Pais: Chile
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Región: Metropolitana de Santiago
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Fecha: 2022-04-22
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Tipo: Prensa Escrita
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Página(s): 18-19
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Sección: Conversación
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Centimetraje: 28x48
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Susana Sierra, presidenta de Chile Transparente
“La concentración de poder y la falta de contrapesos son un factor de corrupción”
Sobre la investigación contra Karina Oliva y su mención a Jackson sobre las platas de campaña, advierte: 'Si se comprueba que en el gobierno cayeron en las mismas prácticas que tanto criticaron, el efecto puede ser tremendo'.
Al momento de esta entrevista Susana Sierra realizaba su primer día de cuarentena. La joven ingeniera comercial, presidenta de la ONG Chile Transparente, estaba a punto de volver a Miami —donde hoy vive con su familia— desde Harvard, tras un curso de liderazgo y políticas públicas, cuando supo que había dado positivo al covid-19 y debió permanecer cinco días en su hotel en Massachusetts. Pero a pesar del fuerte dolor de cabeza, nada le baja el ánimo.
'Lo de Harvard fue increíble —cuenta sobre el encuentro, organizado por Young Global Leaders del Foro Económico Mundial—. Éramos 75 personas de países y culturas diferentes por lo que el aprendizaje fue impagable. Estar en EE.UU. me ha abierto la mente de infinitas maneras', dice la experta en anti-corrupción y también fundadora en 2011 de BH Compliance, creada tras la promulgación de la Ley de Responsabilidad Penal de Personas Jurídicas, que obligó a las empresas a certificar sus modelos preventivos.
Con varias firmas latinoamericanas entre sus clientes, desembarcar en EE.UU. era una evolución natural para Susana Sierra.
'En diciembre nos vinimos con mi marido (Felipe Parker, ingeniero comercial, emprendedor y profesor de emprendimiento), y los niños (13 y 10 años) y nos instalamos en Bay Harbor Island, al lado del mar, que me encanta'. Agrega: 'Si quiero cambiar el mundo tenía que dar un salto mayor para así llegar a empresas globales y conseguir un efecto multiplicador'.
Reconoce que tuvo suerte. Hace unas semanas recibió el Business Award de la Cámara de Comercio Hispana del sur de Florida y fue seleccionada entre numerosos postulantes para el programa de Endeavor Scale Up Lab. 'Quedamos sólo 7. Creo que son señales que indican que voy por buen camino. Aunque también ayuda ser mujer, porque hay hartas empresas que se están mudando a Miami —que se está convirtiendo en un hub de innovación y emprendimiento— pero son pocas aquellas lideradas por mujeres'. Reflexiona: 'Generalmente (irse a otro país) es una decisión que toma el hombre. La mujer es la que lo acompaña; es raro que sea al revés… Antes de partir, en Chile me decían: pero cómo le vas a hacer esto a tu marido… Pero fue una decisión muy familiar; nada de lo que he hecho profesionalmente habría sido posible sin Felipe, que es mi partner. Siempre hemos sido pares'.
'Estamos en un punto de inflexión'
A fines de 2021, Susana Sierra publicó una desoladora columna en El Mostrador con un recuento de los hechos de corrupción que marcaron el año. Ahí estaba el caso de Itelecom, con el pago de sobornos a varios municipios para adjudicarse el recambio de luminaria y para lo cual utilizaron incluso a personas en situación de calle para blanquear coimas. Mencionó también la malversación de fondos y fraude en las corporaciones municipales de Vitacura, Las Condes, Lo Barnechea y Ñuñoa. Respecto de SQM, fue crítica con la decisión de la Fiscalía de no perseverar en la investigación contra 34 imputados dado que el SII no se querelló en su contra ('Una mala señal que alimenta la sensación de impunidad y de que la justicia actúa según quien sea el corrupto'). Y, en cuanto a las Fuerzas Armadas, de Orden y Seguridad, reparó en la querella del CDE contra la PDI, cuyo exdirector general, Héctor Espinosa, se benefició de los gastos reservados utilizando el mismo modus operandi del excomandante en Jefe del Ejército, Juan Miguel Fuente-Alba ('Más allá de sustraer dinero de todos los chilenos, se defrauda la fe pública y se acrecienta la crisis de confianza, en especial, viniendo de las instituciones encargadas de velar por la seguridad e integridad').
