De traje dos piezas y zapatillas, trato cordial y sonrisa amable, Solange Berstein acaba de cumplir tres meses a la cabeza de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF). Asumió la presidencia de esta entidad —creada en 2019 y que fusionó a la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS) con la Superintendencia de Instituciones Financieras (SBIF)— en momentos de una crisis económica global que tiene a nuestro país frente a uno de los escenarios más complejos de los últimos años.

Ingeniera Comercial con mención en Economía en la Universidad de Santiago, magíster en Economía del programa de Ilades/Universidad de Georgetown y Ph.D. de la Universidad de Boston, la biografía profesional de Solange Berstein se ha enfocado en el sector público. Fue Superintendenta de AFP (2006-2014) y hasta antes de asumir en la CMF fue gerenta de la División de Política Financiera del Banco Central, donde su jefe era el ministro de Hacienda Mario Marcel. Juntos impulsaron la reforma de pensiones en el 2008, en el primer gobierno de Michelle Bachelet. Fue para Berstein un hito clave en su carrera y así lo refleja una de las dos fotografías que figuran de espaldas a su escritorio: una con sus cuatro hijos captada para el matrimonio de la mayor; y otra con la ex mandataria, en marzo de 2008, el día en que fue promulgada la reforma que incorporó la creación del Pilar Solidario. Ambas se miran a los ojos y parecen contentas.

'La llevo conmigo para todas mis oficinas (dice tomando el marco con la imagen). Representa un momento importante para mí, cuando sientes que has hecho un aporte. Me recuerda una época que fue relevante de mi vida profesional'.

Y sobre la exPresidenta, señala: 'Tuvimos una relación profesional pero nuestras conversaciones para lograr la reforma nos fueron acercando. Ella fue muy importante en todo ese proceso. También lo fue con el Seguro de Cesantía, otro paso importante que dimos ese mismo año. La Presidenta fue muy activa en las decisiones que se tomaron y me siento muy orgullosa de haber sido parte de un proceso que fue tan importante en ese minuto'.

—Michelle Bachelet anunció que no repostulará a su cargo de Comisionada de DD.HH., en la ONU, ¿qué le parece su retorno?

—No tengo una relación personal con la exPresidenta, pero está bien. Es una persona que ha sido muy importante en el país y es bueno que regrese.

—También mantiene una relación laboral de larga data con Mario Marcel, imagino que conoce bien su estilo.

—(Sonríe) Sí, precisamente desde la Reforma Previsional (cuando el economista encabezó la llamada Comisión Marcel). Es una persona a la cual admiro mucho. Nos tocó trabajar juntos en el BC y hoy desde la CMF nos relacionamos a través del Ministerio de Hacienda. Es una relación profesional de gran respeto mutuo.

—¿Cómo es trabajar con él?

—Está siempre enfocado en lograr metas, muy comprometido, algo que acomoda a quienes tenemos sentido de propósito y de ir logrando contribuir al bienestar de las personas. Me fue muy grato trabajar con él en el BC; estuvimos desde muy cerca, con metas que fuimos cumpliendo, él con mucho compromiso y excelencia.

—¿Cómo evalúa al Gobierno a partir de las decisiones económicas y financieras que se han ido tomando?

—Como presidenta del Consejo de la CMF contribuyo desde mi rol, por ejemplo, a través de nuestra participación en el Consejo de Estabilidad Financiera que, de hecho, es liderada por el ministro de Hacienda y donde participa el Banco Central y la Superintendencia de Pensiones. Es ahí donde se nos permite opinar respecto de las iniciativas, no desde fuera.

—Y en cuanto a la propuesta constitucional, ¿cuál es su mirada?

—Desde la CMF vemos que no hay nada que afecte directamente a la institucionalidad. Ahora, lógicamente que éste es un proceso de cambio del marco constitucional en el cual se desarrollan las actividades del país y que generan un ambiente de incertidumbre, como es lógico en todo proceso, cuando no sabemos lo que va a suceder en el plebiscito de salida.

