La ley 20.348 de Igualdad Salarial entre hombres y mujeres es letra muerta. Tiene graves problemas de diseño, como el que la denuncia tiene que hacerla la propia mujer a su jefe, la Inspección del Trabajo tiene poca capacidad para fiscalizar y no obliga al empleador a remunerar equitativamente. En Chile tenemos una diferencia salarial de 20% en todas las categorías laborales, donde el mayor problema está a nivel ejecutivo.

De acuerdo a la OCDE, hay una parte de la brecha que se explica por la carga de la maternidad y otra, por la división sexual del trabajo, donde la responsabilidad del cuidado sigue recayendo sobre las mujeres.

En un panel del Desafío 10x, Patricia Roa de la OIT, Alejandra Sepúlveda de Comunidad Mujer, María Isabel Vial de la Fundación Carlos Vial, y Daniela Kasparik de Redmad, hicieron propuestas concretas para alcanzar la igualdad salarial, declarando urgente avanzar en la corresponsabilidad, con normas equitativas que integren familia y trabajo para todos en la organización y en un sistema nacional de cuidados.

Para disminuir la brecha, hay que partir declarando en la empresa la voluntad de avanzar, adoptando metodología, midiendo y reportando. También con mentoring, coaching, networking, formación e impulsando a que haya más mujeres líderes en las compañías.

La OIT recomienda constituir comités bipartitos en que trabajadores y directivos acuerdan planes para reducirla e incluir cláusulas de género en las negociaciones colectivas.

Se hace necesario prohibir el secreto salarial y garantizar que se ofrezca igual remuneración por trabajo de igual valor.

El sueldo justo no debiera depender de las habilidades negociadoras de cada persona.