Pais:   Chile
Región:   Metropolitana de Santiago
Fecha:   2022-05-06
Tipo:   Prensa Escrita
Página(s):   2
Sección:   El Día
Centimetraje:   28x22

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Alarcón es investigador en el Instituto del Corazón de la Universidad de Ottawa.
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El científico chileno Emilio Alarcón integra el equipo de la Universidad de Ottawa
Investigadores desarrollan método con nanopartículas de oro para tratar enfermedades al corazón
Está en fase preclínica y ya se probó en ratones. 'Los animales luego del tratamiento eran capaces de recuperar la función cardiaca', cuenta el investigador.
Mírelo bien. Este científico chileno se ha propuesto recuperar la función cardiaca de las personas que han sufrido enfermedades cardiovasculares. Su nombre es Emilio Alarcón y es doctor en Química. Trabaja como investigador en el Instituto del Corazón de la Universidad de Ottawa, en Canadá, y como profesor asociado en la Facultad de Medicina de esa misma casa de estudios. Alarcón estudia el uso de nanopartículas de oro en tratamientos cardíacos; es decir, utiliza pequeñas partículas, invisibles al ojo humano y químicamente muy reactivas, que pueden desplazarse por la sangre y ser dirigidas a regiones específicas del cuerpo para la liberación de una serie péptidos especiales, que son como pedacitos de proteína. En este caso, como ya adivinó, al corazón. Este jueves, en la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Autónoma, dio una charla al respecto (puede verla en Youtube, en el link https://bit.ly/3MQeL4k ).

'Como un grafiti'

El científico, antes de su charla, dice que la investigación está en fase preclínica y los avances se han publicado en prestigiosos revistas, como 'Nature Communications' y 'ACS Nano'. Su equipo ahora busca adaptar esta tecnología a procedimientos mínimamente invasivos. 'Las enfermedades cardiovasculares, incluyendo el infarto al corazón, son la causa número uno de mortalidad a nivel mundial', afirma Alarcón. Y luego recuerda el inicio de su más reciente investigación: 'Hace una década, en el Centro de Investigación del Instituto del Corazón de la Universidad de Ottawa, al comenzar a trabajar en nuevas tecnologías para mejorar el funcionamiento del corazón luego de un ataque cardiaco, una de las preguntas que nos hicimos fue cómo podemos desarrollar una tecnología que no requiera inyectar, que no requiera penetrar el corazón, luego de un infarto'. 'Ya que una parte del músculo muere irreversiblemente luego de un infarto, se pierde la conducción eléctrica, la que hace que el corazón se contraiga y propague la señal; por tanto no es capaz de latir y de bombear sangre', explica. 'Pero desarrollamos una tecnología en la que nos demoramos cinco años'.

-¿En qué consiste?

-En rociar los corazones con partículas de oro modificadas con péptidos, que son moléculas muy pequeñitas, específicamente diseñadas para anclar nanopartículas de oro en el corazón. Estas nanopartículas aumentan la conducción eléctrica en el tejido que está dañado luego del infarto.

-¿Ya la probaron?

-En el modelo que usamos (ratones de laboratorio), que reproduce un infarto cardiaco severo (mediante inducción del infarto de miocardio), es un modelo animal aprobado por la FDA (la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos). Los animales luego del tratamiento (35 días después) eran capaces de recuperar la función cardiaca y la conductividad eléctrica.

-¿Cómo aplicaron las nanopartículas de oro?

-Se pulverizaron, como la pintura spray para hacer grafiti, para así pintar el corazón con una concentración extremadamente baja.

-¿Grafiti?

-Es como pintar el corazón con un aerosol o un autobronceante (las nanopartículas se rocían desde la boquilla de un aparato miniaturizado, que permite pintar uniformemente sobre la superficie de un corazón en pocos segundos). Con un volumen pequeño cubres todo el corazón y formas una monocapa. Es parecido a cuando le pasas mantequilla al pan. De esa manera aumentamos la condición cardiaca y contribuimos a la regeneración endógena, es decir, que el mismo corazón se vuelve a sanar. 'Me parece muy interesante el trabajo. Tiene todo el sentido porque tiene perspectiva de futuro, podría llegar a pacientes', comenta Marcelo Kogan, doctor en Química Orgánica y profesor de la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacéuticas de la Universidad de Chile e investigador del Centro Avanzado de Enfermedades Crónicas. 'Esto hay que probarlo, por supuesto, hay que hacer estudios clínicos', indica. 'Las nanoparticulas de oro ya se están usando en estudios clínicos, con pacientes, y han resultado positivas para tratar cáncer de próstata, por ejemplo'.
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IGNACIO MOLINA-