SEÑOR DIRECTOR:
Isaac Newton, el célebre científico inglés dijo "Los hombres construimos muchos muros, pero pocos puentes". Los muros dividen, y los puentes conectan. Si quiero mirar al otro, necesito subir al muro y mirarlo hacia abajo; en los puentes, podemos encontrarnos en un punto intermedio, en un espacio que nos une.

A propósito de la conmemoración por el Día Escolar por la Paz y la No Violencia dentro de un Chile en conflicto, nos preguntamos por qué en las escuelas se vive violencia y tratamos de generar interpretaciones en la pandemia y en la falta de espacios de socialización. Sin lugar a dudas aquí faltan puentes, pero reducir el problema a esto es como culpar del último bocado de pan al sobrepeso. Hay mucho de lo que, como adultos, debemos hacernos cargo.

Si algo he aprendido en la Fundación San Carlos de Maipo es que el desarrollo positivo de nuestros niños, niñas y adolescentes (NNA) depende del contexto que les damos. Ambientes familiares, escolares y comunitarios en donde cultivemos el cariño y respeto por el otro, son indispensables para una educación en la paz.

Si queremos que nuestros hijos no vivan violencia en las escuelas, debemos preguntarnos por qué en Chile aún el 47% de los cuidadores sigue considerando algunas prácticas de crianza violentas como válidas (Unicef, 2021). Asimismo, si queremos que nuestros adolescentes se alejen del bullying, debemos fomentar también la educación en habilidades socioemocionales en base a un currículum de desarrollo.

Nadie aprende a sumar partiendo por las unidades de mil, se requiere una progresión de aprendizajes socioemocionales consecutivos desde la educación parvularia, nivel que bordea el 50% de cobertura en nuestro país (Mineduc 2021).

Tender puentes en el caso de la paz escolar es una tarea de adultos. ¿Podemos confiar en que, enfrentados al desafío, nos animaremos a construirlos para que nuestros NNA los puedan ocupar?