Pais: Chile
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Región: Metropolitana de Santiago
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Fecha: 2022-05-25
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Tipo: Prensa Escrita
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Página(s): 18-19
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Sección: Conversación
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Centimetraje: 28x47
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Susana Claro, académica UC
“El Simce es esencial para saber qué vamos a hacer el próximo año”
Experta en educación, destaca que el nuevo ministro haya reconocido el error de suspender clases por tanto tiempo en pandemia. Pero alerta ante la propuesta de cancelar la prueba de medición y reemplazarla por una alternativa: 'Lo que plantea el ministro es valioso y mejor que nada, pero no da el ancho para el nivel de decisiones que se deben tomar'.
Susana Claro, ingeniera UC y académica de la Escuela de Gobierno de la misma universidad es una lectora voraz desde la infancia. Siempre fue estudiosa, cuenta, y sus metas personales iban más allá de las notas. 'Uno de mis propósitos para estudiar bien era que me iba a permitir contribuir al país. Eso era algo que nos repetían muchísimo en el colegio', asegura.
A Susana esa consigna la marcó. En quinto básico, una profesora se dio cuenta de su talento para escribir y convirtió uno de sus relatos en un libro que se volvió lectura obligada para los cursos más pequeños. Susana pensó que iba a ser escritora, pero con el tiempo las matemáticas la conquistaron. Al salir de cuarto medio eligió ingeniería, y dice que no fue no sólo por su amor a los números, sino 'también fue un poco por contreras … era una época en la que estaba instalado que sólo los hombres estudiaban esa carrera, y yo quería demostrar lo contrario', afirma.
En ese contexto, aprendió a programar e imaginó que su futuro podría estar en la realización de efectos especiales. Pero hizo su práctica profesional en el programa 'Enlaces', del Ministerio de Educación, y su vida se cruzó con la educación pública. Entonces, los computadores fueron reemplazados por el interés en el aprendizaje.
'En mi época universitaria se estaba formando Un Techo para Chile, comencé a participar y eso me permitió conectarme con grupos de estudiantes del país que no tuvieron las oportunidades que yo tuve. Mi reflexión fue que si no se mejoraba la educación íbamos a seguir haciendo mediaguas toda la vida. En ese minuto pensaba que la educación de calidad era lo más potente que puede recibir una persona', comenta.
–¿Sigues pensando lo mismo o cambió tu mirada?
–Hoy pienso que hay muchas otras medidas que se deben aplicar al mismo tiempo. La igualdad en una alimentación nutritiva y balanceada es un ejemplo de una política social básica. Si no ocurre eso, ya no existen las mismas oportunidades educativas porque ni siquiera puedes estar concentrado en la sala. Actualmente hay muchos niños y niñas que crecen con inseguridad alimentaria y eso se traduce en que están sentados en clases pensando en cómo ayudar a sus familias a conseguir la comida del día.
'No hacer el Simce significa dejar mucho de lado'
Con 44 años, Susana es Máster en Educación de la U. de Harvard y Doctora en Economía de la Educación de la U. de Stanford. Pero también ha explorado más allá del mundo académico: es una de las fundadoras de Enseña Chile y del espacio colaborativo para escuchar a mujeres, Nuestra Voz. Además, es miembro de los consejos de Icare y de la Agencia de Calidad de la Educación, entre otros, y fue reconocida como una de las 100 mujeres líderes 2020.
Con toda esta experiencia, Claro considera que es clave, tras 71 semanas de clases suspendidas en nuestro país a causa de la pandemia, medir el impacto que esto tuvo en los estudiantes. Por ello, no ve con buenos ojos la solicitud de suspender el Simce que hizo el ministro de Educación, Mauricio Ávila, al Consejo Nacional de Educación. Propuesta que el subsecretario de Educación, Nicolás Cataldo, volvió a reiterar ayer en una entrevista en regiones, afirmando que 'no están las condiciones para llevarla a cabo'.
'Sabemos que estos años trajeron desafíos nunca antes vistos y por lo tanto, que se deben generar apoyos adicionales desde el Mineduc. Justamente para eso el Simce es crucial…para entender dónde están los establecimientos que necesitan mayor inversión y apoyo', afirma Claro. 'Un niño de cuarto básico, por ejemplo, debiera poder leer Harry Potter sin problemas y si un sistema de educación no logra ese objetivo, estás totalmente en desventaja del resto del mundo. Además, el Simce no es sólo una prueba que mide lenguaje o matemáticas, también levanta información socioemocional y de cultura escolar muy valiosa. No hacerla, significa dejar mucho de lado'.
