Pais:   Chile
Región:   Metropolitana de Santiago
Fecha:   2021-09-14
Tipo:   Prensa Escrita
Página(s):   11
Sección:   Opiniones
Centimetraje:   28x6
La Segunda
Escasez de trabajadores e inactividad femenina
Mucho se habla estos días de la falta de trabajadores y de postulantes, pese a las ofertas laborales disponibles, lo que a todas luces parece contraintuitivo en un contexto de crisis laboral. En esta discusión se ha atribuido la falta de trabajadores, entre otras cosas, a la entrega de subsidios estatales, que estarían desincentivando el trabajo por el 'miedo' de las personas de perder estos beneficios; también la discordancia de expectativas respecto a las condiciones laborales ofrecidas, la falta de competencias técnicas de los postulantes, el miedo al contagio y la incertidumbre respecto a la recuperación de la antigua normalidad.

Sin embargo, poco se ha relevado el peso de la inactividad femenina en la escasez de mano de obra. De acuerdo a los datos del INE, más de un millón de mujeres han salido de la fuerza laboral desde que comenzó la pandemia, y solo se han reincorporado unas 270 mil. Por otra parte, el ritmo de recuperación de los empleos de mujeres ha sido más lento que en el caso de los hombres —solo la mitad— además de precario, considerando que en gran parte se trata de empleos informales.

Sabemos que, en el peor momento de la pandemia, la participación laboral femenina llegó a niveles históricamente bajos, retrocediendo más de una década. Pero, ¿por qué las mujeres no están volviendo a integrarse al empleo? Desde el Observatorio Laboral de Sence de la RM, que ejecutamos en el Centro de Políticas Públicas UC, hemos constatado distintos aspectos: los factores culturales y roles de género, es decir, el mayor tiempo dedicado a cuidados y responsabilidades familiares no remuneradas, ha expulsado a muchas mujeres del trabajo. Las mujeres también se desenvuelven mayormente en actividades económicas más golpeadas por la crisis. Además, el funcionamiento parcial e inestable de establecimientos educacionales y de cuidado ha dejado a muchas mujeres paralizadas ante la posibilidad de emplearse. En Chile y en otros países, el coronavirus complejiza aún más los desafíos de reducir las brechas de género en el acceso y permanencia en el mercado laboral.

Razones sobran para afirmar que es urgente reincorporar a las mujeres al trabajo. ¿Qué estamos esperando? Es cosa de hacer la aritmética: son los empleos de las mujeres los que quedan por recuperar.

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María de los Ángeles MorandéObservatorio Laboral de Sence de la RM-