Fue en 2018 cuando un odontólogo y un protesista decidieron intentar mejorar la calidad de vida de las personas y comenzar a trabajar en la fabricación de implantes para la rehabilitación craneofacial.

Desde aquella fecha la tecnología médica, catalogada como inédita en Chile y el mundo, ha venido desarrollando la innovación e impresión 3D bajó el sello de ArcomedLab.

Según explica el protesista Ilan Rosenberg junto al odontólogo Marcos Skarmeta, en aquel tiempo 'solo cerca del 5 % de la población mundial tenía acceso a implantes personalizados de este tipo. Mientras que, en nuestro país, solo se accedía a ellos a través de grandes multinacionales de manera muy exclusiva. Esa fue la principal motivación para expandir el acceso a este tipo de implantes'.

SUS COMIENZOS

En un mundo donde la impresión 3D aún era incipiente, los socios fundadores comenzaron a hacer distintas pruebas, hasta que dieron en el clavo.

'A través de un escáner en 3D que realizamos a un paciente, sacamos una imagen con un software altamente especializado, con el cual diseñamos e imprimimos el implante mediante una serie de procesos innovadores, tanto así que están en trámite de patentarse', comentó Rosenberg.

'La solución es además sustentable. La técnica de impresión, al no esculpir, permite todo tipo de tamaños y geometrías, y contamina menos ya que genera muy pocos residuos. Otra de sus ventajas es que reduce los tiempos. Es posible un implante personalizado en una semana en promedio, mientras que otros implantes pueden tardar hasta 8 semanas en estar disponibles para pabellón (entre proceso de fabricación e importación)', añadió.

Asimismo, el profesional detalló que 'el material que usan es PEEK (Poliéter éter cetona), el cual replica porosidades a la perfección. No genera distorsión en exámenes radiográficos, permite irradiación en pacientes con cáncer y tiene mejor comportamiento en niños. Además, es bioinerte, tiene una biomecánica similar al hueso humano, y en caso de complicaciones el PEEK puede ser retirado fácilmente'.

CRECIMIENTO Y PROYECCIONES

ArcomedLab ha sido reconocida mundialmente por su valioso aporte al mundo de la medicina. Sin ir más lejos, ganaron un concurso de innovación de la Fundación Everis, en España y Chile.

En 2018 se certificaron con el Instituto de Salud Pública (ISP) en Chile y el 2019 con la norma internacional ISO 13485/17664 y de la FDA (Estados Unidos) para procesos digitales. 'De esta forma nos ganamos la confianza de la comunidad científica', comentan.

Actualmente poseen cerca de 400 implantes instalados exitosamente en el último año, incluyendo, aparte de Chile, a México, Brasil, Perú, Argentina y España.

En cuanto a sus planes de expansión, el primer trimestre de este año se proyectan entrando en el mercado asiático, específicamente en Japón, y, además, están preparando una nueva ronda de inversión para realizar una instalación en Estados Unidos con una meta considerable de poder levantar US$ 3 millones.

Por último, aseguraron que estos implantes son una solución para pacientes que han sufrido algún tipo de trauma, accidente cerebro vascular, malformaciones de nacimientos, cáncer, o simplemente para fines estéticos.

'Es la solución estética del futuro para operaciones tan delicadas como un implante de mentón o cráneo, por ejemplo, para mujeres, hombres e incluso personas transgéneros que quieren cambiar su anatomía facial', concluyó Rosenberg.