–¿Dejar qué de lado?
–En prepandemia el 30% de chicos y chicas de 10 años no tenía habilidades adecuadas de lectura, hoy suponemos que son muchos más –en la Encuesta Nacional de Monitoreo de Establecimientos Educacionales en Pandemia, presentada el viernes por la Escuela de Gobierno UC, la Escuela de Sociología UC y el CIAE de la U. de Chile, 84% de los directores de escuelas afirma que los niveles en lectura y lenguaje de los alumnos es peor que en 2019–.
Y sigue:
–Pero no tenemos idea cuál es el porcentaje real y dónde están esos niños. Sin esos datos no se pueden generar políticas públicas que generen un verdadero impacto. El Simce es esencial para saber qué vamos a hacer el próximo año y una herramienta fundamental para promover políticas públicas nacionales focalizadas.
–El ministro de Educación manifestó la idea de hacer una prueba muestral en su reemplazo…
–Actualmente es muy difícil crear una muestra con la escasa información que tenemos. Puede que se seleccione a una escuela que fue muy poco golpeada por la pandemia, pero que pertenece a determinado sector socioeconómico. Entonces tal vez esa escuela no represente para nada lo que en verdad queremos medir, porque el impacto del covid fue muy variado. Lo que plantea el ministro es valioso y mejor que nada, pero no da el ancho para el nivel de decisiones que se deben tomar el próximo año y así apoyar a las escuelas que más lo necesitan. Por eso es fundamental que se aplique la prueba de manera censal.
–Hay otras opiniones que más bien apelan al estrés que le generaría el Simce a los alumnos.
–El aprendizaje no es una competencia al bienestar emocional, sino que incluso es parte de la solución para lograr ese bienestar. Cuando el desafío está bien planteado y el profesor le da un sentido a lo que se está haciendo, el alumno se transporta a retos fascinantes. Entonces hay que reformular el discurso. De hecho, en los ‘80 existió un método de enseñanza muy errado, llamado 'Movimiento de la Autoestima', que promovía evitar todo tipo de frustraciones alrededor del niño. Los sicólogos después se dieron cuenta de que justamente enfrentando y superando los desafíos, es realmente el momento en el que se genera la autoestima. Por lo tanto, si evitas esas experiencias, lo que estás haciendo es construir una autoestima muy frágil.
–Fuiste asesora en educación para la campaña de Ignacio Briones, ¿cómo evalúas al nuevo ministro?
–Tengo confianza en que el ministro Ávila, dada su experiencia en terreno, va a traer una mirada muy valiosa en sus decisiones. Además, he oído sólo cosas buenas de él como persona, aunque no conozco nada más. Confío en que va a atreverse a sacrificar un poco de capital político por el bien de los estudiantes. Si mantiene el Simce, por ejemplo, tendrá contrapartes que no quedarán contentas y eso hay que tenerlo claro.
–Al nombrarlo, el presidente Boric hizo hincapié en que es profesor. Como ingeniera, ¿qué piensas acerca de cierta crítica a que expertos de otras disciplinas lideren áreas de la educación?
–La modernidad no ha permitido dejar de decir que tú eres lo que estudiaste a los 18 años, esa es una mirada muy obsoleta a nivel mundial. Yo al menos ya no soy ingeniera, agradezco la formación que recibí y me encanta, pero ya no me identifico con una computina y esa fue la especialidad que elegí. Además, hoy está súper comprobado que los problemas complejos no se resuelven sin un trabajo interdisciplinario. Sin embargo, destaco mucho la experiencia del ministro Ávila en las distintas áreas de la educación y su trabajo en una red tan prestigiosa de colegios como lo es 'Belén Educa'.
–¿Valoraste que asumiera públicamente que fue una equivocación mantener las escuelas cerradas?
–Muchísimo. Es una vergüenza que los niños no asistieran a clases durante dos años, una medida que no tuvo ninguna lógica y la evidencia era muy clara al respecto. Ni siquiera las personas del sector de la salud lo consideraban una buena idea y ahí Carlos Díaz tomó una mala decisión al liderar esa posición absurda. Los parlamentarios también se equivocaron con la acusación constitucional en contra del ministro Figueroa, que estaba peleando por el bienestar de niños y niñas. Fue una decepción total para mí.
