Pais:   Chile
Región:   Metropolitana de Santiago
Fecha:   2022-08-10
Tipo:   Prensa Escrita
Página(s):   21
Sección:   DF - Studio Presentado por Acciona
Centimetraje:   28x23
El Diario Financiero
Cuatro ideas para acelerar el camino hacia un Santiago más verde y sostenible
La ola de calor que actualmente azota a Europa es una alarma. Varias ciudades de España y Francia registraron recientemente marcas históricas de 40°C y hace menos de un mes Heathrow, en Londres, fue el primer lugar de Inglaterra en superar esa temperatura, con 40,2°C. Mientras el verano europeo transcurre en llamas, los expertos advierten la importancia de que las ciudades reorienten estrategias y se preparen mejor para combatir las futuras olas de calor, en un escenario que apunta a que todos los termómetros del planeta sigan batiendo récords. ¿Qué puede hacer Santiago frente a lo que viene? Hay muchas estrategias. Una de ellas es convertirla en una ciudad más verde. Aquí, cuatro ideas para lograrlo.
1 Diseñar un plan concreto

Carolina Rojas, investigadora asociada del Centro de Desarrollo Urbano Sustentable (Cedeus) de la Universidad Católica y la Universidad de Concepción, dice que lo primero es hacer un plan de infraestructura verde que sea concreto, con inversión público-privada, con la mirada puesta en 2030, y que además esté alineado a los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, en especial al 11, que busca lograr que las ciudades sean inclusivas, seguras, resilientes y sostenibles. Reverdecerlas es también es una de las metas de este objetivo.

'Un plan de este tipo consiste en identificar todos los espacios verdes y naturales de la ciudad, reconociendo las potencialidades y las brechas', explica Rojas. Para ella, es importante reconstituir la red de infraestructura verde, ya que son espacios interconectados con múltiples funciones que constituyen un sistema: 'Por ejemplo, Santiago tiene cerros islas, ríos y parques, pero no están conectados'.

La académica añade que el plan debería incluir espacios que incrementen la biodiversidad urbana, lo que derivará en múltiples servicios ecosistémicos, como regular la temperatura ante las olas de calor y el drenaje urbano sustentable. Todo esto, considerando el contexto de escasez hídrica: 'No nos podemos dar el lujo de perder las aguas pluviales que pueden ser reutilizadas en riego, más aun cuando el clima de la región está cambiando'.

2 Impulsar la arboricultura con políticas públicas

La Red Árbol Urbano, coordinada por Cecilia Michea, Cecilia Benavides y Leonardo Lira, trabaja desde hace varios años para que Chile tenga una ley de arbolado urbano, iniciativa que se discute en el Senado.

Desde el colectivo explican que esto es importante porque casi un 90% de la población del país vive en ciudades. En ellas, los árboles son claves porque ofrecen múltiples beneficios a la población, como la calidad del aire y la regulación térmica de las urbes. 'Sobre esto último, por ejemplo, en Chile hay poco y nada de conciencia, mientras que en el hemisferio norte las olas de calor están incrementando los casos de mortalidad y morbilidad debido al mal diseño urbano', dicen. Frente a ese escenario, creen que el país debe adaptarse con políticas robustas, que hoy no existen.

También advierten que aumentar la plantación de árboles no es suficiente sin un fortalecimiento de la planificación y gestión urbana. 'Hoy seguimos tratando a los árboles como simples elementos de ornato, y no como seres vivos multifuncionales, por tanto para que exista un desarrollo óptimo deben estar las condiciones que se las provean', añaden. Y frente a eso, son claves las políticas públicas que los incluyan desde la etapa de planificación.

Avanzar hacia una gestión profesional y actualizada, basada en la arboricultura, es, a sus ojos, urgente y necesario. Y es parte de lo que propone la llamada 'ley arbolito'.

3 Edificaciones con mayores criterios de eficiencia

Flavio Rodríguez, gerente de Calidad de Infraestructuras de Acciona, advierte que, pese a los desafíos que actualmente enfrenta Santiago para convertirse en una ciudad sostenible, se puede avanzar con pequeños cambios, como por ejemplo, velando para que las nuevas edificaciones se construyan con mayores criterios de eficiencia, basados en edificios cero emisiones, bioclimáticos y con certificación LEED. 'En Toronto rige una normativa que obliga a muchos de sus edificios a plantar vegetación en sus azoteas, lo que genera beneficios en el aislamiento y mejoramiento de la calidad del aire', ejemplifica.

Además, en una ciudad con más de 7 millones de habitantes, donde cada día se generan toneladas de residuos, cree que es urgente la adaptación a un modelo de economía circular. 'Para ello existen las plantas Waste to Energy, que transforman residuos en energía. En esta misma línea, debemos privilegiar el uso de energías 100% renovables a nivel industrial y de autoconsumo domiciliario. Adicionalmente, la gestión inteligente de redes de agua potable, mediante sistemas de sensorización son claves para evitar fugas de agua y cuidar un recurso cada vez más escaso', añade Rodríguez.

4 Más tecnología y capacitación

Potenciar el desarrollo de I+D+i, junto a tecnologías como inteligencia artificial, big data, IoT y cloud computing, supone oportunidades relevantes frente al desafío de la eficiencia energética, dice Luz María García, gerente general del programa Sé Santiago Smart City, de Corfo y Fundación País Digital, en un contexto donde surge la necesidad de ofrecer seguridad energética y abastecimiento sostenible de energía para sectores productivos, infraestructura pública y para la población en general.

'El uso de las tecnologías para la mejora de la eficiencia energética va en beneficio directo de un desarrollo resiliente y sostenido de las ciudades y territorios. En última instancia, contar con más y mejor información conlleva a una mejora en la comunicación de manera transversal de las personas y organizaciones públicas y privadas, que habitan en el territorio, logrando que en su totalidad se involucren en miras de una ciudad más conectada, más inteligente', plantea García.

Pero lograr que la ciudadanía se involucre más en la era digital, más allá de los computadores, teléfonos y redes sociales, es todavía un reto, dice: 'Hay que entender que esto no pasa solamente por navegar en un computador, sino que en el uso de tecnología baja en emisiones de CO2 y en que los dispositivos que se instalen o renueven tengan la propiedad de ser reciclables y reutilizables, por ejemplo'. Ahí, el fomento al desarrollo de talentos y capital humano especializado, que doten de conocimientos, herramientas y habilidades frente a los nuevos desafíos es fundamental, añade, y por eso es uno de los objetivos del programa que dirige.

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POR AIRAM FERNÁNDEZ-