Pais:   Chile
Región:   Metropolitana de Santiago
Fecha:   2022-04-04
Tipo:   Prensa Escrita
Página(s):   21
Sección:   El Día
Centimetraje:   13x23

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Rodolfo Figueroa y una cabeza 3D.
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Están elaborados con impresoras 3D
Con maniquíes que imitan tejidos humanos prueban radioterapia
En la Universidad de la Frontera estudian una nueva tecnología llamada Converay.
Maniquíes que imitan a los tejidos humanos son diseñados en la Universidad de la Frontera (Ufro) para probar un novedoso dispositivo de radioterapia llamado Converay, elaborado especialmente para tratar tumores pequeños y medianos a través de una tecnología que focaliza los rayos X en un solo punto.

'Tratamos de hacerlo lo más realista posible con el objetivo de poder ver el efecto que vamos a lograr. Para eso utilizamos maniquíes elaborados con materiales como PLA, ABS o Flex, a los que les damos una determinada densidad para que logren imitar los tejidos humanos.

Les dejamos unos hoyitos, entonces, el comportamiento es parecido a lo que ocurrirá con un órgano de verdad. También podemos simular los huesos', describe el doctor en Física Rodolfo Figueroa, director del Centro de Excelencia de Física e Ingeniería en Salud de la Ufro. La tecnología del Converay, explica Figueroa, la prueban en un búnker subterráneo de 250 metros cuadrados y cuatro metros de profundidad, construído con materiales macizos como el hormigón armado y plomo. Sus paredes, agrega, tienen un metro de espesor y es el único centro de investigación en radioterapia instalado en una universidad.

Converay, menciona Figueroa, al concentrar los rayos X en un solo punto del paciente, específicamente donde se encuentra el tumor, permite tratar tumores de difícil acceso y reduce los tiempos de tratamiento debido a que es posible entregar radiación de forma más eficiente y concentrada. 'Puede usarse en tumores desde unos pocos milímetros hasta cinco u ocho centímetros de tamaño', aclara el investigador, quien agrega que el proyecto tiene el apoyo de la Clínica Oncológica IRAM y cuenta con el interés del Instituto del Cáncer de Londres.
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CAMILA FIGUEROA-