'Somos mejores máquinas de aprendizaje colectivo que individual'
–Uno de tus grandes focos de estudio es lo que se llama la motivación resiliente o 'mentalidad de crecimiento', ¿Qué te inquieta de ello?
–Las personas que tienen 'Growth Mindset' (mentalidad de crecimiento) son aquellas que creen que sus habilidades pueden cambiar y por ende tienden a perseverar más ante un desafío. Piden ayuda sin vergüenza, porque entienden que 'no saber' no es un defecto, sino algo que va a cambiar y una oportunidad de mejora. En contraposición están los niños que piensan que la inteligencia es algo fijo, que las habilidades ya están instaladas o que 'naciste malo para las matemáticas'. Hay niños que interpretan ese fracaso o frustración como algo personal y al vivirlo así, tienden a esconder sus errores. Esa es una de las mentalidades que boicotea las oportunidades de aprendizaje.
Y agrega:
–Hay que tener claro que hay niños y niñas con muy diversas y desiguales oportunidades de aprendizaje, pero para dos personas con las mismas oportunidades, las creencias acerca de su propia inteligencia son determinantes.
–¿Cómo se promueve esa mentalidad de crecimiento?
–Es clave tener un propósito que le dé sentido al esfuerzo que se pone en aprender. Cuando un niño tiene la respuesta de ¿para qué estoy haciendo esto? tiene mayores posibilidades de que su motivación sea más perseverante. Otro factor fundamental es la pertenencia a un grupo, en donde el estudiante se siente valorado y sabe que todos sus pares también enfrentan sus mismas dificultades. Se dan cuenta de que lo que ellos viven lo viven otros también. Este aspecto se tiene que trabajar mucho en los liceos y en las universidades, en donde los grupos comienzan sin conocerse previamente y los alumnos pueden tender a esconder lo que les cuesta.
–¿Y de qué manera se logra esto en un contexto cargado de estímulos externos como los actuales?
–La autogestión es fundamental y es mucho más fácil aprender cuando tienes hábitos establecidos. Para los jóvenes de hoy, el tema del celular, por ejemplo, es un desafío enorme. Hoy hay muy pocas personas capaces de gestionar su uso y que logran cumplir con sus objetivos del día sin verse afectados por la cantidad de horas que dedicamos a las pantallas. Este tema no es algo que hayamos resuelto los docentes, entonces tampoco podemos formar en esta materia. Finalmente, los únicos que van a poder descubrir la solución a esta problemática son ellos, ya que nacieron con este desafío.
–Sueles referirte a que en el aprendizaje es clave la idea de un 'cerebro colectivo'…
–Así es. Joseph Henrich, un investigador de Harvard, señala que en las sociedades en donde había más trabajo horizontal y conexiones entre pares, existía mayor aprendizaje y por lo tanto, evolucionaban más rápido. Como especie somos mucho mejores 'máquinas' de aprendizaje colectivo que de aprendizaje individual. Estamos hechos para aprender copiando, compartiendo experiencias, mirando los errores de los demás. Lo no natural es sentarse con un libro solo a estudiar.
–Otra problemática sigue siendo la brecha de género en educación. Según datos de la Agencia de Calidad de la Educación, dos de cada tres niñas han dicho 'tengo miedo de que me vaya mal en matemáticas', ¿Cómo se enfrenta esto?
–Este tema se relaciona mucho con la mentalidad de crecimiento y los estereotipos que están instalados entre los profesores respecto a las mujeres en ciertas áreas. Inconscientemente, los docentes envían mensajes que van generando una profecía autocumplida en la que las niñas se sienten inferiores. Si bien hemos mejorado en este tema, creo que tenemos que acelerar mucho más. El incorporar a mujeres en puestos de mayor visibilidad es muy positivo, porque va generando modelos que se transforman en referentes. Celebro mucho que el Presidente haya nombrado tantas ministras, porque finalmente también se les está dando una señal muy claraa todas las niñas que se traduce en 'si ella puede, yo también puedo'.
Y agrega:
–Las mujeres históricamente no hemos tenido esos ejemplos y mirando para atrás, tal vez nunca me vi tan ingeniera porque tuve sólo una profesora en la universidad. Quizás eso inconscientemente me marcó… aunque estoy feliz con el camino que he recorrido.
Recuadro
-"Es una vergüenza que los niños no asistieran a clases durante dos años, una medida que no tuvo ninguna lógica y la evidencia era muy clara al respecto'.
-"Confío en que (el ministro de Educación) va a atreverse a sacrificar un poco de capital político por el bien de los estudiantes'.
