Pais: Chile
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Región: Bío Bío
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Fecha: 2021-12-06
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Tipo: Prensa Escrita
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Página(s): 2
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Sección: Opinión
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Centimetraje: 15x19
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Recientemente Senda ha dado a conocer los resultados del Décimo Cuarto Estudio Nacional de Drogas en Población General, aplicado a más de IG mil personas entre 12 y 64 años, pertenecientes a una muestra de 109 comunas, sobre un universo de casi 11 millones para dicho segmento etano.
Aunque el consumo de alcohol en el último mes parece estabilizarse, es destacable que disminuye el porcentaje de personas que declaran embriagarse, pasando desde 56,3% en 2018 a 50,2% en 2020, cayendo significativamente en el segmento de mujeres. Asimismo, el consumo de marihuana y de cocaína siguen a la baja, siendo esta última la más fuerte, reduciendo la tasa a la mitad. Lo anterior tiene relación a una menor oferta, de 17% en el caso de la marihuana y de cerca de un 50% en el caso de la pasta base y la cocaína, pero también dice relación con el aumento en la percepción de riesgo que ha ido consolidando estas trayectorias.
Este cambio en la apreciación de los efectos de la marihuana es muy relevante, particularmente en la población escolar, que ha mostrado caídas significativas y sostenidas toda vez que padres y cuidadores se involucran de manera activa en la comunicación de sus nocivos efectos sobre el desarrollo cerebral y emocional, manifestado biológicamente en la reducción de la plasticidad cerebral, la alteración de la poda neuronal y el daño de axones que son responsables de la transmisión de impulsos nerviosos (TE Robinson). Hoy la marihuana que circula en nuestro país tiene una potencia de hasta siete veces, en relación a la consumida en la década de los 60, y se estima que 1 de cada 6 adolescentes que la fumaron el último año, manifestaron conductas adictivas. En los estados de Colorado y Washington, luego de la legalización, el consumo en población mayor de 12 años creció a un ritmo sobre el 10% anual. De allí que es clave observar que los procesos de legalización, aunque no impliquen liberar el mercado para niños y jóvenes, en sí mismo generan una menor percepción de riesgo que implica un aumento en el consumo infantil, potenciado por la desviación de comercio del mercado negro que subsiste en tasas sobre el 70% con mayor poder adictivo. Por todo esto, es alentador que las cifras muestren una tendencia a la baja en estos consumos, en la medida que sostenemos una estrategia adecuada de comunicación de riesgo, en especial en población escolar. Es preocupante, eso si, el aumento en el uso de tranquilizantes sin receta y el crecimiento de las drogas sintéticas de fácil alcance en el entorno adolescente. La mejor forma de combatir el narcotráfico es la reducción del consumo temprano y para ello se deben fortalecer factores protectores en los ámbitos de la familia, la escuela y la comunidad.
Es valioso el esfuerzo de Senda por implementar el programa Elige Vivir Sin Drogas basado en el modelo Islandés "Planet Youth", que llevó las tasas de consumo juvenil de alcohol y drogas desde 4096 a menos de 7%, asimismo se requiere dotar de una oferta de programas basados en la evidencia que aporten en esta trayectoria a la baja de los indicadores en población escolar. Fundación San Carlos de Maipo, creada por la Sociedad del Canal de Maipo, ha implementado desde 2015 el modelo de la Universidad de Miami, Familias Unidas, que es parte del Sistema Lazos de la Subsecretaría de Prevención del Delito, y que según su estudio de impacto reduce a 1/6 la probabilidad de consumo temprano de alcohol, comparado con grupo de control.
Recuadro
"La marihuana que circula hoy tiene una potencia de hasta siete veces, en relación a la consumida en la década de los 60, por lo que genera mayor nivel de adicción".
Pie de pagina
MARCELO SÁNCHEZ Gerente general de Fundación San Carlos de Maipo-
Nex Prensa Escrita
Recientemente Senda ha dado a conocer los resultados del Décimo Cuarto Estudio Nacional de Drogas en Población General, aplicado a más de IG mil personas entre 12 y 64 años, pertenecientes a una muestra de 109 comunas, sobre un universo de casi 11 millones para dicho segmento etano.
Aunque el consumo de alcohol en el último mes parece estabilizarse, es destacable que disminuye el porcentaje de personas que declaran embriagarse, pasando desde 56,3% en 2018 a 50,2% en 2020, cayendo significativamente en el segmento de mujeres. Asimismo, el consumo de marihuana y de cocaína siguen a la baja, siendo esta última la más fuerte, reduciendo la tasa a la mitad. Lo anterior tiene relación a una menor oferta, de 17% en el caso de la marihuana y de cerca de un 50% en el caso de la pasta base y la cocaína, pero también dice relación con el aumento en la percepción de riesgo que ha ido consolidando estas trayectorias.
Este cambio en la apreciación de los efectos de la marihuana es muy relevante, particularmente en la población escolar, que ha mostrado caídas significativas y sostenidas toda vez que padres y cuidadores se involucran de manera activa en la comunicación de sus nocivos efectos sobre el desarrollo cerebral y emocional, manifestado biológicamente en la reducción de la plasticidad cerebral, la alteración de la poda neuronal y el daño de axones que son responsables de la transmisión de impulsos nerviosos (TE Robinson). Hoy la marihuana que circula en nuestro país tiene una potencia de hasta siete veces, en relación a la consumida en la década de los 60, y se estima que 1 de cada 6 adolescentes que la fumaron el último año, manifestaron conductas adictivas. En los estados de Colorado y Washington, luego de la legalización, el consumo en población mayor de 12 años creció a un ritmo sobre el 10% anual. De allí que es clave observar que los procesos de legalización, aunque no impliquen liberar el mercado para niños y jóvenes, en sí mismo generan una menor percepción de riesgo que implica un aumento en el consumo infantil, potenciado por la desviación de comercio del mercado negro que subsiste en tasas sobre el 70% con mayor poder adictivo. Por todo esto, es alentador que las cifras muestren una tendencia a la baja en estos consumos, en la medida que sostenemos una estrategia adecuada de comunicación de riesgo, en especial en población escolar. Es preocupante, eso si, el aumento en el uso de tranquilizantes sin receta y el crecimiento de las drogas sintéticas de fácil alcance en el entorno adolescente. La mejor forma de combatir el narcotráfico es la reducción del consumo temprano y para ello se deben fortalecer factores protectores en los ámbitos de la familia, la escuela y la comunidad.
Es valioso el esfuerzo de Senda por implementar el programa Elige Vivir Sin Drogas basado en el modelo Islandés "Planet Youth", que llevó las tasas de consumo juvenil de alcohol y drogas desde 4096 a menos de 7%, asimismo se requiere dotar de una oferta de programas basados en la evidencia que aporten en esta trayectoria a la baja de los indicadores en población escolar. Fundación San Carlos de Maipo, creada por la Sociedad del Canal de Maipo, ha implementado desde 2015 el modelo de la Universidad de Miami, Familias Unidas, que es parte del Sistema Lazos de la Subsecretaría de Prevención del Delito, y que según su estudio de impacto reduce a 1/6 la probabilidad de consumo temprano de alcohol, comparado con grupo de control.
"La marihuana que circula hoy tiene una potencia de hasta siete veces, en relación a la consumida en la década de los 60, por lo que genera mayor nivel de adicción".
Pais: Chile
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Región: Bío Bío
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Fecha: 2021-12-06
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Tipo: Prensa Escrita
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Página(s): 2
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Sección: Opinión
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Centimetraje: 15x19
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