SEÑOR DIRECTOR:
La reforma de pensiones ha generado a lo largo del tiempo discusiones que a veces parecen bizantinas y muchas otras, tan cargadas de ideología, que asustan los impactos que decisiones no basadas en consideraciones técnicas podrían acarrear.

Por ello, la discusión de cómo se utilizará el 6% adicional es tan importante. Considerando que solo la mitad de los afiliados al sistema cotiza mensualmente, implica que solo esa parte de los trabajadores contarán con el 6% adicional, y si en el extremo de solidaridad aceptaran que estos nuevos fondos en vez de ir a sus cuentas individuales fueran a un fondo común para pagar pensión a los que no cotizan, probablemente a poco andar se darán cuenta que no alcanzará para pagar pensiones dignas a nadie.

Los chilenos que por diferentes circunstancias no tienen trabajo, o tienen trabajos informales, deberían recibir sus pensiones para la vejez con fondos provenientes de los impuestos que pagan todos los chilenos. Usar los fondos de los jóvenes que cotizan para pagar pensión a los que hoy están en la tercera edad es una injusticia intergeneracional frente a la cual tendremos que dar cuenta a futuro.

Es de esperar que quienes decidan el proyecto escuchen las opiniones de todos los que saben y que tienen el genuino deseo de que esta importante política cumpla su propósito, sin olvidar que también somos responsables por las futuras generaciones.