Nex Prensa Escrita
Susana Claro, académica UC
“El Simce es esencial para saber qué vamos a hacer el próximo año”
Experta en educación, destaca que el nuevo ministro haya reconocido el error de suspender clases por tanto tiempo en pandemia. Pero alerta ante la propuesta de cancelar la prueba de medición y reemplazarla por una alternativa: 'Lo que plantea el ministro es valioso y mejor que nada, pero no da el ancho para el nivel de decisiones que se deben tomar'.
Susana Claro, ingeniera UC y académica de la Escuela de Gobierno de la misma universidad es una lectora voraz desde la infancia. Siempre fue estudiosa, cuenta, y sus metas personales iban más allá de las notas. 'Uno de mis propósitos para estudiar bien era que me iba a permitir contribuir al país. Eso era algo que nos repetían muchísimo en el colegio', asegura.
A Susana esa consigna la marcó. En quinto básico, una profesora se dio cuenta de su talento para escribir y convirtió uno de sus relatos en un libro que se volvió lectura obligada para los cursos más pequeños. Susana pensó que iba a ser escritora, pero con el tiempo las matemáticas la conquistaron. Al salir de cuarto medio eligió ingeniería, y dice que no fue no sólo por su amor a los números, sino 'también fue un poco por contreras … era una época en la que estaba instalado que sólo los hombres estudiaban esa carrera, y yo quería demostrar lo contrario', afirma.
En ese contexto, aprendió a programar e imaginó que su futuro podría estar en la realización de efectos especiales. Pero hizo su práctica profesional en el programa 'Enlaces', del Ministerio de Educación, y su vida se cruzó con la educación pública. Entonces, los computadores fueron reemplazados por el interés en el aprendizaje.
'En mi época universitaria se estaba formando Un Techo para Chile, comencé a participar y eso me permitió conectarme con grupos de estudiantes del país que no tuvieron las oportunidades que yo tuve. Mi reflexión fue que si no se mejoraba la educación íbamos a seguir haciendo mediaguas toda la vida. En ese minuto pensaba que la educación de calidad era lo más potente que puede recibir una persona', comenta.
–¿Sigues pensando lo mismo o cambió tu mirada?
–Hoy pienso que hay muchas otras medidas que se deben aplicar al mismo tiempo. La igualdad en una alimentación nutritiva y balanceada es un ejemplo de una política social básica. Si no ocurre eso, ya no existen las mismas oportunidades educativas porque ni siquiera puedes estar concentrado en la sala. Actualmente hay muchos niños y niñas que crecen con inseguridad alimentaria y eso se traduce en que están sentados en clases pensando en cómo ayudar a sus familias a conseguir la comida del día.
'No hacer el Simce significa dejar mucho de lado'
Con 44 años, Susana es Máster en Educación de la U. de Harvard y Doctora en Economía de la Educación de la U. de Stanford. Pero también ha explorado más allá del mundo académico: es una de las fundadoras de Enseña Chile y del espacio colaborativo para escuchar a mujeres, Nuestra Voz. Además, es miembro de los consejos de Icare y de la Agencia de Calidad de la Educación, entre otros, y fue reconocida como una de las 100 mujeres líderes 2020.
Con toda esta experiencia, Claro considera que es clave, tras 71 semanas de clases suspendidas en nuestro país a causa de la pandemia, medir el impacto que esto tuvo en los estudiantes. Por ello, no ve con buenos ojos la solicitud de suspender el Simce que hizo el ministro de Educación, Mauricio Ávila, al Consejo Nacional de Educación. Propuesta que el subsecretario de Educación, Nicolás Cataldo, volvió a reiterar ayer en una entrevista en regiones, afirmando que 'no están las condiciones para llevarla a cabo'.
'Sabemos que estos años trajeron desafíos nunca antes vistos y por lo tanto, que se deben generar apoyos adicionales desde el Mineduc. Justamente para eso el Simce es crucial…para entender dónde están los establecimientos que necesitan mayor inversión y apoyo', afirma Claro. 'Un niño de cuarto básico, por ejemplo, debiera poder leer Harry Potter sin problemas y si un sistema de educación no logra ese objetivo, estás totalmente en desventaja del resto del mundo. Además, el Simce no es sólo una prueba que mide lenguaje o matemáticas, también levanta información socioemocional y de cultura escolar muy valiosa. No hacerla, significa dejar mucho de lado'.
–¿Dejar qué de lado?
