Quisiéramos sumarnos a una importante reflexión realizada por Daniel Matamala en su columna del domingo en estas mismas páginas. Un chileno está muriendo por Covid cada 15 minutos y parece que aún no nos damos cuenta de la enorme tragedia que ello significa. Cada día que pasa, cifras que son desoladoras pasan desapercibidas frente a nuestros ojos y oídos. Muchos se quejan de las nuevas restricciones, algunos piden excepciones y otros exigen medidas más drásticas para combatir la pandemia. Todos, de alguna manera u otra, intentamos seguir con nuestras vidas, pero parecemos olvidar el dolor de miles de compatriotas que han perdido a sus seres queridos.
Por ello, quienes trabajamos en la primera línea del duelo, hacemos nuestro mejor esfuerzo para que esas familias que lloran su pérdida tengan el mejor acompañamiento posible en momentos de desconsuelo. Y pese todas las restricciones vigentes en velatorios, ceremonias y funerales, a la imposibilidad de vivir un momento de desahogo más extenso, un ritual como los de antaño, mantendremos el compromiso de estar junto a ellos homenajeando el nombre de miles de víctimas que se van en silencio.
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Juan Andrés Fuentealba Gerente general de Funeraria Hogar de Cristo-
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Nex Prensa Escrita
A los que se van en silencio
La Tercera
SEÑOR DIRECTOR
Quisiéramos sumarnos a una importante reflexión realizada por Daniel Matamala en su columna del domingo en estas mismas páginas. Un chileno está muriendo por Covid cada 15 minutos y parece que aún no nos damos cuenta de la enorme tragedia que ello significa. Cada día que pasa, cifras que son desoladoras pasan desapercibidas frente a nuestros ojos y oídos. Muchos se quejan de las nuevas restricciones, algunos piden excepciones y otros exigen medidas más drásticas para combatir la pandemia. Todos, de alguna manera u otra, intentamos seguir con nuestras vidas, pero parecemos olvidar el dolor de miles de compatriotas que han perdido a sus seres queridos.
Por ello, quienes trabajamos en la primera línea del duelo, hacemos nuestro mejor esfuerzo para que esas familias que lloran su pérdida tengan el mejor acompañamiento posible en momentos de desconsuelo. Y pese todas las restricciones vigentes en velatorios, ceremonias y funerales, a la imposibilidad de vivir un momento de desahogo más extenso, un ritual como los de antaño, mantendremos el compromiso de estar junto a ellos homenajeando el nombre de miles de víctimas que se van en silencio.