La desaceleración económica que está experimentando el país está repercutiendo en los flujos de las empresas, sobre todo en las de menor tamaño. De acuerdo al Ranking de Pagadores que elabora la Bolsa de Productos y la Asech, durante el primer trimestre de este año el plazo de pago a pymes llegó a 49 días. Esto representa un estancamiento en la evolución de los plazos de pagos. Esto, sumado a las mayores restricciones para acceder al crédito, están impactando fuertemente en el funcionamiento de las empresas, en especial, la liquidez para hacer frente a sus distintas responsabilidades y compromisos financieros.

Algunas cometen el error de recurrir a sus propias cuentas corrientes o tarjetas de créditos y cuando se les acaban los recursos, buscan financiamiento externo. Por lo mismo, se puede apreciar un aumento en la demanda de alternativas de financiamiento durante el primer semestre de este alio debido a las restricciones que tienen muchas pymes para acceder a un crédito en la banca.

Es en este contexto que instrumentos financieros como el Factoring se convierten en una herramienta de salvataje que no debe ser vista como algo negativo, sino como una ayuda incluso para quienes cuentan con un flujo de caja ordenado. Actualmente las instituciones bancarias no tienen la capacidad de acoger con precisión las necesidades de cada emprendedor, que mes ames da miles de empleos y es el sustento de familias enteras. Las empresas privadas juegan unpapel muy importante en este contexto y están dispuestas a asumir más riesgos que la banca tradicional.