–En prepandemia el 30% de chicos y chicas de 10 años no tenía habilidades adecuadas de lectura, hoy suponemos que son muchos más –en la Encuesta Nacional de Monitoreo de Establecimientos Educacionales en Pandemia, presentada el viernes por la Escuela de Gobierno UC, la Escuela de Sociología UC y el CIAE de la U. de Chile, 84% de los directores de escuelas afirma que los niveles en lectura y lenguaje de los alumnos es peor que en 2019–.
Y sigue:
–Pero no tenemos idea cuál es el porcentaje real y dónde están esos niños. Sin esos datos no se pueden generar políticas públicas que generen un verdadero impacto. El Simce es esencial para saber qué vamos a hacer el próximo año y una herramienta fundamental para promover políticas públicas nacionales focalizadas.
–El ministro de Educación manifestó la idea de hacer una prueba muestral en su reemplazo…
–Actualmente es muy difícil crear una muestra con la escasa información que tenemos. Puede que se seleccione a una escuela que fue muy poco golpeada por la pandemia, pero que pertenece a determinado sector socioeconómico. Entonces tal vez esa escuela no represente para nada lo que en verdad queremos medir, porque el impacto del covid fue muy variado. Lo que plantea el ministro es valioso y mejor que nada, pero no da el ancho para el nivel de decisiones que se deben tomar el próximo año y así apoyar a las escuelas que más lo necesitan. Por eso es fundamental que se aplique la prueba de manera censal.
–Hay otras opiniones que más bien apelan al estrés que le generaría el Simce a los alumnos.
–El aprendizaje no es una competencia al bienestar emocional, sino que incluso es parte de la solución para lograr ese bienestar. Cuando el desafío está bien planteado y el profesor le da un sentido a lo que se está haciendo, el alumno se transporta a retos fascinantes. Entonces hay que reformular el discurso. De hecho, en los ‘80 existió un método de enseñanza muy errado, llamado 'Movimiento de la Autoestima', que promovía evitar todo tipo de frustraciones alrededor del niño. Los sicólogos después se dieron cuenta de que justamente enfrentando y superando los desafíos, es realmente el momento en el que se genera la autoestima. Por lo tanto, si evitas esas experiencias, lo que estás haciendo es construir una autoestima muy frágil.
–Fuiste asesora en educación para la campaña de Ignacio Briones, ¿cómo evalúas al nuevo ministro?
–Tengo confianza en que el ministro Ávila, dada su experiencia en terreno, va a traer una mirada muy valiosa en sus decisiones. Además, he oído sólo cosas buenas de él como persona, aunque no conozco nada más. Confío en que va a atreverse a sacrificar un poco de capital político por el bien de los estudiantes. Si mantiene el Simce, por ejemplo, tendrá contrapartes que no quedarán contentas y eso hay que tenerlo claro.
–Al nombrarlo, el presidente Boric hizo hincapié en que es profesor. Como ingeniera, ¿qué piensas acerca de cierta crítica a que expertos de otras disciplinas lideren áreas de la educación?
–La modernidad no ha permitido dejar de decir que tú eres lo que estudiaste a los 18 años, esa es una mirada muy obsoleta a nivel mundial. Yo al menos ya no soy ingeniera, agradezco la formación que recibí y me encanta, pero ya no me identifico con una computina y esa fue la especialidad que elegí. Además, hoy está súper comprobado que los problemas complejos no se resuelven sin un trabajo interdisciplinario. Sin embargo, destaco mucho la experiencia del ministro Ávila en las distintas áreas de la educación y su trabajo en una red tan prestigiosa de colegios como lo es 'Belén Educa'.
–¿Valoraste que asumiera públicamente que fue una equivocación mantener las escuelas cerradas?
–Muchísimo. Es una vergüenza que los niños no asistieran a clases durante dos años, una medida que no tuvo ninguna lógica y la evidencia era muy clara al respecto. Ni siquiera las personas del sector de la salud lo consideraban una buena idea y ahí Carlos Díaz tomó una mala decisión al liderar esa posición absurda. Los parlamentarios también se equivocaron con la acusación constitucional en contra del ministro Figueroa, que estaba peleando por el bienestar de niños y niñas. Fue una decepción total para mí.
'Somos mejores máquinas de aprendizaje colectivo que individual'
–Uno de tus grandes focos de estudio es lo que se llama la motivación resiliente o 'mentalidad de crecimiento', ¿Qué te inquieta de ello?
