El proceso de vacunación masiva contra el covid-19 se inició hace más de seis meses en Chile. Y el primer grupo en ser inoculado fueron los adultos mayores, partiendo a comienzos de febrero con los pacientes de más de 80 años.

A dicho segmento se le aplicó la fórmula del laboratorio chino Sinovac y el proceso fue avanzando rápidamente, hasta cubrir hoy a más del 70% de la población total del país. Y si bien la idea era proteger primero a los ciudadanos más vulnerables ante el coronavirus, los estudios de seguimiento indican que la CoronaVac ha ido perdiendo efectividad con el paso de los meses.

Ahora, con la publicación de la incidencia de contagios, ingresos a Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) y fallecimientos por covid-19 en pacientes con y sin vacunación y según rango etario, es posible analizar cómo han evolucionado las distintas fórmulas según la edad de los pacientes.

Y surge una tendencia: mientras en la población menor a 80 años el efecto de las inyecciones es claro en la disminución de hospitalizaciones en UCI, muertes y, en menor medida, prevención de infecciones, en los adultos de más de 80 el efecto parece estar siendo mucho menor.

Por ejemplo, durante la última semana, la incidencia de contagios por cada 100 mil habitantes con esquema de vacunación incompleto fue de 17,4. En el de los pacientes con inmunización, de 17,6, es decir, el efecto de la vacuna no se percibe.

Lo más preocupante es que en los ingresos a UCI también se ve un fenómeno similar. En los últimos siete días, la incidencia de hospitalización en estas unidades para personas sin inmunización completa fue de 1,3 cada 100 mil habitantes, mientras que para los vacunados fue de 1. La semana anterior, la diferencia también era mínima, 2,5 cada 100 mil habitantes para los no inmunizados y 2,6 para los vacunados.

Según Ernesto Laval, ingeniero experto en visualización de datos, estas cifras muestran que 'en contagios, no parece estar habiendo actualmente una mayor protección de las vacunas en los mayores de 80 años. En UCI, uno podría decir que hubo una efectividad de 24% en las últimas semanas, aunque hay que destacar que la cantidad de pacientes que están llegando son muy pocos'.

Agrega que 'cuando uno ve el número de fallecidos, sí hay una protección importante en este rango etario. Si se consideran los datos de la última semana, la vacuna tuvo una efectividad de 50% en fallecidos, lo que sigue siendo considerable'.

Javier Tinoco, infectólogo de Clínica Universidad de los Andes, asegura que 'hay que tener presente que siempre en las vacunas, en todas las enfermedades, la inmunogenicidad es un poco menor en los adultos mayores. Igualmente, en el resultado que es más importante, que es la mortalidad, efectivamente se ve que se mantiene una diferencia'.

Añade que estos resultados son 'un punto que consolida todavía más la necesidad de una dosis de refuerzo. Eso fue motivado particularmente porque en el estudio de efectividad con que se ha hecho seguimiento en Chile durante seis meses, se vio que había una caída significativa de covid-19 sintomático, no así de los casos más graves. Así que esto refleja la necesidad de aplicar la dosis de refuerzo, especialmente para este grupo, que es el que desarrolla más complicaciones y casos más graves'.

Jeannette Dabanch, vocera del Comité Asesor en Vacunas y Estrategias de Inmunización (Cavei), concuerda en 'que ya sabíamos que los títulos de anticuerpos que generan las vacunas caían considerablemente a los seis meses de la segunda dosis. Esto puede ser el correlato que necesitábamos y que evidencia la necesidad de complementar la inoculación con una dosis de refuerzo'.

Hasta esta semana, y pese que durante las últimas dos estuvieron dentro del calendario de vacunación, solo el 48% de los mayores de 80 años ya había recibido una dosis de refuerzo, es decir, hay más de 293 mil personas que se encuentran rezagadas.

En todos los demás grupos etarios, las personas con vacunación completa muestran una incidencia de contagio menor a los no vacunados o con esquema incompleto, mientras que en ingresos a UCI es, en promedio, tres veces mayor para quienes no han completado la inmunización y hasta seis veces más alta cuando se analizan los fallecimientos causados por el covid-19.