Ya se ha alabado la gastronomía de este restaurante comandado por el chef belga Rudi Shcoldis; sin embargo, también tienen una robusta carta de coctelería digna de explorar y experimentar.

Cada cóctel de autor tenía una descripción de su sabor (si era herbal, dulce, cítrico, etc.), lo que ayudó en la toma de decisión. El primero que llamó la atención fue grapple ($7.000) con base de grappa, syrah, licor de manzana, jugo de pepino y limón. Un suave cóctel con una notoria nota a manzana y perfecto para el aperitivo. Luego siguió Sweet & Green ($7.500) con gin, Chartreuse, syrup de albahaca y limón, también con un perfil para el aperitivo, este tenía un carácter más fuerte que el anterior y un suave y delicado gusto a albahaca. Luego llamó la atención Les champs elysees ($8.000), un cóctel con un nombre que prometía impresionar, preparado con St. Germaine, maracuyá, earl grey y espumante brut, lamentablemente este fue el más débil de los tres, con una maracuyá casi imperceptible, al igual que el earl grey. Luego se nos recomendó el Dark 'n Stormy con base de ron, pero ese quedará pendiente para una segunda visita.