–Las personas que tienen 'Growth Mindset' (mentalidad de crecimiento) son aquellas que creen que sus habilidades pueden cambiar y por ende tienden a perseverar más ante un desafío. Piden ayuda sin vergüenza, porque entienden que 'no saber' no es un defecto, sino algo que va a cambiar y una oportunidad de mejora. En contraposición están los niños que piensan que la inteligencia es algo fijo, que las habilidades ya están instaladas o que 'naciste malo para las matemáticas'. Hay niños que interpretan ese fracaso o frustración como algo personal y al vivirlo así, tienden a esconder sus errores. Esa es una de las mentalidades que boicotea las oportunidades de aprendizaje.
Y agrega:
–Hay que tener claro que hay niños y niñas con muy diversas y desiguales oportunidades de aprendizaje, pero para dos personas con las mismas oportunidades, las creencias acerca de su propia inteligencia son determinantes.
–¿Cómo se promueve esa mentalidad de crecimiento?
–Es clave tener un propósito que le dé sentido al esfuerzo que se pone en aprender. Cuando un niño tiene la respuesta de ¿para qué estoy haciendo esto? tiene mayores posibilidades de que su motivación sea más perseverante. Otro factor fundamental es la pertenencia a un grupo, en donde el estudiante se siente valorado y sabe que todos sus pares también enfrentan sus mismas dificultades. Se dan cuenta de que lo que ellos viven lo viven otros también. Este aspecto se tiene que trabajar mucho en los liceos y en las universidades, en donde los grupos comienzan sin conocerse previamente y los alumnos pueden tender a esconder lo que les cuesta.
–¿Y de qué manera se logra esto en un contexto cargado de estímulos externos como los actuales?
–La autogestión es fundamental y es mucho más fácil aprender cuando tienes hábitos establecidos. Para los jóvenes de hoy, el tema del celular, por ejemplo, es un desafío enorme. Hoy hay muy pocas personas capaces de gestionar su uso y que logran cumplir con sus objetivos del día sin verse afectados por la cantidad de horas que dedicamos a las pantallas. Este tema no es algo que hayamos resuelto los docentes, entonces tampoco podemos formar en esta materia. Finalmente, los únicos que van a poder descubrir la solución a esta problemática son ellos, ya que nacieron con este desafío.
–Sueles referirte a que en el aprendizaje es clave la idea de un 'cerebro colectivo'…
–Así es. Joseph Henrich, un investigador de Harvard, señala que en las sociedades en donde había más trabajo horizontal y conexiones entre pares, existía mayor aprendizaje y por lo tanto, evolucionaban más rápido. Como especie somos mucho mejores 'máquinas' de aprendizaje colectivo que de aprendizaje individual. Estamos hechos para aprender copiando, compartiendo experiencias, mirando los errores de los demás. Lo no natural es sentarse con un libro solo a estudiar.
–Otra problemática sigue siendo la brecha de género en educación. Según datos de la Agencia de Calidad de la Educación, dos de cada tres niñas han dicho 'tengo miedo de que me vaya mal en matemáticas', ¿Cómo se enfrenta esto?
–Este tema se relaciona mucho con la mentalidad de crecimiento y los estereotipos que están instalados entre los profesores respecto a las mujeres en ciertas áreas. Inconscientemente, los docentes envían mensajes que van generando una profecía autocumplida en la que las niñas se sienten inferiores. Si bien hemos mejorado en este tema, creo que tenemos que acelerar mucho más. El incorporar a mujeres en puestos de mayor visibilidad es muy positivo, porque va generando modelos que se transforman en referentes. Celebro mucho que el Presidente haya nombrado tantas ministras, porque finalmente también se les está dando una señal muy claraa todas las niñas que se traduce en 'si ella puede, yo también puedo'.
Y agrega:
–Las mujeres históricamente no hemos tenido esos ejemplos y mirando para atrás, tal vez nunca me vi tan ingeniera porque tuve sólo una profesora en la universidad. Quizás eso inconscientemente me marcó… aunque estoy feliz con el camino que he recorrido.
-"Es una vergüenza que los niños no asistieran a clases durante dos años, una medida que no tuvo ninguna lógica y la evidencia era muy clara al respecto'.
-"Confío en que (el ministro de Educación) va a atreverse a sacrificar un poco de capital político por el bien de los estudiantes'.
Pais: Chile
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Región: Metropolitana de Santiago
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Fecha: 2022-05-25
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Tipo: Prensa Escrita
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Página(s): 18-19
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Sección: Conversación
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Centimetraje: 28x47
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