Como cada 1 de julio, nos hacemos parte de los festejos del Día Nacional de Canadá en conmemoración de su autonomía. Es un gran día, donde también celebramos una relación entre nuestros países, que año a año se intensifica aún más. Un ejemplo claro es la reciente y exitosa visita del Presidente de la República, Gabriel Boric, a esa nación.

Durante este 2022, nuestra cámara conmemora 30 años promoviendo el desarrollo progresivo de las relaciones comerciales entre Chile y Canadá, y colaborando para mejorar las oportunidades de negocios para ambos países.

Como cámara, nos constituimos en 1992, cinco años antes de la entrada en vigencia del Tratado de Libre Comercio entre Chile y Canadá. Esta acción visionaria buscaba generar un mayor vínculo entre ambos países. En ese entonces, Chile no era el de hoy. Recién comenzaba a demostrar sus ventajas para generar confianza hacia los inversionistas extranjeros. Ya estaba cimentándose el camino para convertirse en una de las economías más abiertas del mundo, demostrando en aquellos años que nuestro país disfrutaba de uno de los mejores entornos para hacer negocios e invertir, lo que era consecuencia de su estabilidad política y económica, inicios de apertura comercial, certeza jurídica y excelentes proyecciones de crecimiento. Se iniciaba el apoyo al emprendimiento, la innovación y el nivel de exigencia de bienes y servicios era cada vez más alto, lo que aseguraba un crecimiento dinámico y, sin duda, una mejora de la calidad de vida para los ciudadanos de nuestro país.

El punto de inflexión para nuestra economía es la firma del primer Tratado de Libre Comercio de Chile, justamente con Canadá, siendo este el primero con un país G7 y que durante 2022 celebramos sus 25 años de entrada en vigencia. Desde ahí, Chile se abre al mundo, firmando posteriormente otros acuerdos que permitieron el libre tránsito de personas, capitales, bienes y servicios.

Podríamos decir mucho sobre cómo se han consolidado las relaciones comerciales entre Chile y Canadá, y también ahondar sobre cómo creció Chile en estas últimas décadas, en una parte gracias a la inversión extranjera. Pero más que analizar lo realizado anteriormente, nuestro desafío es mirar el futuro. Nuestros próximos 30 años.

Es importante destacar que, del total de compañías en Chile, el 10% son empresas extranjeras, las que pagan el 51% del total de los impuestos en el país, siendo Canadá el segundo inversionista en Chile. No hay duda de que los capitales extranjeros son preponderantes para el desarrollo del país, considerando su impacto en la economía chilena, además de otros aspectos positivos que aportan en diversas áreas, como social y cultural, entre muchas otras. En consecuencia, la certeza jurídica e institucional son un pilar básico para el futuro de Chile.

Sabemos que vivimos un contexto incierto. Chile ha iniciado un nuevo camino, donde la confianza se convierte en un valor fundamental. Es por ello que es necesario que nuestras instituciones, las autoridades y todos los responsables de dar rumbo a Chile, entreguen herramientas que permitan a nuestros socios comerciales seguir siendo parte del desarrollo y bienestar de chilenos y chilenas.

Los inversionistas extranjeros, especialmente a quienes representamos, entienden que Chile tiene que evolucionar y debe transitar por cambios, y esperan que estos procesos sean transparentes, abiertos y no disruptivos, dado que son contextos de transformación profundos que requieren tiempo y diálogo, donde la opinión del sector privado es fundamental. No obstante, mientras el proceso constituyente no esté cerrado, existen puntos que aún quedan pendientes para entender si las condiciones para los inversionistas serán las más adecuadas.

Preocupa al inversionista extranjero la incertidumbre basada en ciertos principios básicos, como contar con una economía abierta, un sistema judicial independiente, el cumplimiento de los tratados, el derecho a la propiedad y otros aspectos que permitan las grandes inversiones en el país, como en el rubro de la minería y de la energía, áreas en las cuales Canadá es un actor relevante.

Sabemos que son estos los momentos que ponen a prueba la actividad empresarial, porque nuestro rol como generadores de inversión y empleo no es del todo suficiente. Debemos participar con ahínco y determinación en cada desafío que impone el futuro, recalcando la necesidad de dar prioridad a un crecimiento e inversión sustentable, inclusivo, innovador y de bienestar social, como día a día nuestras empresas socias lo promueven con excelencia.

Cada una de las compañías asociadas a la cámara son parte del motor de Chile, de un engranaje que requiere fuerza y empuje. Estamos seguros que cada uno de nuestros miembros pondrá todas las energías para que Chile pueda volver a vivir el viento que lleva al progreso y sin duda, al bienestar social que tanto se requiere en el país.

Finalmente, reitero nuestros más cálidos saludos como cámara a Canadá, nuestro país socio y amigo, y a toda su comunidad residente en Chile, porque hoy tienen muchas razones para celebrar.