—¿Cuál es su evaluación en lo que va del año?
—Quiero abordarlo desde lo positivo; es verdad que este panorama puede resultar desolador y efectivamente desde el 2018 que estamos estancados en el índice de Transparencia Internacional, lo que indica que no han habido muchos cambios… Pero al menos ahora se saben las cosas; en el 2010, cuando empecé a trabajar en estos temas, no se hablaba de corrupción; cuando iba a las empresas se reían en mi cara y me decían que eso no era para nosotros, que eso pasaba en los países vecinos, que en Chile no existía la corrupción. Pero en casos institucionales, como el del Ejército (donde un cuarto comandante en jefe pasa a manos de la justicia), se trataba de prácticas que estaban sumamente arraigadas. 'Todos lo hacen', era la respuesta, y las agencias de viaje no lo cuestionaban porque estaban felices facturando más. Entonces que hoy sepamos que en Chile esas cosas pasan, que sí opera la corrupción, es un paso muy importante.
—Ya, pero afirmar esto en pleno 2022, cuando al menos en el Ejército estos temas se conocen desde lo ocurrido con Pinochet y el banco Riggs, no resulta muy alentador…
—Pero podría ser que no supiéramos tanto o que el tema a nadie le importe; en Chile somos muy buenos para relativizar y decir que lo nuestro es nada al lado comparado con Perú, Argentina, Brasil…
—Hoy tenemos la mayor una crisis de confianza institucional de la historia, eso ya es un factor importante…
—Y, por lo mismo, ahora estamos en un punto de inflexión. Está demostrado que cuando se debilita la confianza en las instituciones, la corrupción aumenta; cuando dejaste de creer en la justicia, en los carabineros, en el Ministerio Público y cada uno actúa según sus propias creencias, nadie exige rendición de cuentas. Por eso me pareció gravísimo que a poco de empezar el nuevo gobierno, se partiera desprestigiando a Carabineros, cuando un funcionario supuestamente había agredido a un manifestante en Plaza Italia, lo que después resultó no ser cierto y actuó en defensa propia. El gobierno debe cuidarse de no seguir haciendo lo de antes, cuando señalaban que todas las instituciones son malas sin hacer ninguna distinción. Su deber es cuidarlas, de manera transparente, racional y con objetividad en sus decisiones. De lo contrario, si se deslegitima la institución desde la autoridad, ningún funcionario se atreverá a denunciar cuando sea testigo de anomalías, por ejemplo. Cuando se le quita el piso a las instituciones, es la corrupción la que gana.
Y continúa:
—Lo mismo pasa con la conciencia ciudadana; es muy importante que las personas sientan que pueden hacer algo. Me toca conversar con mucha gente que, bajando la voz, me cuenta que son testigos de algo en su lugar de trabajo, pero no se atreven a denunciar porque les enseñaron a no meterse donde no les corresponde. También sucede con empresarios. Somos una sociedad muy individualista donde cada uno piensa en su propio bienestar. Por eso mi pelea es el rol del sector privado en la lucha contra la corrupción; se suele decir que son los funcionarios públicos los que actúan mal, pero pocas veces se desgrana el choclo para ver qué es lo que pasa al otro lado… ¿Dónde estaban las empresas, por qué no pararon el carro, por qué no se abstuvieron? Pero hay miedo, o el ambiente es incierto. Además que éste es un país muy pequeño, con pocas empresas y todos se conocen, ¿cómo alguien se va a enfrentar con un gran grupo empresarial o un holding con muchas otras compañías si después te vas a quedar sin trabajo?
