Pais:   Chile
Región:   Metropolitana de Santiago
Fecha:   2022-03-27
Tipo:   Prensa Escrita
Página(s):   E4
Sección:   Artes y Letras - Exposiciones
Centimetraje:   38x27

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El video es performático. Está el manto dorado y se abre a nuevas interrogantes y a la sororidad. Se sumerge en el agua (recuerda a Cecilia Vicuña).

Políptico. Juega con haces de luces.

Maite Izquierdo relee el significado del color dorado en el museo.

Parte de la gran instalación cae sobre los fanales y sigue su curso con ideas trascendentes pero poco pretenciosas, como Beuys, a quien admira.
El Mercurio
MAITE IZQUIERDO, LA ARTISTA TEXTIL INTERVIENE MUSEO:
“Me conecto con ese DESTELLO DE LUZ del ícono bizantino”
La exposición integrada por 220 módulos de telas doradas -junto a polípticos y video- transita en medio de íconos y fanales del Museo de Arte Religioso de la Universidad de los Andes que celebra su décimo aniversario. Invita a 'sentir el arte en forma más corpórea y se interroga sobre la espiritualidad hoy'. Se inaugura el próximo sábado.
'Aquí es necesario el tacto y el pasar a través de estos géneros que caen. Es imprescindible tocarlos para entender la muestra: valida el arte textil en su concepto de segunda piel. Hay algo muy lúdico, sensorial y estético en la intervención, y es bueno volver a sentir el arte de manera más corpórea. Es una vuelta a lo sensorial poscrisis de pandemia, a un dejarse llevar', señala la artista Maite Izquierdo (1978) sobre su gran instalación site specific con que el Museo de Arte Religioso de la Universidad de los Andes celebra 10 años de vida, que cumplieron silenciosamente en plena pandemia (hoy son 12 años).

La exposición está integrada por 220 módulos de telas que caen desde el techo, los que corresponden a 200 kilos de género. Hay polípticos que juegan con haces de luces y un video más performático realizado en medio de la naturaleza, de la tierra seca y dentro del agua con la codirección de la cineasta M. Luz Hurtado.

'En este lugar pasa mucho: está la colección permanente del museo que es bellísima con los íconos bizantinos y los fanales, y la intervención que irrumpe y cobija todo este espacio', agrega la artista que expone en Chile y en el exterior, y es una de las cultoras de arte textil reconocida de la escena nacional, con propuestas sólidas y que se arriesgan constantemente.

La directora del Museo de Arte Religioso de la Universidad los Andes, curadora y jefa del Magíster en Historia y Patrimonio, Marisol Richter, subraya que 'Adorado' es una exhibición que permite y regala al museo y a su colección una mirada, una percepción desde otras sensibilidades estéticas y visuales'. El museo que dirige publicó también para su aniversario un revelador estudio sobre la colección de figuras populares en madera policromada que poseen, de la zona centro sur, de los siglos XVIII al XX, donde expertos ubicaron esas 'tallas' como esculturas. Se (re)descubrió una valiosa colección de arte similar en Lituania. Hoy los íconos de origen ruso de este museo adquieren particular interés en momentos de la dramática guerra rusa a Ucrania.

'Simboliza una especie de manto'
-¿Cuál fue la idea de esta intervención contemporánea en el Museo de Arte Religioso?

'Me invitaron y fue una gran sorpresa cuando me encontré con este tesoro poco conocido, al mismo tiempo me cautivó el techo, las rejas. Representaba un gran desafío y me puse a estudiar y a hacer preguntas sobre la espiritualidad de hoy. Me hizo mucho sentido el desafío de intentar dialogar con estas obras del arte sacro. Buscar hacer algo para intentar aproximarse a esa espiritualidad divina.

'La instalación simboliza una especie de manto que al ir traspasándolo e ir bajando en el museo, esas cuelgas se van haciendo más perceptibles y luminosas. Es como un camino que abre esta mirada'.

-¿La materialidad de los textiles, que tiñe y corta, y el color dorado son claves?

'La materialidad fue un desafío que quise tomar. Trabajo usualmente con materiales encontrados y naturales, algodones y sedas. Para el arte sacro, el color dorado era casi obvio, pero no sucede hoy en que se asocia con el lujo, con el aparentar. Y me pregunté cómo es la espiritualidad actual: es de un dorado de látex o es de oro. ¿Qué nos mueve? Tuve muchas conversaciones con el teólogo Paul Endre. Lo importante de todo ello es el hecho de que hay muchas personas buscando la espiritualidad, pero no tengo muchas respuestas. Aunque sí creo que en estos destellos hay una búsqueda. Escogí, al final, un látex muy sintético, un género como de cabaret, lo elegí porque es muy tecnológico, refleja otros colores, es brillante y encandila. Y demuestra que desde lo más sintético también podemos encontrar destellos de verdad. Está la idea de volver a lo más originario sin grandes pretensiones. Conecta con ese destello de un ícono bizantino ruso con oro real, pero cuestiona también qué es lo real'.

