicos altos, en cambio, en los niveles más bajos, es donde la transformación es más paulatina'.

Los resultados arrojan que, en el tramo de entre 18 y 34 años, el 44% de las encuestadas asegura que todo o casi todo el trabajo doméstico recae sobre ellas, pero esa cifra se eleva al 63% en el caso de las que tienen 65 años o más.

Por otro lado, en el nivel socioeconómico alto, ese porcentaje de chilenas es casi la mitad que en el bajo (38% y 60% respectivamente).

Algo parecido sucede con la percepción de justicia sobre la división de las tareas de la casa. Si bien el 70% de todas las encuestadas cree que esta distribución es justa tanto para ellas como para su pareja, la proporción se eleva al 90% en el estrato alto y se reduce al 63% en el bajo.

La tendencia general hacia una distribución más equitativa de las labores domésticas en Chile, con ciertos matices según la variable socioeconómica, va en la misma línea de lo que ocurre en los países más desarrollados de Occidente, comenta Mauro Basaure, director del doctorado en Teoría Crítica y Sociedad Actual de la U. Andrés Bello e investigador COES.

'En estos países también se da el mismo fenómeno de democratización sostenida y de que los cambios culturales se dan entre las élites y luego se expanden, pero muy lento', dice.

'Y eso tiene que ver con la educación, pero también con que las costumbres y tradiciones son pesadas, es decir, muy difíciles de cambiar', añade.

Problemas psicológicos

La medición también indagó en el nivel de estrés psicólogo y la salud mental de las personas. Y el resultado reveló una enorme brecha: los problemas psicológicos serios alcanzan al 21% de las mujeres frente al 9% de los hombres.

Roberto Méndez, académico de la Escuela de Gobierno de la UC, quien participó en la encuesta, comenta: 'Este diferencial tan grande nos pone de manifiesto que probablemente hay un conflicto en los hogares chilenos donde las mujeres tienen más carga de algún tipo'.

Y añade: 'Si bien la distribución de las tareas ha ido mejorando, todavía hay una desigualdad que podría explicar estos resultados y sirve para que las parejas tomen conciencia de la importancia de la división de labores en la casa'.

En términos de la población general, el sondeo indica que 15 de cada 100 encuestados ha presentado problemas de salud mental durante la pandemia con estrés psicológico serio.

Sobre qué tan malo es este resultado, Méndez dice: 'El último estudio en Estados Unidos, hecho antes de la pandemia, reveló que el indicador era 4%, lo que se consideraría lo normal, de manera que se habría cuadruplicado el número de personas con problemas psicológicos serios en pandemia'.

Y añade: 'Uno podría pensar que la cuarentena es lo que ha afectado a las personas, porque finalmente ha cambiado sus formas de vivir, de trabajar, y aumentado la preocupación y la incertidumbre'.

En el ámbito de salud mental se ven nuevamente fuertes diferencias según el nivel socioeconómico. Así, si solo el 2% de las personas en el nivel alto presenta estrés psicológico serio, la cifra sube al 15% en el medio y al 19% en el nivel bajo.