—¿Qué mecanismos de resguardo tiene por ejemplo un trabajador en ese caso?
—Hoy las mismas empresas por la Ley de responsabilidad penal de las personas jurídicas, deben tener programas de prevención y esto incluye contar con canales de denuncia. Me ha tocado ver muchos que funcionan. Claro que es más fácil cuando las cosas ocurren más abajo que cuando vienen de arriba porque cuesta más denunciar. En Chile Transparente tenemos un canal de denuncia (denunciacorrupcion.cl) que es anónimo y nos llegan casos para este primer paso.
'Es importante que exista un balance'
'Somos una sociedad con muy mala memoria, además… En las pasadas elecciones era de no creer la cantidad de candidatos que tenían casos previos, aunque prescritos, y que resultaron electos… Ahí también tenemos una responsabilidad porque es re fácil criticar pero después ¿por quiénes votan las y los ciudadanos?'.
—Hoy existe una investigación abierta contra la ex candidata del Partido Comunes, Karina Oliva y que podría extenderse a la campaña a primarias de Gabriel Boric. ¿Qué efecto cree que podría tener en la fe pública?
—Tenía esperanzas en este nuevo gobierno; como son jóvenes, inmediatamente piensas que pueden venir más limpios. Sin embargo, fueron ellos mismos quienes le quitaron el piso a todas las instituciones que hoy les toca gobernar. Y con el estallido social se cayó en la generalización de que todas las instituciones son corruptas; bastaba para que se detectara a unos cuantos funcionarios para que todos entraran en el mismo saco. El problema es que se produce una gigantesca pérdida de confianza cuando lo que necesitamos son instituciones sólidas. Si le quitamos el piso a todo y decimos que todo es malo, nos quedamos sin nada, que es el peor escenario.
Y sobre la investigación abierta por la Fiscalía en el caso de Karina Oliva, quien se defendió en la Corte de Apelaciones aludiendo a Giorgio Jackson, la presidenta de Chile Transparente observa:
—Ellos fueron los mismos que reclamaron contra el financiamiento irregular de la política, entonces, si se llega a descubrir que ellos también cayeron en las mismas prácticas, el impacto puede ser tremendo. ¿En quiénes van a creer los ciudadanos? Si las acusaciones de Oliva llegan a ser ciertas, sería un terremoto enorme y podría pasarnos lo que a Perú.
—¿En serio lo cree, no estará exagerando?
—Me preocupa que pase como en los gobiernos populistas, que llegan prometiendo que van a acabar con la corrupción, porque por lo general les termina reventando en la cara. Espero que las acusaciones no sean reales, pero si se comprueba que las campañas fueron con financiamiento irregular, sería muy complejo, la gente podría pedir la salida del gobierno, sobre todo por lo polarizado que está el país… Por supuesto que también podría abrir la puerta para acusaciones constitucionales. Si la entonces oposición lo hizo con Piñera, no veo por qué aquí habría de ser distinto. Si se llega a descubrir algo así la confianza se nos va al suelo.
—¿Cree que han estado presentes los temas sobre corrupción en las discusiones al interior de la Convención?
—No he visto un análisis 360. Con el unicameralismo, por ejemplo; a veces se toman ejemplos de países anglosajones pero estamos en Chile. Y mientras más equilibrios y elementos de rendición de cuentas existan, mejor. Me asusta que se estén centrando en dejarle mucho poder al gobierno de turno, en vez de repartirlo entre el ejecutivo y las instancias legislativas. Es importante que exista un balance.
—Que el poder esté tan concentrado en una Cámara de Diputadas y Diputados, no así en la Cámara de Regiones (según como va hasta ahora el borrador), ¿también podría representar un riesgo?
—Cuando no existen balances de poder, es un factor de corrupción. Por eso es que no ha existido ninguna dictadura en el mundo que no haya sido corrupta. Me preocupan estas propuestas donde se van quitando los contrapesos.
