Según el último Informe Trimestral de Exportaciones del Consejo del Salmón, los envíos de este producto del mar, clave para la economía chilena, llegaron a US$ 5.180 millones al cierre de 2021, con un alza de 18,2% con respecto a 2020.

Pero después de unos meses de celebración ante la continua recuperación de una industria golpeada por la caída de los precios y por el cierre de mercados como consecuencia de la pandemia, la incertidumbre vuelve a marcar el ritmo.

Ahora los ojos están puestos en la invasión rusa a Ucrania, y en cómo el conflicto podría afectar al país, posicionado como el segundo productor de salmones en el mundo después de Noruega.Y es que la relación comercial no es menor: al cierre de 2021 Rusia representó el 7% de las exportaciones totales de salmones y truchas y fue el cuarto lugar de destino de los envíos, tras Estados Unidos, Japón y Brasil. Las miradas del conflicto

'Estamos aún con un mundo con alta incertidumbre, recién saliendo de la crisis del Covid-19, con inflación en aumento y ahora con la invasión a Ucrania, que no sabemos cuánto tiempo durará ni los impactos que tendrá en la economía mundial', dice Joanna Davidovich, directora ejecutiva del Consejo del Salmón, que reúne a Aqua Chile, Australis, Cermaq, Mowi y Salmones Aysén, empresas que en conjunto representan el 51,3% de la producción chilena.

Sin embargo, Mario Rodríguez, Office Managing Partner de EY Patagonia, dice que todavía es temprano para dimensionar el alcance de las potenciales sanciones económicas que se pudiesen aplicar a Rusia. 'Por ahora la moneda rusa se está depreciando rápidamente, lo cual hace más caro para ellos importar salmón. (...) Por otro lado, si se llega a concretar el bloqueo de la plataforma SWIFT para los bancos rusos, el impacto podría ser significativo, pero como es algo inédito, es difícil dimensionarlo en estos momentos', señala.

Para Alejandro Díaz, director de la carrera de Ingeniería Comercial de la Universidad San Sebastián (USS), debiera existir 'cierta mesura' frente al tema, porque de momento hay dos escenarios con igualdad de probabilidades: 'De llegar las negociaciones a buen puerto, existe la posibilidad de revertir dichas sanciones, y continuar con las exportaciones a Rusia tal y como se han llevado a cabo. Ahora, si las negociaciones fracasan y se mantienen las sanciones, se hace inviable la comercialización del salmón a ese país, y los exportadores se verían obligados a buscar nuevos mercados o aumentar la oferta donde ya hay presencia', señala. Expectativas y desafíos

Pese al complejo contexto, Davidovich dice que la demanda por el salmón chileno es 'sólida' y que eso alimenta las buenas perspectivas.

Rodríguez incluso se atreve a apostar por un mejor desempeño que el ejercicio anterior, tanto en términos de volumen como de precios.

El académico de la USS añade como punto a favor las ganancias pospandemia en una industria que logró aumentar las exportaciones a dos mercados importantes: el estadounidense, con 33%, y el brasileño, con 63%, impulsadas por nuevas demandas y mejores hábitos alimenticios, que a su juicio vienen dados por la mayor conciencia que los consumidores tienen hoy sobre la salud.

Los retos también apuntan a la sostenibilidad. 'Avanzar en el desarrollo de una industria más sostenible es un tema de máxima prioridad', dice Davidovich, para potenciar acciones 'que refuercen que es posible desarrollar salmonicultura con la debida protección del medio ambiente'. Rodríguez coincide, y añade otros riesgos, como las contingencias sanitarias que puedan generar un efecto negativo en el crecimiento de los peces, la escasez de mano de obra y el escenario político y regulatorio local.