Aunque añade: 'Por supuesto que la incertidumbre no es fácil de gestionar. A nivel global estamos en un contexto donde hay otros frentes inquietantes, como la pandemia o la crisis económica. En la medida que esto se vaya despejando, creo que será algo positivo, pero es un proceso en curso que hay que observar de cerca y ver cómo se desarrolla'.

—¿Cree que se haya atenuado un poco la inquietud?

—Sí, se ha ido reduciendo; ha sido un proceso largo y ya se conocen las definiciones. Pero aún queda camino.

'Varias veces me tocó ser la única mujer en una reunión'

Solange Berstein tenía 25 años y con su marido (el también economista Marco Morales, padres de Fernanda, de 29 años; Tomás de 26; Raimundo de 18 y Santiago de 13) habían decidido viajar a Estados Unidos, interesados en realizar un doctorado en economía en la Universidad de Boston.

'Se estaban abriendo las postulaciones y teníamos todo pensado. Pero sufrimos un accidente en auto camino a La Serena: falleció mi mamá y mi marido quedó muy grave. Íbamos con nuestra hija de 11 meses. Nos cambió radicalmente la vida, todo nuestro plan futuro'.

Tras ello la economista decidió orientarse a las políticas públicas e ingresó a la Superintendencia de AFP donde estuvo entre 1994 y 1997. 'Vinculaba mi interés por lo financiero y también con las pensiones y sus distintos componentes, como el mercado laboral, el mundo del trabajo y de salud, por el componente de invalidez. En esos tres años ya teníamos un segundo hijo y mi marido había logrado superar las consecuencias del accidente, así que decidimos irnos a estudiar a Boston'.

—¿Cómo fue esa época?

—Esos cinco años fueron de los mejores de nuestras vidas. Mis dos hijos menores eran chiquitos y salíamos los cuatro con nuestras mochilas; ellos al jardín infantil, y más tarde al colegio, y nosotros a la universidad. Nuestra familia allá eran los amigos, tanto compañeros de universidad como del grupo de chilenos; celebrábamos Fiestas Patrias, la Navidad, nos ayudábamos harto. Hoy son parte de nuestras vidas.

En Estados Unidos la economista realizó su tesis doctoral sobre pensiones y al llegar a Chile fue contratada en el Banco Central como analista senior en la gerencia de investigación económica. Su jefe era Klaus Schmidt- Hebbel. 'Alcancé a estar 18 meses. En el 2003 Guillermo Larraín (entonces superintendente de pensiones) me ofreció entrar como jefa de estudios; fue demasiado atractivo aportar nuevamente en políticas públicas, sobre todo en un tema que me apasiona', señala.

A fines del gobierno de Ricardo Lagos, Berstein y Larraín publicaron un estudio sobre la cobertura del sistema ('que era muy baja y además estaba el problema de las lagunas') y propusieron reformas. Eso dio pie para que el 2006, a inicios del primer mandato de Michelle Bachelet, la economista asumiera como superintendenta, donde permaneció hasta el 2014.

—Hoy las mujeres encabezan algunas de las instituciones económicas más importantes en el mundo: Christine Lagarde, al frente del FMI; Laurence Boone, en la Ocde o Kristalina Georgieva, en el Banco Mundial. Mientras que en Chile tenemos por primera vez a una mujer, como Rosanna Costa, de titular en el Banco Central, ¿es un cambio de eje?

—Las cosas han cambiado mucho. Varias veces me tocó ser la única mujer en una reunión, bueno, todavía me pasa un poco (sonríe). Una vez tuve que participar de una conferencia en Holanda, donde fui la única panelista mujer a lo largo de tres días de ponencias. Me tocó hablar el último día, literalmente al final. Y eso pasó hace no tanto, en el 2010. Ahora, en cambio, se ha relevado la importancia de la diversidad, incluso más allá del género.

