Una radiografía sobre el estado de las Pymes y el impacto económico y social que han tenido por los 20 meses de pandemia es lo que muestra una encuesta del Instituto Milenio para el Estudio de Imperfecciones del Mercado y Políticas Públicas (MIPP) y el Centro de Negocios de Sercotec. El sondeo arrojó que la mayoría de los emprendimientos todavía no logra recuperarse de los coletazos de la emergencia.

Se consideró una muestra de 2.048 negocios. La muestra es representativa a nivel nacional y considera mujeres y hombres en zonas urbanas y rurales. La encuesta se aplicó entre fines de 2020 y este año.

Entre los resultados, el estudio destaca que la crisis está teniendo un efecto multidimensional en las empresas de menor tamaño en Chile.

Precisa que la caída en las ventas y niveles de empleo se exacerbó durante los primeros meses de la pandemia, para recuperarse levemente en septiembre del 2020. Sin embargo, las ventas y niveles de trabajos siguen muy por debajo de los de septiembre del 2019, previo a la crisis social que estalló en octubre de ese año.

Detallan que desde un peak de ventas mensuales de $2.462.361 alcanzado por las Pymes hace dos años, solo han logrado subir a un nivel que no supera los $2 millones. La mayor caída en negocios se produjo en junio de 2020, con ventas por $1.469.944.

Otra de las conclusiones es que el trabajo de jornada completa ha sido altamente afectado, mientras que el empleo familiar no remunerado no ha sufrido cambios significativos. El trabajo remoto y las ventas online se adoptaron de manera importante en la mayoría de las industrias. En esa línea, los negocios se han reformulado adquiriendo nuevas tecnologías de información y comunicación, como así también nuevos medios de pagos y distribución, privilegiando el reparto de productos con medios propios.

Los negocios también han experimentado dificultades importantes para cumplir con sus obligaciones financieras. Uno de los principales problemas de las Pymes detectados en la encuesta ha sido la falta de liquidez (ver gráfico).

El financiamiento (informal) de parientes y amigos ha sido la fuente de financiamiento más utilizada durante la pandemia. El crédito bancario ha sido la segunda fuente más frecuente de financiamiento. Esto a pesar de que un 20% de las empresas solicitaron un crédito bancario y les fue rechazado.

Asimismo, un tercio de los negocios tuvo deudas morosas durante la emergencia. De estos, un quinto tuvo muchas deudas con pagos atrasados.

En el ámbito social, el estado de ánimo de los emprendedores empeoró de manera importante durante los primeros 6 meses de la pandemia. Un grupo importante de los entrevistados manifestó que durante la crisis los conflictos interpersonales se hicieron más frecuentes.

A pesar de los costos, los encuestados destacan ciertos aspectos positivos (por ejemplo, tiempo personal y en familia). Menos de un 10% indica que no hubo aspectos positivos durante la pandemia.