Cuando Alberto Abarza pasó a dejar su currículo a las oficinas de Bci, jamás se imaginó lo que le esperaría en el futuro. Eso fue hace 12 años, recién había sido papá, nunca había trabajado y se encontró con que el mundo laboral para alguien en situación de discapacidad no era nada fácil.

Por eso, cuando le avisaron que en Bci estaban comenzando un programa de inclusión, no se hizo muchas ilusiones. Pero lo llamaron. Partió en el call center y fue creciendo profesionalmente.

Estaba feliz, sin embargo, el síndrome de Charcot-Marie-Tooth, enfermedad que afecta los nervios que controlan el movimiento muscular, avanzaba rápido y a Alberto le costaba usar las manos para teclear. 'Fui a presentar mi renuncia y mi jefe me dijo: ‘¡No! Vamos a trasladarte a un lugar donde puedas estar mejor''.

Pasó al área de Experiencia, le compraron una tablet y un software de reconocimiento de voz, y le entregaron una silla de ruedas más liviana. 'Me dijeron: ‘El banco te va a dar todas las condiciones para hacer bien tu trabajo; el resto depende de ti'', cuenta. Y así fue.

En ese tiempo Alberto practicaba natación como parte de su terapia. 'Un día le conté al gerente del área que me habían invitado a representar a mi comuna a un torneo en Quillota. Él me dijo que el banco me podía apoyar con los pasajes y los implementos', recuerda. Ganó esa competencia. Y no paró más. Triunfó en los nacionales y lo llamaron de la selección de natación paralímpica.

Compitió en los Juegos Parapanamericanos de Toronto en 2015, obtuvo el octavo lugar del mundo en Río de Janeiro 2016 y ganó tres medallas de oro y dos de plata en los Parapanamericanos de Lima 2019. Hasta que llegaron los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020 y Alberto se lució: ganó la medalla de oro en los 100 metros espalda y dos medallas de plata.

'Las personas con discapacidad podemos hacer todo lo que nos propongamos, vamos a necesitar ayuda siempre, pero podemos. En ese sentido, Bci confió en mí desde el primer momento, antes de ser un deportista destacado, cuando llegué con mi currículo en blanco y todas mis ganas de trabajar; eso siempre lo voy a agradecer', dice.