-En lo formal, ¿fue un desafío no anular las pequeñas esculturas de arte religioso?

'Siempre estuvo ese miedo de no llegar a 'aplastarlas'. Y lo conversamos con Marisol Richter. Pero luego, con la instalación, la siento más acorde en el pasillo central, en donde se va abriendo hacia abajo. Está sobre esas piezas, pero respeta sus espacios. Fue muy difícil hacer esta instalación. Estaba irrumpiendo en un museo de arte religioso'.

Video performático. Beuys, Viola y El Bosco
La instalación site specific cita y dialoga en su tránsito con los destellos de luz de los íconos y fanales. 'La idea de los destellos nació con el video, que es bastante performático. Fue un trabajo colectivo en el que participaron algunas de mis hermanas y mi hermano, con ese gran textil dorado y luminoso que aparece y desaparece. El video era necesario. Hay un caminar paulatino en el espacio expositivo que termina con este video que se abre a otras preguntas y saca al público a un exterior, a una comunidad y sororidad'.

-¿A una sororidad?

'Sí, porque me interesó trabajar el video con mujeres y de distintas edades, y tiene una cosa de tierra, de agua, del cielo y de grandes horizontes. Es bastante abstracto y no es narrativo'.

-Vida, agua, tierra, mujeres y espiritualidad protagonizan el video, ¿hay algo también allí de Beuys y Viola?

'Beuys está muy presente desde mis inicios y me impacta con sus cuestionamientos sobre ideas más trascendentes sin pretensión. Tiene una presencialidad que cuestiona la esencia del ser, es muy masculino para comunicar y eso me atrae mucho. Y Bill Viola, cuando se enfrenta a la luz, al agua, a los reflejos, es de una espiritualidad enorme. Pero el que fue un referente muy importante para este trabajo fue El Bosco y su 'Jardín de las Delicias'. Permanecí tres horas frente a su gran obra en el Prado. Él demuestra, como en esta propuesta de arte textil, que más es mejor para comunicar. Cuando la obra está más expandida, es más monumental y empieza a dejarnos llevar'.

-Pero trabajó también polípticos de formatos muy pequeños para esta exposición.

'Es como un puente entre la intervención textil de la colección y el video. Y esas obras bidimensionales las trabajé con el mismo látex, que pasé por la prensa, son como bajo relieves. El visitante al moverse percibe los cambios del brillo. Es una suerte de haces de luces de distintas texturas y con un grosor como el de un ícono ruso. El políptico tiene 20 de esas obras (hechas con la técnica de collage de tela poliéster sobre papel de algodón sacro), y en el exterior va un tríptico más grande'.

¿Renacer del arte textil? Las sombras en Japón
Esta no es la primera presencia de Maite Izquierdo Armendáriz en un espacio con arte sacro. Participó en una muestra colectiva -curada por José Aldunate Menéndez- sobre los 'Misterios del Rosario', que quedó en el Templo Votivo de Maipú. Y estuvo en otra muestra con la misma curatoría -libre y contemporánea- sobre el Vía Crucis, que se instaló en la capilla de la Casa Central de la UC. 'Hice una explosión de color con retazos textiles insertados con alfileres'.

-¿Cómo observa la presencia del arte textil en la actualidad? Porque se ve en bienales, en museos contemporáneos...

'Está en expansión. Se está dejando mirar. Es cosa de ver a Cecilia Vicuña con su manto. Sheila Hicks. Hay artistas jóvenes que están en ello. Es un arte femenino que ha vuelto a nacer. Los museos a nivel mundial están volviendo a sacarlas a la luz. Y el arte textil está comunicando en Chile de manera muy fuerte a partir del estallido social: están surgiendo colectivos que imprimen el acto de dar puntadas ...'.

-Y en su caso, la tradición japonesa, el uso de la sombra, ¿cómo le influye?

'Muchísimo. He estado investigando en la idea de la herida, del reparar y zurcir. Es algo de piel. Se habla de estas sombras en el sentido de que al estar viéndolas surge la reparación. En Japón pasa a ser más valiosa la cerámica quebrada y reparada. Y el lograr madurar a través de las heridas es algo muy implícito en el arte textil'.
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CECILIA VALDÉS URRUTIA-