Y da como ejemplo el caso de las asesorías parlamentarias que destapó Ciper en 2017, donde 40 diputados y un grupo de senadores, pagaron con sus asignaciones a asesores por informes que resultaron ser plagiados o de muy baja calidad.
—Cuando el caso se conoció y la Fiscalía empezó a investigar, nosotros pedimos vía la ley de Transparencia acceder a todos los informes, tanto los verdaderos como los falsos, de modo que las personas pudieran distinguir entre unos y otros, pero en el Senado se negaron tajantemente a pesar de nuestra insistencia. La Cámara de Diputados, en cambio, sí los hizo públicos, lo que transparentó la situación y llevó a que mejoraran en cierto modo las prácticas. Pero cuando una Cámara es más poderosa que la otra y no existe competencia, es posible que se produzca el desbande.
—¿En qué radica concretamente el balance entre ambas cámaras?
—No es que se controlen una con otra, pero si los temas tienen que pasar por las dos instancias existen más puntos de vista y los poderes se equilibran. Cuando una institución siente que tienen todo el poder, es más fácil que terminen siendo campo fértil para la corrupción.
—¿La han citado de la Convención desde su rol como presidenta Chile Transparente?
—Hemos participado en temas como el acceso a la información y medidas de transparencia, pero no en lo referente a los poderes del Estado.
Y agrega:
—Lo otro que me preocupa es la pérdida de confianza en la Convención; de ser la institución con los índices más altos en este sentido, los propios constituyentes se han encargado de deteriorar este capital. En esta última parte del proceso me parece importante que exista preocupación por responder a las expectativas porque lo que está en juego es la fe pública. A nadie le conviene que este proceso fracase.
Recuadro
-"Tenía esperanzas en este nuevo gobierno; como son jóvenes, piensas que pueden venir más limpios. Sin embargo, fueron ellos mismos quienes le quitaron el piso a todas las instituciones que hoy gobiernan".
-"En Chile somos muy buenos para relativizar y decir que lo nuestro es nada al lado comparado con Perú, Argentina, Brasil...".
Nex Prensa Escrita
Susana Sierra, presidenta de Chile Transparente
“La concentración de poder y la falta de contrapesos son un factor de corrupción”
Sobre la investigación contra Karina Oliva y su mención a Jackson sobre las platas de campaña, advierte: 'Si se comprueba que en el gobierno cayeron en las mismas prácticas que tanto criticaron, el efecto puede ser tremendo'.
Al momento de esta entrevista Susana Sierra realizaba su primer día de cuarentena. La joven ingeniera comercial, presidenta de la ONG Chile Transparente, estaba a punto de volver a Miami —donde hoy vive con su familia— desde Harvard, tras un curso de liderazgo y políticas públicas, cuando supo que había dado positivo al covid-19 y debió permanecer cinco días en su hotel en Massachusetts. Pero a pesar del fuerte dolor de cabeza, nada le baja el ánimo.
'Lo de Harvard fue increíble —cuenta sobre el encuentro, organizado por Young Global Leaders del Foro Económico Mundial—. Éramos 75 personas de países y culturas diferentes por lo que el aprendizaje fue impagable. Estar en EE.UU. me ha abierto la mente de infinitas maneras', dice la experta en anti-corrupción y también fundadora en 2011 de BH Compliance, creada tras la promulgación de la Ley de Responsabilidad Penal de Personas Jurídicas, que obligó a las empresas a certificar sus modelos preventivos.
Con varias firmas latinoamericanas entre sus clientes, desembarcar en EE.UU. era una evolución natural para Susana Sierra.
'En diciembre nos vinimos con mi marido (Felipe Parker, ingeniero comercial, emprendedor y profesor de emprendimiento), y los niños (13 y 10 años) y nos instalamos en Bay Harbor Island, al lado del mar, que me encanta'. Agrega: 'Si quiero cambiar el mundo tenía que dar un salto mayor para así llegar a empresas globales y conseguir un efecto multiplicador'.
