La pandemia de Covid-19 ha obligado a adecuarse a empresas de todos los tamaños y al sector público a protocolos que hasta hace poco eran desconocidos y poco relevantes, como la constante sanitización de espacios o el control de aforos. Estas necesidades, a su vez, han llevado a que diferentes empresas busquen soluciones innovadoras o comercialicen productos que permiten aumentar la bioseguridad de espacios que a pesar de las cuarentenas deben mantenerse funcionando. Un caso es el de AdClean, fórmula que por medio de la nanotecnología transforma agua común y corriente en un poderoso sanitizante, rápido e inocuo, pero muy efectivo contra el Sars-Cov-2. Este producto, testeado en laboratorio por la Escuela de Medicina de la Universidad Católica, fue usado en los accesos del Metro Usach, como parte de una donación a Estación Central, uno de los municipios que realiza operativos de sanitización de sectores de alta afluencia de personas. El Metro de Santiago es un servicio esencial para la ciudad y por ello su flota de trenes también es objeto de constantes sanitizaciones, las que deben tener la mayor duración posible, por los miles de personas que diariamente transporta el ferrocarril metropolitano. Entre otras, la empresa estatal ha usado la tecnología Aegis Microbeshield, una especie de barniz protector que tiene la capacidad de adherirse firmemente a las superficies, permaneciendo intacto por más de 90 días. Se trata de una molécula modificada, patentada en EE.UU. y compuesta por 3 elementos: Silicato, Nitrógeno y una cadena de Carbono. El primero de ellos, polimeriza; el segundo, gracias a su carga positiva (+) cumple la función de atraer gérmenes y patógenos hacia la cadena de carbonos, que rompe sus membranas. Otro sector que tomó impulso en 2020 es el control de accesos y aforos, para evitar que aglomeraciones faciliten la eventual transmisión del virus. A esto se suma la constante necesidad de mejor seguridad en diversas instalaciones. Ante las aplicaciones que miden temperatura y controlan el aforo, hay otras que llevan el registro a un nivel más detallado, como Smart Access de Scharfstein, que unifica el hardware y software del control de acceso, que puede consultar, guardar y verificar información, para tener en tiempo real un detalle de la cantidad de visitas, ubicación en filas virtuales, autorizaciones de ingreso y hasta uso de estacionamientos. El programa, detallan sus creadores, permite entre otras cosas que el pase -cédula de identidad, patente, tarjeta o código QR- no pueda usarse para ingresar si ya cuenta un registro de entrada, evitando suplantaciones.