Gabriel Boric parece no llevarse bien con los números. El candidato del pacto Apruebo Dignidad ha sufrido más de un gafe en debates o entrevistas televisivas al incorporar cifras en sus respuestas. Errores que lo complican en pantalla, pero que además han sido magnificadas y aprovechadas por sus competidores.

No existen mediciones para cuantificar el impacto de estos gafes en el desempeño electoral. Pero según miradas multidisciplinarias, las campañas políticas públicas, a la usanza antigua, podrían pasar por encima de esos errores puntuales. Sin embargo, su reiteración que se suma a un equipo aún no consolidado profundizan la herida. Lo que se agrega a un factor desconocido como es la operatividad de las redes sociales en la campaña, que tienden a magnificar los errores de los candidatos, sobre todo mediante campañas masivas en Facebook, Twitter y ahora WhatsApp.

Algunos de los errores más recordados del candidato de izquierda son:

-Ayer, en el debate telemático de La Red sobre las políticas para el agua, ante una pregunta genérica sobre propuestas concretas de los candidatos para enfrentar la crisis hídrica, Boric fue el único que dio una cifra: 'Vamos a requerir US$400 mil millones al año para agua potable rural y lo mismo para restauración ecosistémica'. El reaparecido candidato Franco Parisi y el abanderado de derecha Sebastián Sichel, lo confrontaron. Boric tuvo que corregir: 'Son US$400 millones'.

-Anteayer, en el mismo canal, en el programa Mentiras Verdaderas, se hablaba de su propuesta de impuesto al 1% más rico de la población, se le consultó por cuánto es el ingreso de esas personas y dijo: 'Ingresos sobre 1.000 UF en el caso de las empresas'. El conductor, Eduardo Fuentes, le retrucó que esa cifra 'no es tanto para una empresa' y Boric admitió su error y que no conocía 'la cifra exacta en este momento'.

-En el debate de los canales 7, 9 y 13 el 11 de octubre, Boric acusó a José Antonio Kast de tener US$12 mil millones en cuentas en Panamá. Pero después retrocedió para aclarar que eran US$21 millones.

-El pasado 7 de octubre, en entrevista en Mega con Tomás Mosciatti, asintió con seguridad –'por supuesto'- que sabía cuál era el nivel de ahorro del país, pero respondió con el nivel de deuda y terminó admitiendo 'no tengo el dato en la cabeza', tampoco supo responder al nivel de la inversión general ni al de AFP.

'Un gafe lo puede cometer cualquiera. El problema está en la secuencia que le sirve a la competencia para encuadrarlo en una de sus debilidades', opina Damián Trivelli, director de estrategia de la consultora EK.

Aylwin no era bueno

Ahora, ¿qué tan relevantes pueden ser para el performance electoral estos errores? Algunos creen que sí pueden impactar, otros que no y otros que no hay información para ello. Sólo hay historia.

Nada más recordar que el actual Presidente Piñera cometió una serie de errores, no de números, sino de otro tipo, como chistes machistas o equivocaciones de figuras históricas del país, y así y todo fue electo. O el recordado gafe del senador Manuel Ossándón en el debate de las primarias de la derecha del 2017, cuando dijo que el costo de su programa era de 'cuatro mil trescientos cuarenta y cuatro mil quinientos millones coma cinco dólares'.

'Es verdad sí que a veces líderes no han manejado cifras, como decía Marta Lagos en Twitter, Aylwin no dominaba cifras, pero tenía a todo un equipo de gente muy destacada que veía las finanzas. En cambio el equipo económico de Boric no es tan destacado, y eso deja muchas dudas', dijo Manuel Bengolea, socio de la gestora de inversiones Octogone.

'El problema nace de que su programa económico ha sido inconsistente, se ha cambiado y corregido mucho, entonces hay poca claridad con las cifras. Esto no es una elección de centro de alumnos, donde todos tiramos propuestas y el más emotivo gana. Se debe asumir la seriedad de manejar una economía como la chilena', sostiene Héctor Osorio, economista socio de PKF y profesor de la UAI.

Así, los reproches no van sólo al hecho de que olvide o confunda cifras, sino que muchas de ellas sean eje central de su campaña, como el impuesto a los súper ricos o las políticas de agua.

'Es relevante en esta candidatura, porque parte importante del aumento tributario (de su programa) se basa en el impuesto a los súper ricos; entonces tienes la responsabilidad de saber cuántas personas son, el nivel de ingreso, cuánta plata involucra... Se supone que es la base de la recaudación con la que vas a financiar tu política social', resalta Robert Funk, académico de Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile.

Pero hay otro factor donde el peso de la prueba está en el propio Boric: 'Su inexperiencia y juventud ha sido tema de campaña, lo que no me parece justificable, pero este tipo de errores alimenta más a quienes dicen que no está preparado para ser Presidente'.

La duda, entonces, es si estos números erróneos afectarán sus números electorales. 'Un/a candidato/a debe tener un manejo claro de temas prioritarios, objetivos y acciones de programa de gobierno. Con estas polémicas ganan los que menos discurso tienen, se pierde el foco de lo relevante y se asume constantemente un hiperpresidencialismo omnipotente que daña a la democracia', sostiene Carolina Acevedo, académica de la UCT e integrante de la Red de Politólogas.

La incógnita de las redes

Quizás efectivamente el elector se mueva más por el discurso público y no por la búsqueda del error. Sin embargo, el creciente uso de las redes sociales como herramienta política puede traer perjuicios al que lo comete, dado que es un medio a través del cual se reitera, magnifica e incluso se manipula ese error.

'Si hablamos del votante indeciso, este tipo de hechos impactan cuando los medios los magnifican, pero ahora tenemos el dilema de que mucha gente no se informa a través de los medios, sino que de WhatsApp o Twitter', dice el profesor de comunicación política de la UC, William Porath. 'Y no sabemos cómo funciona WhatsApp. Es muy difícil de investigar porque es una red que opera de manera privada, pero ahí la gente sí podría estar expuesta a información más variada, porque está en los grupos de colegio, de vecinos, familiares y otros. Y WhatsApp parece estar influyendo mucho'.

En tanto, Twitter, pese a ser considerada como una red endogámica, donde cada cual comparte con quienes piensan igual, actúa eventualmente como caja de resonancia para la actuación de los medios tradicionales, que finalmente amplifican estas polémicas que pueden estar elitizadas en esa red o circulando solo en redes cerradas como WhatsApp.

Twitter 'se trata de una plataforma más de elite, con un número de participantes que no representan la masa crítica de la sociedad, y sus usuarios se organizan en burbujas, pero por otra parte es una red que se ha hecho un lugar como fuente de información para ir de boca en boca o a través de otros medios… Eso incluso puede suceder a través de mecanismos de amplificación artificiales, como manipulación con bots o cuentas troll. Eso podría terminar influyendo en la pauta informativa y editorial de los medios tradicionales', explica la asesora internacional de Políticas Públicas, de Derechos Digitales, María Paz Canales.