Reconoce que tuvo suerte. Hace unas semanas recibió el Business Award de la Cámara de Comercio Hispana del sur de Florida y fue seleccionada entre numerosos postulantes para el programa de Endeavor Scale Up Lab. 'Quedamos sólo 7. Creo que son señales que indican que voy por buen camino. Aunque también ayuda ser mujer, porque hay hartas empresas que se están mudando a Miami —que se está convirtiendo en un hub de innovación y emprendimiento— pero son pocas aquellas lideradas por mujeres'. Reflexiona: 'Generalmente (irse a otro país) es una decisión que toma el hombre. La mujer es la que lo acompaña; es raro que sea al revés… Antes de partir, en Chile me decían: pero cómo le vas a hacer esto a tu marido… Pero fue una decisión muy familiar; nada de lo que he hecho profesionalmente habría sido posible sin Felipe, que es mi partner. Siempre hemos sido pares'.
'Estamos en un punto de inflexión'
A fines de 2021, Susana Sierra publicó una desoladora columna en El Mostrador con un recuento de los hechos de corrupción que marcaron el año. Ahí estaba el caso de Itelecom, con el pago de sobornos a varios municipios para adjudicarse el recambio de luminaria y para lo cual utilizaron incluso a personas en situación de calle para blanquear coimas. Mencionó también la malversación de fondos y fraude en las corporaciones municipales de Vitacura, Las Condes, Lo Barnechea y Ñuñoa. Respecto de SQM, fue crítica con la decisión de la Fiscalía de no perseverar en la investigación contra 34 imputados dado que el SII no se querelló en su contra ('Una mala señal que alimenta la sensación de impunidad y de que la justicia actúa según quien sea el corrupto'). Y, en cuanto a las Fuerzas Armadas, de Orden y Seguridad, reparó en la querella del CDE contra la PDI, cuyo exdirector general, Héctor Espinosa, se benefició de los gastos reservados utilizando el mismo modus operandi del excomandante en Jefe del Ejército, Juan Miguel Fuente-Alba ('Más allá de sustraer dinero de todos los chilenos, se defrauda la fe pública y se acrecienta la crisis de confianza, en especial, viniendo de las instituciones encargadas de velar por la seguridad e integridad').
—¿Cuál es su evaluación en lo que va del año?
—Quiero abordarlo desde lo positivo; es verdad que este panorama puede resultar desolador y efectivamente desde el 2018 que estamos estancados en el índice de Transparencia Internacional, lo que indica que no han habido muchos cambios… Pero al menos ahora se saben las cosas; en el 2010, cuando empecé a trabajar en estos temas, no se hablaba de corrupción; cuando iba a las empresas se reían en mi cara y me decían que eso no era para nosotros, que eso pasaba en los países vecinos, que en Chile no existía la corrupción. Pero en casos institucionales, como el del Ejército (donde un cuarto comandante en jefe pasa a manos de la justicia), se trataba de prácticas que estaban sumamente arraigadas. 'Todos lo hacen', era la respuesta, y las agencias de viaje no lo cuestionaban porque estaban felices facturando más. Entonces que hoy sepamos que en Chile esas cosas pasan, que sí opera la corrupción, es un paso muy importante.
—Ya, pero afirmar esto en pleno 2022, cuando al menos en el Ejército estos temas se conocen desde lo ocurrido con Pinochet y el banco Riggs, no resulta muy alentador…
—Pero podría ser que no supiéramos tanto o que el tema a nadie le importe; en Chile somos muy buenos para relativizar y decir que lo nuestro es nada al lado comparado con Perú, Argentina, Brasil…
—Hoy tenemos la mayor una crisis de confianza institucional de la historia, eso ya es un factor importante…
—Y, por lo mismo, ahora estamos en un punto de inflexión. Está demostrado que cuando se debilita la confianza en las instituciones, la corrupción aumenta; cuando dejaste de creer en la justicia, en los carabineros, en el Ministerio Público y cada uno actúa según sus propias creencias, nadie exige rendición de cuentas. Por eso me pareció gravísimo que a poco de empezar el nuevo gobierno, se partiera desprestigiando a Carabineros, cuando un funcionario supuestamente había agredido a un manifestante en Plaza Italia, lo que después resultó no ser cierto y actuó en defensa propia. El gobierno debe cuidarse de no seguir haciendo lo de antes, cuando señalaban que todas las instituciones son malas sin hacer ninguna distinción. Su deber es cuidarlas, de manera transparente, racional y con objetividad en sus decisiones. De lo contrario, si se deslegitima la institución desde la autoridad, ningún funcionario se atreverá a denunciar cuando sea testigo de anomalías, por ejemplo. Cuando se le quita el piso a las instituciones, es la corrupción la que gana.