Y cuenta: 'En la CMF sacamos hace poco la circular 461, que habla de la transparencia en la información en las empresas respecto de los temas de género. Según nuestra data, hoy el 50% de los directorios no tiene ninguna mujer, ¡ninguna!'.

—¿Cómo aporta la mujer en una crisis global como la que vivimos?

—Estamos saliendo de una crisis sanitaria profunda, ahora también hay una guerra. Es un periodo difícil y los liderazgos femeninos sin duda aportan a la perspectiva. Tenemos una conexión y vivencias distintas, lo que sin duda contribuye a las decisiones que se toman.

'Actuar como una capa protectora'

'A mi antecesor le tocó la instalación de la CMF en plena pandemia, lo que fue desafiante', sostiene Berstein sobre el rol que desde 2019 jugó Joaquín Cortéz a la cabeza de la institución.

Hoy, reconoce la economista, le toca la etapa de consolidación también en un período complejo, con una crisis económica histórica, mientras que desde Estados Unidos ya se declara una recesión inminente. 'En tiempos difíciles la tarea de esta institución es actuar como una capa protectora; apoyar y ayudar a que el sistema financiero funcione de la mejor manera posible y responda a las necesidades de las personas'.

—Hoy el sistema financiero se encuentra tensionado por la crisis. ¿Cómo está operando?

—De acuerdo al primer informe realizado en conjunto entre el Banco Mundial y el FMI, hecho en plena pandemia, tenemos un sistema profundo y que demostró un alto nivel de solidez al sostener el flujo de crédito, manteniendo a la vez la solvencia para luego seguir cumpliendo su rol después de la crisis. La evaluación fue bien positiva, aunque seguimos con tareas pendientes.

—¿Cuál es el análisis de la CMF respecto de las cifras de morosidad, por ejemplo?

—Según los datos duros, los niveles de morosidad están especialmente bajos, si bien han ido aumentando.

—¿Ayudó el retiro de los sucesivos 10% a que las personas se pusieran al día?

—Efectivamente hubo muchas ayudas que permitieron contener el endeudamiento en las épocas más complejas de la pandemia y que evitaron que la situación se disparara. Aunque eso no quiere decir que esto no sea un problema para algún segmento de la población. Hay hogares que destinan del 40% a 50% de su ingreso mensual a pagar deudas, lo que los deja en serias dificultades para enfrentar los gastos del mes y genera esta bicicleta donde se endeudan para pagar otras deudas. Por eso estamos promoviendo el registro consolidado, que es una oportunidad de impulsar un endeudamiento responsable, y transparencia en la información.

—Un tema interesante es la fuerza que han ido tomando las Fintech.

—La incorporación de tecnología en el mundo financiero ha sido muy importante y rápida, más aún a partir de la crisis sanitaria. Lo vemos con mucho interés, pero existe una parte en esta innovación que no está bajo el perímetro de la CMF, como las firmas de crowdfunding, de cripto activos, algunas de stablecoins, que podrían eventualmente cumplir funciones de medio de pago. Por eso es importante tramitar pronto el proyecto de Ley Fintech que está en el Congreso, de manera que todas las empresas que ofrecen servicios financieros estén sujetas y respondan frente a los riesgos.

—Este año se registra una preocupante alza en los delitos de estafas a través de plataformas tecnológicas.

—Estamos en presencia de organizaciones que operan a través de sitios web y que ofrecen créditos en condiciones aparentemente muy convenientes y en ocasiones simulando ser instituciones reguladas por la CMF, pero cuya única y verdadera finalidad es engañar a las personas, solicitándoles anticipos de dinero antes de otorgarles el crédito. Sólo este año levantamos 21 alertas en nuestra web y redes sociales. Estamos enviando los antecedentes al Ministerio Público para que se identifique a los responsables.