El directorio de Molymet dio luz verde al proyecto de modernización de las instalaciones de limpieza de gases y tostación del complejo industrial MolymetNos, ubicado en la Región Metropolitana.

Esto, tras recibir la Resolución de Calificación Ambiental (RCA) de parte del Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) respecto a la iniciativa que cuenta con una inversión inicial de US$ 60 millones. A través de esta se busca reducir las emisiones de dióxido de azufre (SO2), asociadas a las operaciones de tostación, en un 40% adicional en relación con los índices anuales autorizados, sin considerar ningún aumento en la capacidad máxima actual permitida de tostación, de 82 millones de libras de molibdeno al año.

"Esta es una inversión que no tiene importantes beneficios económicos, sino que ambientales, por eso la llamamos de sustentabilidad. Esta planta nos permite mantener la operación por los próximos 25 a 30 años, con 82 millones de libras de capacidad", explica el presidente ejecutivo de Molymet, John Graell, líder de la compañía que además tiene presencia en Bélgica y México, completando una capacidad de producción de unos 200 millones de libras.

Se trata de un mineral que se obtiene básicamente como subproducto del cobre, del cual los principales consumidores son aquellos asociados al negocio del acero inoxidable, donde Molymet cuenta con una cartera de 200 clientes entre Europa, China, América.

Por estos días, el molibdeno se negocia en torno a los US$ 18 la libra, en la práctica el doble del año pasado, impulsado principalmente por el buen momento que atraviesa el mercado del petróleo, que es otro de los consumidores del mineral, ya que el molibdeno refuerza los aceros utilizados en plataformas de extracción, para evitar la oxidación ante el ambiente salino.

"El año pasado la oferta fue relativamente estable; este año, con la reactivación económica, la demanda ha crecido y la oferta sigue igual que hace tres años, por lo que hay un pequeño desequilibrio, que si se suma a los problemas logísticos, ha generado un pequeño desajuste. En adelante, estoy observando un poco menos de actividad, que podría tener pequeñas variaciones, la oferta también podría ser menor, por lo que el mercado estaría en equilibrio y los niveles de precio se van a comportar similares a este año", sostiene Graell.

Kenio e hidrógeno verde
Otro de los minerales que comercializa Molymet es el Kenio, que también es un subproducto recuperado por la compañía, en un mercado del que son líderes a nivel global, con un 50% de participación.

El principal uso del Kenio es en aleaciones para turbinas de avión, por lo que en 2020, cuando la aviación comercial tuvo poco movimiento, bajó el consumo. Pero en Molymet están buscando nuevos usos para este subproducto, relacionado principalmente con el hidrógeno.

"Estamos tratando de unir varios conceptos, partiendo de la crisis del cambio climático. Para revertirlo hay que emitir menos COI y para eso hay que usar menos combustibles fósiles y fomentar algunos como el hidrógeno verde. Para fabricarlo se usan los electrocatalizadores, que tienen componentes que no son Kenio, pero estamos convencidos de que sí podrían usar Kenio, lo que haría disminuir el costo de operación y de capital en la producción de hidrógeno verde", asegura Graell.

Es por esto que Molymet acaba de completar un concurso internacional en esa línea -en el que participaron más de 40 interesados y fueron elegidas cuatro propuestas, de Francia, Islandia, Singapur y Canadá- el que entrega US$ 20 mil a cada uno de los seleccionados, que impulsarán el uso del Kenio en este tipo de proyectos.