Y continúa:
—Lo mismo pasa con la conciencia ciudadana; es muy importante que las personas sientan que pueden hacer algo. Me toca conversar con mucha gente que, bajando la voz, me cuenta que son testigos de algo en su lugar de trabajo, pero no se atreven a denunciar porque les enseñaron a no meterse donde no les corresponde. También sucede con empresarios. Somos una sociedad muy individualista donde cada uno piensa en su propio bienestar. Por eso mi pelea es el rol del sector privado en la lucha contra la corrupción; se suele decir que son los funcionarios públicos los que actúan mal, pero pocas veces se desgrana el choclo para ver qué es lo que pasa al otro lado… ¿Dónde estaban las empresas, por qué no pararon el carro, por qué no se abstuvieron? Pero hay miedo, o el ambiente es incierto. Además que éste es un país muy pequeño, con pocas empresas y todos se conocen, ¿cómo alguien se va a enfrentar con un gran grupo empresarial o un holding con muchas otras compañías si después te vas a quedar sin trabajo?
—¿Qué mecanismos de resguardo tiene por ejemplo un trabajador en ese caso?
—Hoy las mismas empresas por la Ley de responsabilidad penal de las personas jurídicas, deben tener programas de prevención y esto incluye contar con canales de denuncia. Me ha tocado ver muchos que funcionan. Claro que es más fácil cuando las cosas ocurren más abajo que cuando vienen de arriba porque cuesta más denunciar. En Chile Transparente tenemos un canal de denuncia (denunciacorrupcion.cl) que es anónimo y nos llegan casos para este primer paso.
'Es importante que exista un balance'
'Somos una sociedad con muy mala memoria, además… En las pasadas elecciones era de no creer la cantidad de candidatos que tenían casos previos, aunque prescritos, y que resultaron electos… Ahí también tenemos una responsabilidad porque es re fácil criticar pero después ¿por quiénes votan las y los ciudadanos?'.
—Hoy existe una investigación abierta contra la ex candidata del Partido Comunes, Karina Oliva y que podría extenderse a la campaña a primarias de Gabriel Boric. ¿Qué efecto cree que podría tener en la fe pública?
—Tenía esperanzas en este nuevo gobierno; como son jóvenes, inmediatamente piensas que pueden venir más limpios. Sin embargo, fueron ellos mismos quienes le quitaron el piso a todas las instituciones que hoy les toca gobernar. Y con el estallido social se cayó en la generalización de que todas las instituciones son corruptas; bastaba para que se detectara a unos cuantos funcionarios para que todos entraran en el mismo saco. El problema es que se produce una gigantesca pérdida de confianza cuando lo que necesitamos son instituciones sólidas. Si le quitamos el piso a todo y decimos que todo es malo, nos quedamos sin nada, que es el peor escenario.
Y sobre la investigación abierta por la Fiscalía en el caso de Karina Oliva, quien se defendió en la Corte de Apelaciones aludiendo a Giorgio Jackson, la presidenta de Chile Transparente observa:
—Ellos fueron los mismos que reclamaron contra el financiamiento irregular de la política, entonces, si se llega a descubrir que ellos también cayeron en las mismas prácticas, el impacto puede ser tremendo. ¿En quiénes van a creer los ciudadanos? Si las acusaciones de Oliva llegan a ser ciertas, sería un terremoto enorme y podría pasarnos lo que a Perú.
