Pais:   Chile
Región:   Metropolitana de Santiago
Fecha:   2022-08-08
Tipo:   Prensa Escrita
Página(s):   A9
Sección:   Educación
Centimetraje:   33x27

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Las tutorías de Conectado Aprendo, fundación que nació en 2020 al alero de la pandemia, son en línea, uno a uno y se enfocan en reforzar las asignaturas de Lenguaje o Matemáticas. En 2021 participaron 1.423 alumnos de todo Chile.

Además de repasar contenido académico , como ocurre en esta imagen, en la Escuela social comunitaria EducAcción para la Transformación también se suelen hacer juegos que apuntan a que los niños aprendan a reconocer sus emociones.
El Mercurio
Cinco de ellos comentan sobre su experiencia durante los últimos dos años:
Voluntarios cuentan qué los llevó a ser tutores tras la crisis educativa que dejó la pandemia
Saben que su rol no reemplaza al de los docentes, pero creen que tras tanto tiempo lejos del aula, pueden ser un aporte extra a la hora de motivar y entusiasmar a los niños con querer seguir aprendiendo.
Mientras revisaba su cuenta de Twitter, Francisco Torres (36) vio un anuncio que le llamó la atención: en Chile, son muchos los menores que pasan a 2° básico sin saber leer. En concreto, se estima que el número bordea los 158 mil, lo que equivale a la población total de Talcahuano.

'Pensé ‘cómo puede pasar esto, si los niños son el futuro'. Y me di cuenta de que más que cuestionar, yo podía hacer algo', dice este ingeniero industrial.

Fue así como se puso en contacto con Letra Libre, fundación que apunta a disminuir las brechas educativas a través de tutorías en las que participan voluntarios. A ellos no se les exige tener un título de Pedagogía.

'En un momento eso me asustó un poco, pero después pensé que tengo sobrinos o que a veces he ayudado a gente adulta con el computador, por ejemplo. Y me dije que si podía ser útil con gente grande, podía serlo también con niños', comenta Torres sobre su experiencia como tutor de dos escolares de 2° y 3° básico.

Partió a principio de año con un alumno y hace unas semanas se le sumó una mujer. 'Con ella todavía tenemos que hacer un diagnóstico para ver en qué la puedo ayudar', dice sobre esta experiencia, que Letra Libre monitorea constantemente, entregándole apoyo y material.

Con su primer alumno ya instauraron una rutina de reunirse virtualmente dos veces por semana. 'Incluso en vacaciones, para no perder el hilo. Hacemos cosas como juegos didácticos o como leer cuentos de forma dinámica'.

Sueños que se disparan

Hace pocos días, el Centro de Políticas Públicas UC dio a conocer el estudio 'Tutorías para niños, niñas y adolescentes: una oportunidad para la aceleración del aprendizaje integral pospandemia', en el que dan cuenta del rol que puede tomar la educación remedial en medio de la crisis educativa que se vive hoy, tras dos años en que los escolares estuvieron lejos de las aulas.

En ningún caso las tutorías van a reemplazar a los profesores, pero sí pueden ser un apoyo extra que ayude a generar vínculos fuertes y un efecto a largo plazo en la motivación de los escolares, plantean. En este sentido, se advierte un efecto positivo en mejorar la asistencia y disminuir el riesgo de deserción.

'Con la pandemia se empezó a hablar de nuevo de las tutorías como una estrategia con potencial', comenta Francisca Koppmann (24), especialista en políticas públicas que coordina distintas iniciativas de tutorías desde la U. Católica. 'Se destaca el poder del vínculo; muchos voluntarios nos comentan que sus tutorados necesitaban a alguien que los motivara con ir al colegio. Hay un testimonio muy lindo de alguien que acompañaba a una niña de 2° medio que quería estudiar ingeniería, pero todos a su alrededor le decían que no era una carrera de mujeres. Y con las tutorías esa idea se revirtió'.

Cecilia Ponce (53), arquitecta que vive en Pucón y que hace dos años es tutora virtual de una estudiante de enseñanza media a través de la iniciativa Conectado Aprendo, cuenta que su alumna 'es una chica de situación económica baja de Quilicura, quien estaba acostumbrada a que le fuera mal en Matemáticas'. Tras empezar a trabajar juntas, 'he visto el resultado impecable que ha ido teniendo. Si hablamos de lo académico, en todos sus ramos ha subido sus notas, hoy tiene promedio 6,2. Participa y le gusta. Pero también en el tema de organización, ya no depende tanto de su mamá como antes. Y en cuanto a sueños y autoestima, se disparó. Ya no tiene límites'.

Ponce cuenta que se enteró de Conecto Aprendo a principios de la pandemia a través de la televisión, y que decidió participar porque siempre 'me ha motivado la educación' y porque justamente le gustó el enfoque que la organización le comentó: por al menos 10 minutos, le pedían conversar con el estudiante a su cargo de temas que van más allá de lo que es netamente académico.

Algo similar le ocurrió a Tomás Muñoz (22), tutor que sí tiene experiencia pedagógica: está en tercer año de Pedagogía en Biología y Ciencias Naturales.

Aunque sabe de la importancia de su futura carrera, esboza cierta crítica al respecto. 'Muchas veces hay niños a los que no les dedican la atención o el tiempo suficiente ni en sus casas ni en sus colegios para que puedan dar a conocer o desarrollar mejor sus habilidades', indica.

Por eso, cuando en 2021 y a través de la universidad supo sobre el programa Formando Chile y sus tutorías, decidió hacerse parte: comenzó de forma virtual y actualmente enseña todos los sábados a dos niños, de 11 y 12 años, en una sede vecinal en Maipú. Le gusta porque a ellos no solo los ayuda a repasar Lenguaje y Matemáticas, sino que 'hacemos actividades socioemocionales' y 'hay tiempo de recreación donde jugamos juntos'.

Recuadro
- Ayudar entre vecinos

Andrea Silva (34) sabe sobre las dificultades que viven muchos niños de la Población José María Caro, en Lo Espejo, porque ella misma es vecina de la zona. Socióloga de profesión, en pandemia comenzó a ser tutora de la Escuela social comunitaria EducAcción para la Transformación, iniciativa vinculada a la agrupación Moani y que se desarrolla en una capilla del sector. Durante las cuarentenas 'diagnosticamos una necesidad educativa, porque muchos niños de colegios municipales no tenían ni siquiera la posibilidad de conectarse (a clases virtuales) por falta de computadores. Y acceder a través del celular era complejo'.

Ya de vuelta en la presencialidad, se enfocan en acompañar, en su mayoría, a niños de enseñanza básica. 'No somos profesores, pero hemos llegado a la conclusión de que a todos nos mueve transformar desde esta tribuna. Sabemos que a veces hay que suplir un rol, porque las familias, en sectores más vulnerables, no siempre pueden acompañar. Yo vivo acá en el territorio y conozco a los niños, comparto con ellos durante la semana. Así, unos a otros nos vamos motivando. A veces nos encontramos, y cuando me ven, me dicen: ‘¡Me fue bien en Matemática!''.
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Margherita Cordano-