Pais:   Chile
Región:   Metropolitana de Santiago
Fecha:   2021-04-03
Tipo:   Prensa Escrita
Página(s):   A2
Sección:   OPINIÓN
Centimetraje:   17x18
El Mercurio
Aprendiendo a un año de la pandemia
'…la educación híbrida (de calidad) requiere de condiciones clave como conectividad, capacidades de docentes para desarrollar sus clases en estos ambientes y competencias de estudiantes que apuntan a la autonomía…'.
Como una película que retrocedemos en alta velocidad, estamos reviviendo el encierro y frustración de dejar la presencialidad para intentar conectarnos a distancia y seguir estudiando y trabajando a través de la pantalla de un computador o teléfono. Esta vez lo hacemos con experiencia acumulada. A un año de la pandemia y cierre de colegios, necesitamos aprender e incorporar con agilidad y convicción lo aprendido, porque si no, corremos el riesgo de seguir improvisando y desaprovechando oportunidades educativas reales.

Los profesores han manifestado, a través de estudios como 'Estamos conectados', de Fundación 2020, que su mayor preocupación en este momento es el estado emocional de sus estudiantes, seguido por el de ellos y sus pares. De ahí que, para enfrentar esta nueva etapa, debemos redoblar acciones para el manejo de emociones, cansancio acumulado y contención. También necesitamos considerar el desarrollo de habilidades que algunos llaman 'blandas', pero que hoy son críticas y determinantes para abordar brechas entre aquellos estudiantes que logran mayor autonomía, curiosidad, capacidad de autogestión (agenciamiento), y los que no lo consiguen aún.

Desde AprendoEnCasa.org, programa creado al inicio de la pandemia, que hoy junto a la Universidad de Harvard y la Fundación BHP apoya la transformación educativa, hemos observado cómo profesores y familias de la región están buscando prioritariamente contenidos y estrategias para continuar aprendiendo y desarrollando habilidades. El desafío es doble: recuperar aprendizajes y potenciar estas habilidades que hoy acentúan las brechas en el siglo XXI.

Respecto de la tecnología, durante este tiempo hemos mal llamado 'clases híbridas' a aquellas que replican exactamente lo mismo que pasa en la sala presencial, pero que se transmiten en línea. El estudio 'Radiografía digital' publicado en febrero por Fundación VTR señala que el 69% de los niños reconoce que las clases virtuales fueron menos efectivas que las presenciales. Mientras que los profesores apuntan a que las estrategias pedagógicas digitales más efectivas, en las actuales circunstancias, han sido las tutorías personalizadas, seguidas por videos creados por ellos mismos y contenidos publicados en otras plataformas. La evidencia nos indica que la educación híbrida (de calidad) requiere de condiciones clave como conectividad, capacidades de docentes para desarrollar sus clases en estos ambientes y competencias de estudiantes que apuntan a la autonomía.

Este también ha sido el año en que las compuertas de la innovación se abrieron de par en par. Nuestros profesores han mostrado su capacidad de adaptabilidad, de buscar soluciones a desafíos de cómo enseñar y profundizar cambios que veníamos arrastrando. De acuerdo con 'Estamos conectados', a la mayoría de ellos les gustaría continuar utilizando en el futuro las plataformas virtuales interactivas y los proyectos grupales. Pero para que estos cambios se consoliden en el tiempo, es necesario apoyar a profesores en estas nuevas prácticas. Estados Unidos, por ejemplo, dictó una ley para la recuperación de aprendizajes, con foco en acortar la brecha educacional, pero también para analizar y comprender los cambios que se están generando.

Como vemos, 2021 será un año para cerrar brechas y acelerar cambios. El volver a clases presenciales o a distancia y lograr una estabilidad no debería significar volver a lo mismo, sino aprovechar lo aprendido, producto de la experiencia, capacidad de resiliencia, transformación y visión de la educación que hemos acumulado.
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Ana María Raad Briz. Fundadora Fundación REimagina y AprendoEnCasa.org-