—¿En serio lo cree, no estará exagerando?
—Me preocupa que pase como en los gobiernos populistas, que llegan prometiendo que van a acabar con la corrupción, porque por lo general les termina reventando en la cara. Espero que las acusaciones no sean reales, pero si se comprueba que las campañas fueron con financiamiento irregular, sería muy complejo, la gente podría pedir la salida del gobierno, sobre todo por lo polarizado que está el país… Por supuesto que también podría abrir la puerta para acusaciones constitucionales. Si la entonces oposición lo hizo con Piñera, no veo por qué aquí habría de ser distinto. Si se llega a descubrir algo así la confianza se nos va al suelo.
—¿Cree que han estado presentes los temas sobre corrupción en las discusiones al interior de la Convención?
—No he visto un análisis 360. Con el unicameralismo, por ejemplo; a veces se toman ejemplos de países anglosajones pero estamos en Chile. Y mientras más equilibrios y elementos de rendición de cuentas existan, mejor. Me asusta que se estén centrando en dejarle mucho poder al gobierno de turno, en vez de repartirlo entre el ejecutivo y las instancias legislativas. Es importante que exista un balance.
—Que el poder esté tan concentrado en una Cámara de Diputadas y Diputados, no así en la Cámara de Regiones (según como va hasta ahora el borrador), ¿también podría representar un riesgo?
—Cuando no existen balances de poder, es un factor de corrupción. Por eso es que no ha existido ninguna dictadura en el mundo que no haya sido corrupta. Me preocupan estas propuestas donde se van quitando los contrapesos.
Y da como ejemplo el caso de las asesorías parlamentarias que destapó Ciper en 2017, donde 40 diputados y un grupo de senadores, pagaron con sus asignaciones a asesores por informes que resultaron ser plagiados o de muy baja calidad.
—Cuando el caso se conoció y la Fiscalía empezó a investigar, nosotros pedimos vía la ley de Transparencia acceder a todos los informes, tanto los verdaderos como los falsos, de modo que las personas pudieran distinguir entre unos y otros, pero en el Senado se negaron tajantemente a pesar de nuestra insistencia. La Cámara de Diputados, en cambio, sí los hizo públicos, lo que transparentó la situación y llevó a que mejoraran en cierto modo las prácticas. Pero cuando una Cámara es más poderosa que la otra y no existe competencia, es posible que se produzca el desbande.
—¿En qué radica concretamente el balance entre ambas cámaras?
—No es que se controlen una con otra, pero si los temas tienen que pasar por las dos instancias existen más puntos de vista y los poderes se equilibran. Cuando una institución siente que tienen todo el poder, es más fácil que terminen siendo campo fértil para la corrupción.
—¿La han citado de la Convención desde su rol como presidenta Chile Transparente?
—Hemos participado en temas como el acceso a la información y medidas de transparencia, pero no en lo referente a los poderes del Estado.
Y agrega:
—Lo otro que me preocupa es la pérdida de confianza en la Convención; de ser la institución con los índices más altos en este sentido, los propios constituyentes se han encargado de deteriorar este capital. En esta última parte del proceso me parece importante que exista preocupación por responder a las expectativas porque lo que está en juego es la fe pública. A nadie le conviene que este proceso fracase.
-"Tenía esperanzas en este nuevo gobierno; como son jóvenes, piensas que pueden venir más limpios. Sin embargo, fueron ellos mismos quienes le quitaron el piso a todas las instituciones que hoy gobiernan".
-"En Chile somos muy buenos para relativizar y decir que lo nuestro es nada al lado comparado con Perú, Argentina, Brasil...".
Pais: Chile
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Región: Metropolitana de Santiago
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Fecha: 2022-04-22
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Tipo: Prensa Escrita
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Página(s): 18-19
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Sección: Conversación
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Centimetraje: 28x48
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