Sudarios, escapularios, almohadas y bolsitas para guardar medallas e improntas. Estos son solo algunos de los elementos que siete internas del Centro Penitenciario Femenino (CPF) de Santiago confeccionan para ceremonias funerarias.

El proyecto consiste en el taller denominado 'Recuérdame' y busca constituir un apoyo para este grupo de mujeres, todas ellas madres privadas de libertad. Mediante su trabajo generan oportunidades para reinsertarse en la sociedad, además de aportar al sustento de sus hijos y familia fuera del penal.

La iniciativa es desarrollada por la Funeraria del Hogar de Cristo, con el apoyo de Gendarmería y la Fundación Mujer Levántate. Esta última fue creada en 2008 por Nelly León, capellana del mismo centro penitenciario e impulsora del proyecto, con el objetivo inicial de asistir a mujeres que salían de las cárceles y no tenían dónde ir.

La religiosa comenta que el taller busca que sus participantes puedan 'trabajar, que se sientan personas, dignas, útiles, y no desechos de la sociedad, sino que personas que van a aportar, contribuyendo por su propia dignidad y empoderamiento de mujer'.

'No me gusta usar la palabra reinsertar, me gusta usar la palabra incluir, porque el conocimiento me ha dado la lucidez para decir que una mujer que está privada de libertad nunca fue incluida en nada, ha estado siempre excluida', resalta León.

Juan Andrés Fuentealba, gerente general de la Funeraria del Hogar de Cristo, expone que el taller 'nace con la intención de ser una instancia permanente de oportunidad y desarrollo para este y otros grupos de internas'.

'Estamos muy contentos de apoyar la inclusión de las personas que se encuentran en una situación de vulnerabilidad o que puedan sentirse postergadas y olvidadas. Ellas son parte de nuestra sociedad y son un aporte, sin importar que estén privadas de libertad', añade.

Cecilia, una de las internas que participan en el taller, valora la oportunidad. 'No necesitamos que nos tengan lástima ni que nos señalen, necesitamos oportunidades concretas, de salir del círculo de la delincuencia, y la única manera que tenemos para lograr eso es obteniendo un trabajo. Estamos inmensamente agradecidas y orgullosas', asegura.

Añade que 'ponemos todo nuestro cariño y buenas energías, porque sabemos que van a llegar a manos de personas que están sufriendo en ese momento. Les queremos enviar un poco de nuestro coraje, de nuestra fortaleza mediante el trabajo que desarrollamos todos los días'.

Respecto de la proyección de la iniciativa, Fuentealba señala que 'nos gustaría llegar a la mayor cantidad de recintos posibles, porque es una oportunidad que las internas necesitan. Por ahora, tenemos considerado otro taller en la sección femenina del Centro Penitenciario El Manzano, de Concepción, pero esperamos que no sea el último'.