Señor Director:

En el Día Mundial del Agua y mientras se discuten iniciativas constitucionales que plantean dejar fuera de la provisión de los servicios sanitarios a la inversión y gestión privada, es importante tomar conciencia de lo que hemos alcanzado gracias precisamente a una alianza público-privada cuyos servicios abastecen hoy a cerca de 16 millones de personas.

En las zonas urbanas se hace realidad el Derecho Humano al Agua Potable y Saneamiento, según establece la ONU: agua potable en cantidad suficiente, ya que no hay límites de consumo; saludable, ya que cumple a cabalidad con los 43 parámetros de calidad que establece la norma local; aceptable, en su olor, sabor y transparencia; accesible, ya que llega directamente a cada hogar; y asequible, ya que representa 1,6% del presupuesto de las familias, menos del 3% que la ONU considera como máximo pagable. Para los hogares más vulnerables, existe un subsidio del Estado que beneficia cada año a más de 700 mil familias.

¿Es posible mejorar en otros aspectos? Sin duda. Por sobre todo buscar asegurar el agua en las zonas rurales donde no operan las sanitarias, y que se concreten las inversiones necesarias para enfrentar la sequía y el cambio climático.